CRÓNICA: Z! LIVE ROCK FEST 2025 – Primera jornada

DREAM THEATER
Z! LIVE ROCK FEST 2025
DREAM THEATER + MESHUGGAH + EXODUS + ROTTING CHRIST + NILE + VOLA + KISSIN´ DYNAMITE + VITA IMANA + AFTER LAPSE
Jueves 12 de junio de 2025 – Recinto IFEZA – Zamora
En 2025 el Z! Live ha alcanzado la cifra redonda de una década. Una década ininterrumpida, incluso con los condicionantes de la pandemia de por medio, de un festival al que hemos visto crecer y consolidarse con una filosofía de humildad y modestia que se sigue manteniendo en una pequeña ciudad que se presta precisamente para albergar un festival menos masificado que en las grandes capitales, resultando mucho más cómodo el disfrute de todos los presentes. Esto creo que lo hemos dicho en cada una de sus ediciones, pero no está de más recordarlo. Por tercer año consecutivo el recinto de IFEZA nos acogió, consolidándose como un lugar ideal para haber llevado al festival hasta el punto en el que ahora mismo se encuentra. Una cita ya importante en el calendario festivalero de cada año.


Coincidiendo con el décimo aniversario del Z! Live, de forma casual o no, varias fueron las bandas que hoy celebraban una cifra especial en su carrera. Incluidos los propios cabezas de cartel del día y prácticamente del festival. Ya que la organización destacaba sobremanera la aparición de los progresivos americanos Dream Theater en el cartel como fecha única en festivales en España.


También fue esta una jornada marcada por la presencia de grupos progresivos, estilo con el que arrancamos la jornada, ya que After Lapse fueron el grupo elegido para inaugurar esta edición del Z! Live. Y lo hicieron con sorpresa, ya que su vocalista Ruben Miranda, por razones que desconozco en el momento de escribir estas lineas, parece ser que ha dejado de ser vocalista de la banda. En escena apareció Erik Rayne, de Tales Of Arken y ahora también con Aria Inferno. Es un papel complicado entrar en una banda sin conocer a sus compañeros apenas dos semanas antes de esta actuación y sacarla adelante, pero lo hizo. Es verdad que nos hubiera gustado ver a este grupo madrileño con miembros de experiencia en otras formaciones con el vocalista que ha grabado sus dos obras “Face The Storm” y Pathways”, pero si Erik se asienta en el grupo con su limpio y alto registro, que es lo que requieren estas canciones, les deseamos lo mejor.


No en vano el grupo ya ha alcanzado hitos como su fichaje por Frontiers, o su gira internacional con Threshold, pero esperemos que les quede mucho por lograr para que sigan ofreciendo temas tan versátiles como “The Shadow People”, “Thanks But No Thanks”, “The Lie” o “More”, con las que defendieron a primera hora de la tarde una exquisita propuesta progresiva. Puede que no sea el estilo con el que más enganchar en un festival, pero hoy había una parte del público muy decantada hacia estos terrenos.


Los daneses Vola seguirían por esos derroteros en el segundo escenario. Un grupo que comenzó siendo tachada como una mezcla entre Meshuggah y Pink Floyd, algo que quedó recluido a su primera obra “Immazes”, pasando poco a poco a un estilo más cohesionado y melódico, aunque nunca perdiendo la fuerza de los riffs más metaleros y contundentes. Tras “Applause Of A Distant Crowd” la banda hizo evolucionar su sonido en “Witness”, reforzando melodías y elementos del metal contemporáneo, algo que se sigue afrontando en su más reciente “Friend Of A Phantom”, Cuatro discos con los que marcan un camino propio y diferente.


La banda sonó de lujo y pudimos ver brillar la penetrante voz de Asger Mygind, que se echó al grupo a las espaldas. Su solidez como banda quedó reflejada en canciones fundamentalmente de estos dos últimos discos en los que se han labrado un hueco propio en el metal internacional. Tras comenzar con “We Will Not Disband” Vola se asentó en el escenario con “Paper Wolf” para brillar con luz propia en esta agradable tarde de jueves que iba acogiendo público de manera continua. Ya fue un buen número de público el que pudo disfrutar de estos colosos daneses que certificaron su gran descarga con temas que tienen ese tinte de accesibilidad dentro de la agresividad, como un “Stright Lines” cuyo complejo y entrecortado riff contrasta con un estribillo y una melodía que no olvidas fácilmente. Tienen todo para hacerse muy grandes y que no a mucho tardar les veamos en festivales en puestos mucho más elevados del cartel.


