MADERACORE

(El Camino Del Asombro)

7´5/10

 

 

 

Sé que hablar de música y no etiquetar en un estilo es casi imposible, pero cada vez hay más grupos que abren su universo de influencias con una amplitud tal que resulta difícil catalogarlos. Hay muchas maneras de lograrlo. Hay bandas que se van por las ramas y ofrecen extremos encontrados en un batiburrillo al que cuesta darle sentido, pero otras ponen sentimiento y creatividad al servicio de la música, elemento a través del cual se debe tocar la fibra sensible del oyente. Este es el caso de estos vizcaínos que nos presentan este segundo trabajo de su carrera bajo el título de “El Camino Del Asombro”.

Ellos no se ubican en un lado de un estilo u otro, ni tan siquiera se sabe muy bien dónde pueden estar. Simplemente se salen de una realidad condicionada para encontrarse en un punto imaginativo donde la música sale con una mente muy limpia, sin prejuicios. Así entramos en temas como “Mecanismo” o un “Linterna” que algunos tildarán de pop. Cierto que no hay brusquedades, pero quitando algún estribillo, de asequible no tiene demasiado la obra. Conviene profundizar para sacarle jugo.  Maderacore hacen un rock que podría estar muy marcado por la libre creatividad de los 60 o 70, solo que llegando a la actualidad y dándole ese toque.

Las acústicas son un elemento que en muchas ocasiones convive con las eléctricas, pero lejos de restar intensidad ocurre todo lo contrario. Parece que esta aumenta, como apreciamos en “Ciclogénesis”. Y es que aunque un piano brinde una pequeña alfombra para desplegar unos simples sentimientos hechos música, como en “El Camino”, la obra solo ofrece un relax sonoro, porque si dejas entrar sus sentimientos verás que dentro de ti siempre se está cociendo algo, siempre hay una emoción y si su música puede trascurrir a medio tiempo, el corazón de sus canciones late muy fuerte. Cierto que podría resultar más variado un trabajo de 12 temas, pero entiendo que precisamente ese es el ambiente que ellos quieren crear y si les sigues seguro que captas esa emoción.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)