AZKENA ROCK FESTIVAL 2017

23 y 24 – 06 – 17

Vitoria-Gasteiz (Mendizabala)

 

 

Hacía bastantes años que el Azkena Rock no reunía un cartel que me pareciera tan variado y completo, con bandas no muy habituales de nuestros escenarios que ponían los dientes largos según se iban confirmando. Cierto es que en los puestos altos del cartel se repetían algunos nombres, aunque el de John Fogerty eclipsara ya desde un principio al resto, como uno de los padres de todo esto, que había muchas ganas de ver. No hay que desaprovechar oportunidades como esta que uno ya podía ver difícil de tener. A eso cabe añadir la inercia con la que el festival funciona cada año, con unas cifras de asistencia que se van manteniendo con regularidad independientemente del cartel o de que aparezcan en la misma fecha en suelo estatal festivales de renombre internacional, como este año con el Download madrileño. El Azkena sigue siendo un festival asentado y que se hace cita ineludible de los rockeros ya desde hace 15 años en estas fechas que rondan o, como en este caso, coinciden de pleno con el solsticio de verano.

En esta edición nos encontramos con algunos cambios en los accesos y en la forma de pago, con una tarjeta en la pulsera de cada uno de los asistentes que servía para tener acceso al recinto de manera informatizada. Vamos, que había que fichar como en el curro al entrar y al salir. A su vez serviría como tarjeta de crédito, donde se podía ingresar la cantidad que uno quisiera para no usar dinero en efectivo dentro del recinto, algo que suscitó diversidad de opiniones entre los asistentes. El caso es que con esto pasan a la historia las habituales fichas canjeables por dinero de otros años.

Me sorprendió que no hubiera carpas donde refugiarse de la posible lluvia, que con un cielo encapotado tan solo nos dejó en esta edición algunas pequeñas chispas que no calificaría ni de zirimiri. Así que tuvimos suerte, teniendo además unas temperaturas agradables incluso por la noche.

Por lo demás, el festival mantuvo el formato de tres escenarios de los últimos años, solo que hay que destacar que el escenario tres, que comenzó estando destinado en pasadas ediciones para grupos más “pequeños”, se ha integrado este año de lleno como un escenario más donde se podrían ver actuaciones de bandas de primerísimo nivel. Y también cabe destacar los atractivos añadidos en cuanto a actividades paralelas dentro del recinto, con lucha mexicana entre otras cosas que no llegué a ver, puesto que si el cartel es interesante, el principal reclamo eran los grupos programados en cada uno de esos tres escenarios. Eché en falta, por otro lado, más puestos de merchan, sobre todo de venta de discos, que otros años eran más abundantes.

Como ocurre en un festival de estas características, simplemente por razones físicas se hace imposible ver a todos los grupos, pero lo cierto es que poco tiempo libre pude tener  desde que arrancaron los conciertos, salvo la licencia de cada jornada para cenar. Hacía mucho que el Azkena me dejaba tan pocos ratos muertos. Es buena señal.

VIERNES 23 DE JUNIO:

Con un poco de incertidumbre se abrieron las puertas 15 minutos más tarde de las anunciadas 5 de la tarde. Y es que a última hora The Meteors se cayeron del cartel, con lo que sin incorporación de nueva banda se optó por colocar a Fetitxe en su lugar, retrasando la actuación a la hora prevista para ellos y trasladando el concierto del escenario principal al tercero. Eso produjo algún que otro despiste aunque pudimos ver íntegramente la potente actuación de los vizcaínos, segundos clasificados del último Villa de Bilbao en su sección de Metal y nombrados como mejor banda de Bizkaia y banda destacada de Euskal Herria. Eso les trajo a este lugar para presentar “Distantzien Artean”, primer disco de la banda, con un sonido no del todo nítido. El grosor que buscan pudo ser el culpable de que se diera tanta preponderancia a unos graves que a veces dificultaban la comprensión del resto de elementos de su música. Sin embargo, canciones como “Lotuta” o el homónimo de su obra dejaron constancia de su fuerza aplastante.

