LITA FORD

(Wicked Wonderland)

8/10

La controversia está servida. 15 años separada de la música y 18 sin nuevo trabajo es como para cambiar a cualquiera, pero a buen seguro que nadie podría esperar a una Lita Ford en esta tesitura tan moderna a su regreso. Haber sido mamá y haber criado a sus dos hijos en este tiempo no ha reblandecido para nada el corazón de esta mujer de armas tomar, porque carácter le sobra a este disco. Al igual que descaro, porque Lita tenía que saber antes de sacar este disco que corría un riesgo al que le ha propuesto un reto directo. Ya me estoy imaginando a los más puristas lanzando pestes contra un disco que nos muestra a una vocalista tan próxima o más cercana al rock industrial que al hard rock con el que conoció la fama.

Para mí no es una sorpresa del todo negativa, puesto que muestra una inquietud de una veterana que lo hubiera tenido todo hecho plasmando estos mismos temas en la misma tesitura que todos hubiéramos esperado. Creo que es como para tener en cuenta ese valor y esas ganas de encuadrarse en otro contexto al que a veces es difícil acoplarse cuando se viene de otra escuela. Pero tampoco vamos a ser tan radicales, puesto que decir que ahora Lita Ford se ha pasado al industrial sería demasiado drástico. Estos temas mantienen una conexión con el hard rock, pero evolucionando hasta tocar de pleno las tendencias más novedosas del metal.

Diría que hay dos tipos de temas en el disco. Reconozco que los que más me han gustado han sido los que han mantenido las guitarras más visibles como puede ser “Crave”, el homónimo “Wicked Wonderland” y un sensacional “Betrayal”, que puede ser el que más enganche a los viejos fans, con un inicio a grito pelao y un final de guitarra onda Hendrix que llama mucho la atención. Son temas en los que la producción y la tendencia hacia esos derroteros dan una mayor oscuridad, que mantiene la esencia del resto del disco, pero que no hace perder fuerza a los temas. Si acaso les da incluso un sonido más metalizado. Pero esa oscuridad ahora comentada impregna todo el disco, a lo que también contribuyen los duetos de Lita con la voz masculina de Jim Gillete. El disco tiene una fuerza que no se deja de perder ni cuando nos encontramos con algunos guiños baladísticos que encierran una engañosa ternura.

El otro conjunto de temas del disco según mi criterio son los que cuentan con un mayor número de detalles de producción. En alguno de ellos las guitarras apenas lucen y sí que estaríamos hablando de un estilo netamente industrial en el que tal vez Lita Ford se haya alejado demasiado de su terreno. Hablo de temas como “Everything” o “Scream”, en los que uno sí termina de perder el norte encontrándose en medio de un paisaje demasiado artificial.

Pero esa es la manera que ha tenido Lita Ford de amoldarse a los tiempos que corren y me parece del todo respetable cuando el talento se sigue vislumbrando. Es inevitable que esto de para opiniones muy variopintas y que comercialmente puede no haber sido muy acertado, puesto que veo complicado que los más jóvenes se acerquen ahora a la figura de una leyenda con este último trabajo y muchos de sus seguidores van a sentir decepción, al menos a una primera escucha. Pero “Wicked Wonderland” tiene argumentos sobrados para defenderse por sí solo, es un disco que no se ciñe a riffs machacones y deja siempre abierto el espacio para los solos de guitarra, lo que sin duda deberá gustar a los más clásicos. Bien es cierto que todo ello queda vestido por un sonido totalmente futurista, pero el corazón de las composiciones sigue teniendo el alma de la auténtica Lita Ford. Veremos si luego en directo se mantiene fiel a esta estética. Dice la propia vocalista que esto es lo más duro y sexi que nunca haya hecho, lo que me parece una buena definición. Desde luego, si lo que quería es provocación “Wicked Wonderland” la tiene toda.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Ear Music (www.ear-music.net)

Myspace: www.myspace.com/litaford