El contraste estilístico fue tremendo con Kissin´ Dynamite, que desde 2007 se viene labrando una gran reputación como banda. Lo han conseguido con un buen puñado de discos de mucho nivel, con temas llenos de gancho, fuerza y actitud que tienen su reflejo en directos tan entregados como este. Un estilo de por sí adictivo que con la puesta en escena de la banda acaba por ser prácticamente irresistible para cualquier seguidor clásico del hard & heavy. Tal vez la escena sueca de hard rock actual nos haga dejarlos un tanto al margen pero son exponentes de lo más destacados de una nueva generación de bandas que poco a poco se van granjeando un estatus de clásicos.


Su actuación en el Z! Live, ante un número de público muy nutrido aun con el sol lejos de esconderse fue memorable. Sonaron bien y ademas transmitieron en todo momento un entusiasmo y una energía reflejada en el rostro de un frontman de vieja escuela como Johannes Braun, que no para ni un instante de moverse, de buscar la reacción del público, y de sentir cada momento de la descarga con un rostro de ilusión constante mientras oteaba el horizonte en busca del final de ese mar de gente que tenía en frente.


Presentaban su última obra “Back With A Bang”, de la que fueron cayendo de manera espaciada temas como el homónimo, “My Monster” o “Raise Your Glass”. Pero al margen de ello no se olvidaron de otros trabajos y algunos clásicos ya de la banda como “DNA” o especialmente un “I Will Be King” de aquel fantástico “Money, Sex & Power” con el que se abrieron muchas puertas para llegar hasta el día de hoy como una banda llamada a mantener viva la llama de esa vieja escuela con un puente tendido hacia estos nuevos tiempos en los que se agradece que el viejo espíritu siga fluyendo con savia nueva.


El Z! Live es un festival de metal en el sentido mas abierto, habiendo constantemente contrates entre un grupo y otro. Nile encajaban perfectamente en esta jornada con otras propuestas progresivas, pero lo suyo es llevado a lo extremo no solo en la agresividad, sino en la técnica expuesta por la banda liderada por el incombustible Karl Sanders, que siempre ha sabido rodearse de músicos que estén a la altura de la exigencia de un grupo que conjuga tres voces y que encadena destellos técnicos por parte de cada uno de sus integrantes. Todo ello suma para que se genere ese torrente de virtuosismo extremo no accesible para todos los públicos. Ni tan siquiera para todos los amantes de la visceralidad más desaforada. Pero ellos son uno de los reyes mundiales en esto.


A Sanders se le escapaba alguna que otra sonrisa en medio de ese mar embravecido de death metal que arrancó con nuevos temas de su disco “The Underworld Awaits Us All” como “Steal Of Vultures” y “To Strike With Secret Fang”. El viaje por el largo periplo de la banda formada en 1993 sería extenso en todo caso con “Sacrifice Unto Sebek”, “Defiling The Gates Of Isthar”, “Vile Nilotic Rites” o “Sarcophagus. El terremoto llamado Nile puso fin a su descarga con otro par de desenterramientos de su pasado. “Lashed To The Slave Stick” y “Black Seeds Of Vengeance” pusieron el final al derrumbe ocasionado en el Cooper Stage por parte de los de Carolina del Sur.


La agresividad no remitiría de vuelta al Silver Stage para nada con Exodus celebrando el 40 aniversario de su clásico “Bounded By Blood”. Como no podía ser menos no faltaron los temas de su trabajo más emblemático, arrancando con el propio “Bounded By Blood”, momento desde el cual no se dejó de repartir cera de la buena. La banda sigue asentando en esos riffs mortales de Gary Holt, que es perfectamente secundando por un Lee Altus, tan frenético como el mítico guitarrista de a banda, aunque su compañero ya lleva 20 años a su lado. El que ha regresado recientemente es el fiero Rob Dukes como vocalista, que le imprimió toda la mala hostia del mundo a temas como “War Is My Shepherd”, Fabulous Disaster”, “Blacklist” o “Piranha”.


