P.E.S.C.H.

(I)

8/10

Su Perfección Estructural es Solo Comparable a su Hostilidad. Ese es el significado de estas iniciales y podéis grabarlo a fuego en la memoria cuando afrontéis la escucha de la música de esta banda vizcaina, porque va acorde con lo que el grupo pretende transmitir. Ahora bien, tal vez en el debe de este disco a mí me quede la cosa de que la hostilidad en muchos tramos del disco queda en un plano demasiado interior. Para que me entendáis bien, que hay un número amplio de minutos de la escucha que pasan por derroteros muy profundos, oscuros e íntimos. En nada desmerecen el nivel musical de todo el trabajo, pero tratándose de una primera obra tal vez hubiera sido más recomendable buscar captar la atención de una manera más inmediata, ya que alguno puede perder el hilo si no es de los que indagan en las entrañas de unos temas que tienen mucho en lo que rebuscar. Para oídos exquisitos va destinado “I”.

En cualquier caso, el trabajo se abre haciendo honor al nombre de la banda y nos topamos con la agresividad de un tema que nos cose a riffs de guitarra mientras nos aplasta con su contundencia. Se trata de “Cocothanasia”, con el que parece que vamos a encontrarnos ante una banda mucho más extrema. A posteriori no volveremos a encontrarnos con una voz en un plano tan visceral, pero seguimos alucinando con el que para mí es el tema más adecuado a lo que mi mente dibuja cuando imagino a P.E.S.C.H. Me refiero a “Mestizaje”, en el que se mantienen esas coordenadas de riffs elaborados a los que se añaden otros múltiples detalles solapados, dejando como resultado un tema que a la vez que directo a la cara muestra una interesante complejidad que no se hace para nada difícil de seguir. De hecho, una de las características de este disco es que a pesar de evitar lo estándar en este metal, tiende una mano que te invita a seguir y a no perderte en inverosímiles curvas.

Lo que puede hacer al oyente desconectarse más son los derroteros que continúan el disco con temas como “Caer”, “Enfrentamiento Civil” o “Nada me Dices”, que piden una atención mayor para ser degustados en su plenitud. El primero de ellos cuenta con unos ritmos más pesados unidos a unas guitarras más densas que pueden hacerse incluso del gusto de los seguidores del doom. Una evolución que puede resultar lógica a lo expuesto de inicio por una banda que dentro de un sonido equiparable no quiere repetirse en ningún momento. Pero sí que es verdad que los otros dos temas pueden llegar a excavar demasiado hondo. En cualquier caso llegamos a “Echelon” y el grupo encuentra un punto de equilibrio entre ese lado oscuro y la contundencia, haciendo de éste otro de los temas más completos del disco, dividido en dos partes, con una intro que es una cadena de detalles desbordantes de imaginación.

Partimos de la base de que todo está inventado en la música, pero P.E.S.C.H es una banda escurridiza a la hora de poner una etiqueta. Con un estilo que si con un primer disco es difícil decir que les hace reconocibles, al menos muestra que el grupo sabe a lo que quiere sonar. Podemos recomendar este trabajo a los seguidores del thrash metal de los 90 con un toque industrial, pero en “Paidos” me recuerdan también a los grandes Korn, probablemente el mejor exponente de originalidad de esa extinta onda nu-metalera. Sin embargo, luego “I.C.U.” nos muestra que el grupo puede tener ramalazos más melódicos. El final “Tu Dolor” es otro de los temas más redondos, donde la banda recupera cuotas importantes de agresividad y las entrelaza con logrados detalles instrumentales.

No es un disco que permita dar una opinión acertada a la primera, así que la recomendación es que le prestes verdadera atención a esto que vas a escuchar. Sin duda es una de las bandas que pueden sorprender y que ofrecen contenido. Si su música es trabajada, no lo es menos el significado de unas letras en las que podemos encontrar una incomodidad con la actual situación mundial que se torna en esa hostilidad de la que ya hemos hablado, pero también nos lleva a ese otro lado más íntimo de una mente que debe discurrir sobre lo que estamos viviendo. Es una doble vertiente de fuerza y sensibilidad que se refleja en el disco. Eso sí, una sensibilidad cargada de un sentimiento muy duro ante la crudeza de ciertas situaciones. Merece la pena que le deis una escucha a un disco que tiene muchos aspectos que desglosar y que, aunque puede que no hayan dado todavía de lleno en el centro de la diana, nos da a conocer a una banda a la que calificarla como interesante cobra un significado mayor. Cuando aún analizo a cada escucha este “I”, siento hasta impaciencia de saber hacia dónde nos llevará ese posible “II” que ya estoy esperando.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

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