THE SOULBREAKER COMPANY

Los locales The Soulbreaker Company actuaron en el segundo escenario, bautizado como Respect y flanqueado por las figuras de Gregg Allman y Sharon Jones. Como cada año el Azkena rinde tributo a los recientes desaparecidos con este detalle, siendo este año dos las figuras que aparecerán en cada escenario. Si estos eran los que aparecerían en el segundo escenario, en el tercero llamado Love veríamos las figuras de Greg Lake y el promotor Javi Ezquerro, mientras que en el principal, llamado God, aparecerían Chuck Berry y Chris Cornell.

Pues en el Respect los gasteiztarras The Soulbreaker Company sudaron la camiseta con su rock aguerrido y sicodélico, pero lo cierto es que no llegaron a atraparme. Puede que se hagan un poco densos para un festival. Pienso que en un recinto cerrado, con una mayor cercanía y tiempo para recrearse hubieran tenido otro impacto.

Me apresuré a acercarme de nuevo al escenario Love para ver a toda una leyenda de la NWOBHM como Tygers Of Pan Tang. Otra de las oportunidades que no se podían desaprovechar. La banda liderada por el guitarrista Robb Weir sigue actualmente con un excelente nuevo disco que defendieron de arranque con “Only The Brave”, actualmente con un Jacopo Meille haciendo las veces de vocalista de una manera más que digna.

TYGERS OF PAN TANG

El hecho de contar con muy poca presencia de miembros originales en la banda puede hacer pensar a muchos que esto se desvirtúa, pero la banda se  mostró en muy buen estado. Y si han puesto a su última obra el título homónimo de “Tygers Of Pan Tang” por algo debe ser. Eso sí, no dejaron de deleitar a los más nostálgicos con temas de aquellos primeros 80 cono “Euthanasia” o “Gangland”, sin perder de vista lo nuevo con más piezas como “Devil You Know”, y canciones de épocas más recientes, caso de “Keepimg Me Alive”, perfectamente incrustadas al lado de canciones con tanta leyenda como “Hellbound” o “Suzie Smiles”.

La mayor pega fue que la banda no contó con muy buen sonido. Fue la banda que más floja se quedó en cuanto a potencia, aunque terminaría sonando mejor de lo que empezó. Así pudimos disfrutar de esos clásicos del final y de las versiones que a modo de bises se marcaron de “Tush” de ZZ Top y “Love Potion No 9” de The Clovers.

La leyenda de una banda de culto del que probablemente haya sido el movimiento más emblemático de grupos de heavy metal y cuna de mucho de lo que después llegaría sigue viva, con capacidad para hacer grandes nuevas canciones y defender con la más pura esencia los viejos temas. Para los amantes del hevay metal un lujo verles en el Azkena.

KING´S X

Tardaría en ver una actuación en el escenario God, porque volvimos al Respect para ver a otra leyenda. Una banda genuina, original y única como King´s X. Otra de las marcadas en rojo por mí. El trío conformado por Jerry Gaskill a la batería, Ty Tabor a la guitarra y Doug Pinnik al bajo y la voz principal, es un trío de ases que se entiende musicalmente a la perfección. Y es que la fusión de metal con funk, soul y progresivo la llevan a cabo con una asombrosa naturalidad que hace parecer sencillo la forma en la que se siguen unos a los otros. Destacando además que los tres hacen voces, con un trabajo de coros y segundas aportaciones vocales del guitarrista y el batería muy remarcables.