No hubo paz a lo largo de sus tiempos sobre las tablas, con los circles pits más masivos de la jornada y un wall of death que se convirtió en una batalla campal dirigida por uno de los pioneros y maestros del thrash metal. Con el guiño al “Reign In Blood” de Slayer llegaron “The Toxic Waltz” y “Strike Of The Beast”, con el que decían adiós después de haber provocado la euforia en un público entregado a los de la Bay Area.


Meshuggah podían ser catalogados como los cabezas de cartel del Cooper Stage. La expectación con ellos era total. Y se han labrado este prestigio a contra corriente, arriesgando con un estilo progresivo, técnico y moderno que no se hace fácilmente digerible, pero que ha acabado por convencer a un público muy mayoritario. Los suecos son una maquina perfecta de sacar riffs aplastantes con estructuras laberínticas en las que una vez que entras quedas atrapado. Suerte que empezaron a tocar aun con luz natural y pudimos sacarles algunas fotos con nitidez, porque a los suecos les gusta hacer un espectáculo muy basado en un juego de luces que queda espectacular junto a su sonido, pero dificulta deslumbrar más allá de las siluetas de los músicos en escena. Dicen algunos que es lo suyo, aunque yo personalmente soy bastante más tradicional y me gusta ver lo más nítidamente posible a los músicos. No cabe duda de que en todo caso en conjunto la imagen del escenario escupiendo fuego a cada guitarrazo, con cada ritmo y con la voz aguerrida y sólida como una roca de Jens Kidman resulta imponente.


Una banda arriesgada suele ser normal que siga apostando por la evolución de sus nuevos trabajos, el último de 2022 “Immutable”, con lo que el repertorio arrancó con “Broken Cog” para luego ir pasando sin fisuras por temas como “Violent Sleep Of Reason”, y tampoco olvidar viejos temas que siguen manteniéndose completamente presentes como “Rational Gaze” o “Combustion”, que ante un público atento dieron clara muestra de lo cohesionada que está una banda vanguardista desde hace décadas. Así lo reafirmaron con rotundidad sacudiendo los cimientos de Zamora hasta el final con “Bleed” y “Demiurge”.


Otro grupo que nunca ha ido a lo fácil es Dream Theater, que se encuentran a estas alturas celebrando la gira de su 40 aniversario. De nuevo con el legendario batería Mike Portnoy el grupo sigue escalando puestos en su popularidad. Aunque será difícil o imposible que lleguen a las cuotas de los clásicos del heavy metal, lo cierto es que la banda ha transcendido todas las fronteras con un rock progresivo al que tanto se ha alabado la perfección como criticado. Depende de los gustos personales, hay quien siempre les ha tildado de ser tremendamente fríos. El peaje a pagar cuando se quiere tocar de manera completamente sublime. No me parece algo justo, aunque todo es cuestión de puntos de vista. Si bien este estilo requiere una concentración que se puede apreciar cada vez que Petrucci coloca la guitarra sobre su pierna para hacer un nuevo punteo imposible, no se puede negar que tienen canciones que por sí mismas ponen el pelo de punta a nada que tengas un poco de sensibilidad musical.


Para contrarrestar esa sobriedad escénica la banda contó con una enorme pantalla que en su caso dio el mayor juego del día. Para ello eran cabezas de cartel, aunque no realizarían un show completo, ajustándose al tiempo más reducido de un festival. En todo caso, defendieron sus años de trayecto, de manera siempre precisa a nivel instrumental y con más de un debe por parte de James LaBrie, que también hay que decirlo. Es evidente que el vocalista siempre ha tenido la papeleta más complicada en esta banda, pero también es verdad que le hemos visto hacer buenos papeles en el pasado. Hoy tuvo algún momento complicado, especialmente en “Under A Glass Moon”, en la que no pudo evitar que su voz se le fuera en los registros más altos. También hay que tener en cuenta que son 62 años y que no es lo mismo la voz que cualquier otro instrumento.


