CRÍTICA: HIRANYA – HIRANYA
HIRANYA
(Hiranya)
8/10
Tras habernos dejado una tremenda sensación tanto en estudio como en directo Hiranya vuelven con nuevo disco una vez pasados los años de parón obligado para la mayoría, con un nuevo trabajo que llega con algún cambio en la formación, pero en el que siguen siendo fieles a su explosivo sonido de metal contemporáneo. Un estilo escurridizo a las simples etiquetas de death melódico o metalcore, aunque por esa línea podemos guiar al oyente que no sepa lo que practica la banda. La arrolladora personalidad de su vocalista Sara Bowen les distingue incluso por completo del común los grupos actuales de metal. Una vocalista que ya nos había demostrado de lo que es capaz dentro de la alternancia de sonoridades más agresivas y melódicas que domina como una bestia de dos cabezas que nunca sabes si nos va a mostrar el rostro más angelical o demoníaco.
Que este tercer disco lleve por título el propio nombre de la banda tal vez nos de a entender que el grupo ha encontrado el equilibrio exacto que estaba buscando. Y es que su sonido y estilo se asientan en esa dualidad que no solo va de lo salvaje a lo melódico, es que además hay una perfecta sintonía entre la crudeza del metal más contundente con elementos modernos que conviven de una manera plenamente definida y única.
Tras la sugerente intro de “Acheronta” nos encontramos de cara con “Poison”, donde pese a la dualidad de melodía y agresividad me llama más la atención el peso que parecen tener las voces limpias, mejor subrayadas que en el pasado a mi modo de ver. Eso no quiere decir que no se desgañite la vocalista como una bestia en algunos momentos alternados con una limpieza que incluso me trae a la mente a una banda en principio alejada en estilo como Lacuna Coil. El siguiente “Bad Dream”, de hecho, cuenta con algunos de los registros mas extremos, siendo un aplastante tema. Pero llegamos a un “Defeated” que se desenvuelve por una dulzura que no deja de ser siempre inquietante en el caso de una fiera que no sabes cuando te va a saltar a la yugular. De hecho, “Broken Bones” nos seduce con una tesitura muy limpia, casi relajada, para a la larga acabar por contar con auténticas sacudidas de furia. Todos estos contrastes se envuelven por una atmósfera que nos sumerge dentro de un hipnótico ambiente fundamental para transportarnos al universo paralelo propuesto por la banda. Si te dejas llevar, abandonas por los instantes que dura la obra tu cuerpo, fluctuando por un turbulento universo de ondas tan dispares como las que ofrece la montaña rusa de “Paradox”, con los ritmos mas frenéticos entrelazados con momentos de sosiego. El tema más complejo de la obra, que se cierra con una curiosa versión de “The Greatest” de la cantante australiana Sia, que ellos han sabido llevar a su terreno sin perder el respeto por la estructura y sensaciones del original.
El disco cuenta con un sonido impecable sacado de los Sadman Studios de Carlos Santos, con la producción de la propia banda y la masterización de Jens Bogren en Fascination Street Studios de Suecia. Con ello se sacan a relucir todas las facultades de la banda, que no son pocas, en un ejercicio de agresividad no exenta de sutileza, con una delicadeza cargada de hostilidad, de preciosismo impregnado de violencia sonora. Lo que cabe dentro de esa disparidad tan versátil y amplia está recogido en el estilo que Hiranya ratifican en este corto pero sólido trabajo.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)