Costó un par de temas que el sonido estuviera a la altura, así que no disfrutamos del todo de “Groove Machine” y “The World Around Me”, con las que arrancaron. “Flies Bue Skies” y “Pillow” servirían para poner todo en su sitio, y ya la banda comenzaría a estar muy cómoda con “Pray”, mostrando pinceladas de su discografía de una categoría musical alucinante. Con Doug Pinnik haciendo guiños a las primeras filas una y otra vez, y poniendo todo el alma en un memorable “Over My Head” o en otro de los grandes clásicos “Dogman”. Una banda que nunca ha sido del todo valorada y comprendida, pese a que su originalidad, calidad y feeling está fuera de toda duda. Su trayectoria les hace acreedores a ocupar posiciones más relevantes en los festivales.

CRANK COUNTY DAREDEVILS

De vuelta al escenario Love me encontré con la actuación de Crank County Daredevils ya arrancada. Si los Manowar se autoproclamaron reyes del metal, estos lo hicieron hace unos años como reyes del Sleazy. Y a fe que pueden presumir de ello todo lo que quieran si es para brindarnos este tipo de descargas. Menudo conciertazo que se marcaron los americanos, con la actitud más sucia que te puedas imaginar, empapados literalmente en whisky y descargando con una crudeza impresionante temas como los de su nuevo EP “Feed The Beast” con el que han regresado al ruedo para dar actuaciones tan arrogantes como la del Azkena, pero ante las que solo queda rendirte. Porque eso es actitud y esa es la forma de hacer arder un escenario.

GRAVEYARD

Graveyard exponían a una hora ideal, ya en plena noche y en el segundo escenario, su ecléctico estilo que mama de las fuentes setenteras más dispares. Desde el blues, hasta el stoner o el rock más macarra son capaces de abarcar estos tipos que sonaron como un cañón. Si acaso cabe destacar cierta frialdad en su puesta en escena, muy sencilla y sin mayores aspavientos, sin embargo fueron sus propias canciones, sobre todo las más cañeras, las que arrastrarían al público, destacando que el concierto pasa por diferentes fases, con ciertos descansos blues y algún tramo semiacústico. Mas que curioso el parón a mitad de concierto, como si estuviera dividido en dos actos, porque es complicado considerar que la banda se marcara tantos bises. Y lo del pipa saliendo a cambiar la guitarra en pelotas, supongo que sería una apuesta ganada. El caso es que con esa cara de pocos amigos se marcaron un extenso repertorio que dejó diversidad de opiniones. Había quien prefería más contundencia de forma seguida. Mi opinión personal es que da mucho dinamismo a su propuesta esa variedad que atesoran, porque de lo contrario con una puesta en escena tan sobria podrían resultar monótonos.

Lo de John Fogerty merece un capítulo aparte. Una de las leyendas más grandes del rock & roll que uno no imaginaba ya tener la posibilidad de ver algún día. A sus 72 años este señor cumplió las expectativas de un brillante cabeza de cartel, algo que no es poco teniendo en cuenta que eso da un mayor nivel de exigencia. El vocalista y guitarrista de Creedence Clearwater Revival fue pura ilusión por subirse a un escenario.

Contó con una espectacular banda respaldándole, pero el escenario sería todo para él, mientras que sus acompañantes irían teniendo momentos de lucimiento individual a lo largo de la descarga. Pero es que Fogerty necesita el escenario para recorrerlo una y mil veces, solo estando en el centro para cantar. En cuanto se desprende del micro podéis estar seguros de que le sobra energía para ir haciendo punteos sin dejar de moverse hacia un lado u otro, de gesticular y de mostrar la sonrisa de quien se encuentra feliz al ver la reacción de sus canciones en el personal.

JOHN FOGERTY

La intro se hizo un tanto larga con unas imágenes sobre la Creedence proyectada por la pantalla gigante del fondo del escenario. No hubiera estado de más que se hubieran visto esas imágenes en las pantallas laterales para que se hubiera visto bien desde cualquier punto del recinto. Ese arranque lo enlazan con “Born On The Bayou”, con el que aparece la banda casi a modo de saludo, con Fogerty aun en la parte trasera del escenario. Pero solo sería cuestión de segundos para que con “Travelling Band” nos metieran el rock & roll en el cuerpo, sin parar a lo largo de 21 temas, si no me fallaron las cuentas.

