CRÍTICA: ABORTOS DE SATAN – CON EL FRACASO TAN ASUMIDO

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(Con El Fracaso Tan Asumido)

7/10

La resignación es un arma que nos puede llevar al pasotismo, pero lejos de ello, asumir el fracaso ha hecho que Abortos de Satán se pongan las pilas, y de qué manera, para ofrecernos un disco en el que no hay crítica que pueda hacerles mella, en el que lo ortodoxo se la resbala a esta banda y que, si cabe, solo ha conseguido que nos brinden un disco más furioso, agresivo y corrosivo.

Imposible catalogar a esta banda que no busca ningún tipo de lucimiento. Solo descargar a presión todo el odio que llevan dentro. Un odio que encañona a bocajarro. Ellos se catalogan como Groove Metal Urbano, si bien su reminiscencia puede ir desde el punk al thrash metal. El caso es que es un tipo de grupo que me recuerda a bandas como A Palo Seko. Puede que no sea lo más virtuoso que te lleves a los oídos, pero lo a gusto que te quedas si le pillas el punto no te lo va a quitar nadie. Rabia en estado puro que no deja títere con cabeza. También me recuerdan a unos Koma infinitamente más cafres y algo de Narco entre sus influencias tampoco se lo quita nadie. Así que imaginad la explosión que supone “Con El Fracaso Tan Asumido”. Pero es que dentro de ese modo de expresión sus temas transmiten. La pérdida del miedo nos lleva a ser “Capaz De Todo” y a pensar en ir más allá con “Hablemos De Utopias”, con temas que son dinamita, como en el caso de “Excusas” o “Altruismo Barato”. Temas que no buscan el sonido más limpio, sino todo lo contrario. Algo completamente roto.

Sin embargo, la banda se marca una instrumental ralentizada como “Otro Día Lluvioso” que puede sorprender, si bien la tralla más directa no tarda en volver con “La Realidad Bajo Tu Cama”. Especialmente me quedo con “Te Veo, Te Reviento” como un tema my significativo de lo que es la actitud y personalidad de esta banda. “Derrotado Por La Lógica” es un nuevo sarpullido de rabia no sin un ápice de moraleja. Terminan la obra con un “Nivel Supremo ¿Qué Coño Haces Con Tu Vida?” que sorprende por el cambio de cadencia, aunque tiene de todo en su transcurrir. Y es que no dejan de dar patadas a diestro y siniestro estos tipos. Como un elefante en una cacharrería, así resulta la irrupción de esta banda una vez que empieza a girar el redondo. Imaginad el estropicio y os haréis una idea de lo que se esconde en la obra. Literal.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

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