Porque sus compañeros estuvieron en su sitio en todo momento. No se le puede poner tacha a ninguno de ellos, siendo espectacular de por sí ver cómo ejecuta cada uno de ellos. La batería de Mike Portnoy parece una nave aterrizada de otro planeta. Un set enorme rodeado de platos tras el cual se deja ver la figura legendaria del batería, que en cuanto puede se levanta para que le veamos, saludando al público y siendo un espectáculo desde su estática posición. Lo mismo podemos decir de Jordan Rudess, cuyo teclado gira, se ilumina y nos permite ver perfectamente lo que está tocando. Por su parte John Myung siempre concentrado es otro portento que no vamos a descubrir ahora. Dicen algunos que es un grupo falto de espectacularidad en directo, pero lo que acabo de describir me parece ya de por sí suficientemente llamativo para un buen amante de la música. Sí es verdad que en un gran recinto es mas complicado reparar en todos estos detalles y que tal vez nunca fuera un grupo llamado para ello, porque desde la lejanía se pierden muchos de estos matices. Pero precisamente su excelencia les ha llevado a ello.


El repertorio se decantó por temas de una linea bastante oscura, en la que LaBrie parece encontrarse hoy mas cómodo al no tener que levantar tanto la voz como antaño. Incluso si rompe un poco el registro parece que el vocalista fluye mejor. Ahí quedaron los ejemplos de su nuevo disco “Parasmonia”, “Night Terror” y “Midnight Messiah”. Sin embargo, sufrió el cantante en “Strange Déjà Vu”, que sí que hizo interpretaciones aceptables en el caso de “The Enemy Inside” o “A Rite Of Passage”.


La banda iba rodada y salvaron también la parte final del concierto que iría aproximándose con “The Dark Eternal Night” y “Peruvian Skies”, tras el que hubo una momento de silencio que daría paso a lo que presuponíamos ya como últimos coletazos de la descarga con el oscuro “As I Am”, bien defendido por LaBrie, y un “Pull Me Under” un poco más renqueante, pero que la gente acogió como gran clásico del grupo, cantando el estribillo junto a la banda. La actuación no sería la mas brillante que le hemos visto a Dream Theater ni la más completa, pero sigue siendo un privilegio ver sobre un escenario a unos músicos que rozan lo imposible. La puntualización de James LaBrie viene de largo. Solo decir que esperamos poder volver a verle más entonado, porque lo hemos hecho en el pasado.


Sin venir de un país de cuna de metal extremo, aunque sí cuna de la civilización, los griegos Rotting Christ son uno de los grupos más grandes dentro del metal extremo internacional. Pioneros además, ya que vienen practicando su liturgia sonora desde 1987. Llegaban celebrando sus ya más de 35 años de maléfica existencia con su directo “35 Years Of Evil Existence – Live In Lycabettus”. Otra conmemoración en un festival de cifra redonda.


La banda liderada por Sakis Tolis se mostró robusta y conquistó a propios y extraños con sus pasajes extremos y melódicos, pasando por terrenos más death, góticos o black. También se apoyaron mucho en esa pantalla de fondo engarzando dentro de una actuación cargada de simbolismos por parte del cuarteto que demostró que a estas alturas de su larga carrera se encuentra en un momento muy dulce.


Otra gira conmemorativa. “20 Años Rompiendo Con Todo” es lo que Vita Imana llevan. Demoliendo cada escenario y haciendo de su percusiva forma de percibir el metal una bandera que los distingue. Con Mero Mero al frente del micro la banda ha seguido fiel a sí misma, registrando ya con él discos como “Bosa” o “VI”, que ya nos dejan temas para sus directos tan implacables como “Desdoblamiento”, que a las primeras de cambio junto a “Animal” pusieron los puntos sobre las íes.


“Caos” era la constatación de que poca tregua iban a brindarnos los madrileños, que llegarían a conseguir que el público más resistente de la jornada no dejara de pogear e incluso de ofrecerse a un buen wall of death. El propio “Romper Con Todo” fue uno de los pilares de la descarga que llegaría a un punto de inflexión con la “Batukada” habitual de la banda, con todos los miembros del grupo tocando diferentes instrumentos de percusión, para posteriormente encarar una recta final intensa a más no poder con el nuevo tema “Monstruo”, el clásico por excelencia “Gondwana”, el virulento “Licántropo” y el adiós definitivo “Un Nuevo Sol”. Si alguien quiere saber lo que significa ser una banda de directo que vea a Vita Imana y entenderá lo que es dejar a una fiera salvaje suelta en su hábitat natural.
Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)