Se basó en los grandes clásicos de Creedence Clearwater Revival, con momentos tan llamativos como el del tapping que se marcó para abrir “Keep On Chooglin´”. Parece que se ha reciclado John Fogerty con técnicas aún inexistentes cando se crearon estos éxitos. No dudaría en codearse en un duelo de guitarra incluido con su compañero, dejando espacios solistas a lo largo de la descarga por parte de cada músico, alguno de ellos aprovechado para tomar aire por parte de la figura principal de la banda.

Como en el caso del solo de acordeón previo a “Looking Out My Back Door”. Pero la descarga no tendría mucho descanso, tan solo con una pequeña mirada al pasado por parte de Fogerty para pararse a describir algunas situaciones de tiempos pasados antes de tocar “Who´ll Stop The Rain”. Con alguna concesión como “Rock & Roll Over The World”, de su carrera en solitario, en la parte final, el repertorio fue un repaso a un tema tras otro de su banda madre. Canciones que no solo forman parte del rock, sino de la cultura popular de este planeta.

Hubo momentos tan destacados como “Down On The Corner” o un hard rockero “The Old Man Down The Road”. Temas con los que Fogerty se llevó a todos de calle, haciendo que todos siguiéramos ese ritmo y cada paso del músico por el escenario, así como cada acorde sacado de su guitarra. “Bad Moon Rising”, “Fortunate Song” o “Proud Mary”, muy conocido por la versión que en su día plasmó Tina Turner, fueron algunas de las últimas joyas de un concierto en el que la leyenda del rock venció y convenció. Está hecho un chaval, lleva una excelente banda de músicos y muestra una actitud  en el escenario honesta y sincera. Muchas “estrellas” deberían tomar nota.

THE HELLACOPTERS

Cerraban la primera jornada The Hellacopters, uno de los abanderados del rock escandinavo que dejaron un sabor agridulce la pasada edición. Pues en esta ocasión la opinión favorable sería bastante más unánime. Dejándose de set list especiales de conmemoración de disco alguno y con un repertorio arrasador que apenas dio tregua. Repartieron de lo lindo demostrando el por qué de su estatus internacional y, este año sí, con un sonido que les hizo justicia.

Entre que pasamos de un escenario a otro llegué con “Born Broke” arreciando,  y con la banda dando espectáculo a base de su propia actitud. Pero es que cada uno de ellos es un personaje en escena, siempre con el llamativo especial del agazapado, encapuchado y dispuesto a atacar, Dregen, que es puro nervio.

Tan solo en algún momento puntual como “Tab” o “My Mephistophelean Creed” darían una pequeña tregua en el reparto de caña de canciones como “Random Riot”, “Ferrytale” o “Hey!”, llegando al momento más espectacular con el coreadísimo “Toys And Flavors”, a partir del cual pondrían a prueba las fuerzas que tras toda la jornada le quedaban al personal con “I´M In The Band” y “Spock In My Rocket”. Los bises tras el abandono momentáneo del escenario llegarían con los adrenalínicos “By The Grace Of God” y “(Gotta Get Some Action) Now!”, por si quedaba alguien insatisfecho. Aunque siempre habrá de todo, difícil que sea el caso, puesto que sus 18 canciones y hora y media de descarga cumplieron con todo lo exigible a un grupo de su estilo y de su categoría.

SÁBADO 24 DE JUNIO:

Los madrileños SCR abrieron la segunda jornada, como es habitual no con mucho público a primera hora (17:15). Casi que la jornada anterior le vino mejor a Fetitxe retrasar su actuación, mientras que el público aun no estaba castigado de todo un día de música en directo. En este caso se tuvieron que batir el cobre si cabe más, pero da gusto ver a una banda luchar por sacar de los presentes un aplauso y encontrar un reconocimiento. Lo consiguieron, poniendo especial hincapié en los temas de su recién editado “Sotacaballorey”, donde plasman un hard rock de cierta reminiscencia blues, grueso y potente. Verdadera categoría por parte de un power trío muy bien armado y verdaderamente consistente.

