CRÓNICA: DRUNKEN BUDDHA + RUTA 8
DRUNKEN BUDDHA + RUTA 8
Sábado 22 de enero de 2022 – Sala Groove – Portugalete, Bizkaia
Dada la complicada situación para las actuaciones en directo, con giras que se siguen aplazando ya en pleno 2022, este ha sido el estreno de este año en cuanto a conciertos se refiere para quien suscribe. Siendo optimistas ya es uno más que los presenciados el año pasado por etas fechas. Aunque tal vez ese positivismo aflore más por el subidón que supuso disfrutar de una memorable noche en ese rincón a las afueras de Portugalete que se llama Groove Live Sessions y que sigue poniendo las condiciones para que nuestra música siga muy viva en tiempos difíciles. Un lugar donde poder esparcirse por un rato, más que entrar en un garito de rock, una puerta por la que salimos del mundanal ruido que sigue azotando ahí fuera.
Y es que si ya salí contento de las actuaciones que pude ver aquí el año pasado, única sala de conciertos que pisé en ese extraño 2021, de este si cabe uno sale con una sensación mucho más saludable. Una de esas noches de rock que cuesta describir si caer en lo chabacano o en los clichés. Porque puedo decir que vivimos un conciertazo, que la noche fue de órdago, que aquello fue una fiesta… Pero dudo que sirva para de entender lo que cada uno de los presentes se llevó consigo al volver a esa calle helada que nos esperaba ahí fuera.
Por un lado tendríamos a Ruta 8 haciendo de anfitriones. Y la banda vizcaína no defraudaría para nada. Si cabe creo que en directo dejan más patente ese estilo de rock duro que pese a su sabor de urbana margen izquierda bebe mucho de las fuentes angelinas. Rock duro para calentar la noche más fría de este invierno hasta el momento. Y es que Los Ruta caldearon el ambiente de inmejorable manera, con un repaso a sus dos EPs editados hasta la fecha y con algunos temas nuevos.
Para hacer honor a la verdad se puede decir que se notaron en algún momento los 2 años de parón en los directos o que la banda puede coger más tablas, ya que pese a la veteranía de sus miembros aun podemos considerarlos un grupo al que le falte dar un empujón definitivo a su carrera. Pero la banda tiene temas y ganas como para disfrutar y hacer disfrutar de la manera que pudimos apreciar esta mágica noche.
Y es que el grupo además de tocar electrizantes temas intenta conectar con el público con alguna pequeña performance que busca ese espectáculo que alguna de sus influencias llevaban a cabo en los 80 en algún garito americano. Pero esto es la margen izquierda del Nervión y eso es algo que va con el grupo en sus textos y en su propia denominación.
Esos pequeños momentos visuales dentro del show llegarían con “La Noche De Los Muertos Vivientes”, donde su vocalista Roberto se convertiría en una especie de zombie, y en “Demacrada Estás”, con una máscara acorde con la letra. Ambos temas de su más reciente EP “Huyendo De Tu Infierno”, del cual tan solo se dejaron fuera el emotivo “Tus Ojos Se Tornaron Oscuridad”, una balada que tenían reservada para cerrar su descarga, y que si bien en estudio es uno de sus grandes temas tal vez cueste encajar más en directos que pretenden ser muy festivos.