BLOODLIGHTS

La banda del ex de Glucifer, Captain Poon, era un reclamo más que importante, pese a tocarle actuar aún a una hora tan temprana como las 18:40, en el escenario Respect donde sus paisanos The Hellacopters dejaron caliente el escenario la noche anterior.  Pues los Bloodlights no quisieron quedarse cortos a la hora de repartir rock escandinavo de primera, con la actitud punk que le caracteriza. De hecho quisieron rendir un tributo al estilo con la versión de “New Rose” de The Damned”, entre temas de pura electricidad como “Just A Little Noch”, “Simple Pleasures” (de lo mejor bajo mi punto de vista) o “Addiction”. Tras la disolución de Glucifer está en buenas manos el espíritu del rock escandinavo. De hecho, viniendo de donde viene y con el peso que tiene lo que Captain Poon supone en este estilo, bien  merecerían un puesto más alto en carteles de los festivales. Gran descarga aun a media tarde.

INGLORIUS

En el escenario God teníamos la oportunidad de ver a una de la promesas del hard rock de escuela británica con dos discos editados, aunque con apariciones tan estelares como esta podemos casi considerar ya a Inglorious una firme realidad. La banda encabezada por el vocalista Nathan James deleitó a los presentes con un hard rock de calidad incuestionable, a la altura de los grandes. Cómo recuerdan a los Whitesnake y cómo este tío es capaz de llegar a los registros graves y agudos con una categoría que emula precisamente a esos grandes vocalistas del estilo.

No dejaron duda de toda su capacidad musical con un repertorio que repasó sus dos obras editadas hasta la fecha, arrancando con “Read All Abut It” y “Breakaway”. El grupo iría cautivando a propios y extraños con temas tan envolventes como “Holy Waters”, un medio tiempo de los que arropan y con el que el vocalista se bajaría del escenario para cantar desde el foso al lado de las primeras filas. “I Don´t Need Your Loving” o “Until I Die” serían otros momentos destacados de un sexteto de lujo que garantiza la savia nueva para un estilo que sigue rezumando años 80, con unas garras que se hunden un poco más allá para llegar a tocar el blues. Supieron a gloria entre los amantes del hard rock imperecedero, atemporal, y de gran clase.

LOQUILLO

Por curiosidad fui a ver a Loquillo. No es que sea lo que más me ha marcado en mi vida, pero se respetan las canciones de décadas pasadas junto a unos Trogloditas con los cuales rompió hace tiempo. Pues bien, él se llevará todo el rollo mediático y la fama, pero una vez vista a su antigua banda en directo en la actualidad puedo asegurar a los rockeros que, si lo que quieren es verdaderamente rock, es mucho más recomendable verles a ellos que a Loquillo en solitario

Cuenta con una buena banda, pero el sonido quedó muy por debajo de su voz, y la actitud dista mucho de ser la de un verdadero músico de rock. Ni canciones que deben suponer todo un chute de adrenalina como “La Mataré” me llegaron a emocionar. Y tampoco vi especialmente entusiasta a un público que abarrotaba el recinto, pero lejos de mostrar una gran reacción. No es de extrañar ante un vocalista que no fuerza lo más mínimo, que se apoya en la gente en exceso en los temas más emblemáticos y que por el solo peso de unas canciones por todos conocidas parece verse acreedor a obtener todo el reconocimiento. Al menos en mi caso tengo claro que el espíritu de aquellos temas de hace décadas reside mucho más en Trogloditas. Aunque no se si muchos de los presentes en esta actuación sabrán que siguen funcionando y girando.

Puede ser una afirmación muy personal, pero Thunder eran para mí hoy los verdaderos cabezas de cartel. Una banda con trayectoria sobrada para ser uno de los grandes del rock internacional, pero sin embargo siempre en un plano de popularidad muy por debajo de lo que sus discos merecerían. Al menos, y aunque fuera en el tercer escenario (Love), actuaron a una hora ideal. A las 22:00, con muy buena presencia de público.

THUNDER

La banda ha seguido ofreciendo muy buenos temas en sus últimos trabajos, con lo que puede permitirse hacer un repertorio de principio a fin sin un solo bajón en intensidad y en el nivel de lo expuesto, estallando de idéntica manera en la que lo hace “Thunderstruck” de AC/DC, que sonó previamente a la entrada de la banda en escena con “Wonder Days”.

Temas de diferentes épocas se fueron sucediendo, con un tremendo “Blackstreet Symphony” pudiendo aparecer al lado de “Resurrection Day” con total naturalidad temas entre los que median muchísimos años, pero que dejan constancia de que desde su debut en 1990 hasta la actualidad la banda no ha perdido clase, talento, categoría, calidad… y todos los atributos que quieras ponerle a una banda de rock. Ellos seguro que tienen todas esas virtudes.

Por supuesto en su actuación se respiró emoción en no pocos momentos, con temas con tanto peso y leyenda como “Love Walked In”, seguido por el reciente single ·”Rip It Up” o un sublime “I Love You More Than Rock ´n´ Roll” con el que parecían despedirse. No esperaba que hubiera un bis, pero no sé si de manera premeditada o porque los oes les animaron a ello, la banda regresó con “Dirty Love”. Pocos grupos fueron tan aclamados como ellos, que se ganaron todo ese calor. El público del Azkena a sus pies les hizo justicia.

También se escapa un tanto a nuestro estilo, pero hace unos años Chris Isaak hizo en este festival una actuación que recuerdo con bastante cariño, bajo la lluvia entonces. Esta vez, sin embargo, me dejó bastante frio el concierto. Tal vez porque el recuerdo era bastante bueno, aunque no creo que idealizado. El caso es que no hubo demasiada intensidad, desgranando un fantástico “Wicked Game” demasiado pronto y movió al respetable con “Pretty Woman” acto seguido. A partir de ahí hubo un set acústico demasiado largo, aunque tuvo algún buen punto como la versión de James Brown de “I´ll Go Crazy” o el buen intento con el español en uno de los temas. Pero ni mucho menos me transmitió el carisma de su anterior paso por aquí, ni creo que enganchara a un público bastante despistado durante su actuación.

CHRIS ISAAK

The Cult pondrían el cierre definitivo a este Azkena en el escenario Respect, siempre con la incógnita de comprobar qué versión de sí mismos nos iban a dar. En esta ocasión la banda liderada por Ian Astbury estuvo a la altura con un buen repertorio lleno de temas que engancharon a los presentes, aunque tampoco harían nada espectacular a nivel escénico, ocupando cada músico su parcela sin mayores alardes.

“Wild Flower” era la manera de comenzar con buen pie seguido por “Rain”, o un “Love”, que iría constatando el gran cierre de un festival con muy buenas actuaciones de forma general. Y The Cult no lo estropearon. El recinto arreció al grito de “Sweet Soul Sister” y al banda dejó buenos momentos como “Lil´ Devil” o el clasicazo “Fire Woman·”, con un “GOAT” entremedias que defendió lo último editado por la banda, marchándose con “Love Removal Machine” de la mejor manera.

Quedaba la duda de si volverían a aparecer, con el público pidiendo entre oes nuevamente su regreso. Creo que junto con Thunder el único concierto donde los escuché. Pero sin embargo finalmente la música se encendió y nos despedimos del Azkena 2017 nuevamente con un balance de asistentes muy alto, superando, según cifras oficiales, las 35000 personas entre los dos días, y con un nivel de conciertos más que satisfactorio para todos. Esperemos repetir de nuevo en el 2018 en una de las citas aseguradas e ineludibles para un público fiel.

Texto: Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo (www.musifota.com)