El caso es que con uno de los temas de su anterior EP como “Gatita” cerrarían su actuación tras la insistencia de los presentes y el beneplácito de los propios Drunken Buddha que les animó a una más cuando anunciaban retirada. Y cerrarían con un tema que sería también uno de los momentos a mi modo de ver más destacados de su tiempo sobre las tablas y que su público disfrutó a tope, habiendo dejado por el camino temas tan significativos para ellos como el homónimo “Ruta 8” con el que abrieron, “Vaya Noche”, “Gentuza” o temas nuevos que irán para un próximo trabajo como “¡Quiero Salir!”, compuesta durante el confinamiento y cuyo título creo que es bastante explicito. Las ganas de salir por fin y rockear quedaron patentes arriba y abajo del escenario
Con muchas ganas han cogido también la carretera Drunken Buddha que llegaron a la cita con dos flamantes discos bajo el brazo. Pese a su corta trayectoria discográfica los miembros del grupo acumulan experiencia entre sus componentes, siendo Fran Fidalgo, ex bajista de Avalanch, tal vez el más conocido miembro de la banda para el público, pero contando en todos los casos con una incuestionable calidad y experiencia que ponen al servicio de grandes temas marcados por el espíritu clásico y a la vez por un ápice importante de propia personalidad.
Alguna de esas influencias las dejaron patentes a los largo del repertorio, con versiones de “Mr Big” de Free, “Walking In The Shadow Of The Blues” de Whitenake o “Highway Star” de Deep Purple, tema este último en el que se salieron en ejecución. Si ya nos había impresionado Diego Riesgo en la guitarra en este momento se consagró definitivamente ante la parroquia. Y aunque Michael Arthur Long no sea ni Paul Rodgers, David Coverdale o Ian Gillan, lo cierto es que se erigió en un protagonista visual clave en el show del grupo, cumpliendo en esas versiones y aportando su arrolladora personalidad tan marcada que le da al grupo en los temas propios.
Y ya puestos a mencionar a todos los componentes qué decir de Mario Herrero en unos teclados que aparte de elegantes son claves y muy protagonistas en el sonido del grupo y del todoterreno Kay Fernández a la batería. Y es que precisamente la banda juega con ritmos muy diferentes en los temas y creo que en este sentido supieron marcar muy bien los tiempos del concierto para hacerlo de lo más dinámico y entretenido.
Pensé en un principio que iban a interpretar íntegramente su segunda obra de título “II” cuando arrancaron de idéntica manera y en el mismo orden que en el disco con “March To Dementia”, “Sea Of Madness”, Devil´ss Breath” y “Purple Skin”. Pero evidentemente los temas de su debut bien merecen el hueco que evidentemente tuvieron. Y es que son dos discos a mi modo de ver muy parejos en nivel de calidad; tal vez con un estilo más consolidado el segundo.
Sin embargo, tema como “Can´t Hold Your Gaze” o “Jester Song” dejarían constancia de ese debut entre tema como “Back Where I Belong” o un single tan adictivo y con un riff de tanto sabor a Dio como “Hang´em High”. La banda ya se sentía como en casa y quedó más patente en el denso “Monster” donde el vocalista cambiaria el cuero por el vaquero para acabar cantando de rodillas en el frente del escenario echándose completamente hacia atrás haciendo alarde de flexibilidad.
Muy entregado, algo que también se dejara notar en la banda Three Shots en la que me comentaba mi amigo y compañero Juan Raul de la web Made In Metal el rollito que tiene a Skid Row. Y es cierto que en el estribillo parece que vamos a empezar a cantar eso de remeber yesterday, pero también es verdad que el tema tiene una ambientación muy Bowie, algo más disimulada en directo que estudio.
Tras “Lady Stardust” llegaría ya el momento de ganarse a la concurrencia para siempre, Y es que si ya invitas a una copa además de realizar semejante actuación además de fans vas a hacer amigos. Y Michael Arthur Long no descorcharía una, sino dos botellas de champán que compartiría con una audiencia entregada durante “Medicine Man”. Con ellos se mezclaría el vocalista, dándose una ducha con buena parte del contenido de una de esas botellas derramada antes de acabar la antológica visita a Bizkaia de los asturianos con “Strangers & Fools”.
Para verdadera ducha la de excelente rock duro que nos brindaron en una noche que solo los presentes podrán describir en su interior de forma abstracta. Con palabras es complicado. Rock salvaje, imprevisible y libre que deja las emociones en lo más alto en tiempos donde escasean subidones de adrenalina de este tipo.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)