CRÍTICA: SHINOVA – ANA Y EL ARTISTA TEMERARIO

 

shinovaSHINOVA

(Ana Y El Artista Temerario)

9/10

 

 

 

Esto es abrirse puertas a la creatividad. Tras un disco como “La Ceremonia De La Confusión”, que personalmente se ha convertido en uno de los pocos que entre tanta música recibida este que suscribe puede decir que se ha trillado como en su día hizo con los trabajos que marcaron su adolescencia, Shinova editan una tercera obra sorprendente donde proponen un estilo mucho menos potente, pero a la vez resulta mucho más arriesgado y menos asequible, aunque a primera escucha pueda parecer que suavizarse suponga todo lo contrario.

Este es un trabajo mucho más experimental al que la voz de Gabriel le da la cohesión necesaria. Su marca es ineludible, cante en el estilo que cante. En este caso dejan de lado esa base de metal potente para adentrarse en terrenos mucho más íntimos. Las guitarras se reflejan prácticamente en un tono acústico, acercándose al indie incluso en cortes como “Atántico”. Y hacen esto en un momento clave para cualquier banda como es la tercera obra, la que puede suponer una consagración y en el momento en que puede ser más lógico ser reservón.

Pero si ese hecho es un condicionante, no hay libertad en la mente de los artistas y en este caso la hay sin límites. De ahí que el título de “Artista Temerario” le venga de perlas. Tema homónimo que abre la obra y que refleja a la perfección la situación para esos creativos que tenemos en nuestra música. Y es que es temerario ser artista a día de hoy, pero si además ese artista es músico y hace rock su temeridad se multiplica. Ese miedo ha desaparecido de esta obra y de la mente de Shinova, dejándonos un trabajo aparentemente más sencillo ante su menor potencia, pero que resulta todo lo contrario.

Hay un trabajo mucho más detallista, sobre todo en el aspecto vocal, central en la banda una vez más, pero sus revestimientos están cargados de simbolismo. Es recomendable dar más de una escucha para percibirlo, si es posible con auriculares. Por otro lado, el terreno instrumental es más cambiante que sus anteriores obras y su sutileza no riñe con temas que reflejan energía como “La ventana Del Voyeur”, uno de os que más se enlazan estilísticamente con su pasado y que parece ligado en su letra con el siguiente “Ana”, tema que da a la obra su primera parte del título y que puede reflejar esa otra parte romántica y pasional de este “Artista Temerario”. Ambas caras de esta moneda se unen en un tema como “Media Noche En París”, que también ofrece una ligazón no solo musical sino letrística con el conjunto de un disco que recomiendo coger como un todo sin ser conceptual.

Un disco coherente, direccionado con mucho criterio dentro de una libertad creativa que no significa caer en desvíos incomprensibles, aunque puede ser un reto para sus seguidores y más aceptable por gente que pueda coger a la banda nueva. Un arma de doble filo que atendiendo a la calidad del disco no debería ser tal, ya que en uno y otro caso para su aceptación solo requiere mente abierta.

Para el que sin llegar a entenderlo decida enterrar la obra le vendría de perlas la dedicatoria de “Los Que Tanto Hablan”, donde Gabriel demuestra cómo su voz es capaz de poner los pelos de punta apenas con entonar unas palabras prácticamente habladas. Me parece un vocalista muy lejos del reconocimiento que merecería. Temas como “Atlántico” ofrecen muchos contrastes, pero son el ejemplo de que la sutileza puede ir unida con una velocidad muy marcada en su parte inicial, al igual que ocurre en “Pasajes» revestido por coros femeninos dando un cariz muy especial.

No deja de haber una seña común a todos sus discos, la melodía. Este aspecto se muestra en “Lo Que Fuimos” de tal manera que convierte esta canción en un corte que te acoge desde el principio hasta el final. Teniendo un estribillo claro, en sí toda la composición engancha y muestra una calidez acogedora.

En el plano de textos es un disco cargado de mensaje, aunque dejando un punto de vista más ambiguo e interpretativo que en su anterior “La Ceremonia De la Confusión”, que resultaba más directo. “Mensaje De Emergencia” o “Shakespeare In Shock” dan prueba de ello.

El estilo moderno y rupturista del grupo se refleja especialmente en “Las Marcas Del Tiempo”, donde puntualmente me recuerdan a un grupo tan inclasificable como Estirpe. Y la pincelada final es un tema lento con dueto vocal masculino y femenino, con estribillo apabullante y con llamativos cambios en las tesituras de las guitarras, pasando incluso por cierto deje flamenco.

Si los metaleros se sienten un tanto decepcionados ante el reblandecimiento de su sonido les digo que le den una segunda oportunidad y que se abran simplemente a la calidad musical que posee la banda. Con su tercera obra han demostrado que hagan lo que hagan siempre tendrán una personalidad y que pueden coquetear con el estilo que quieran siendo ellos mismos. Y, lo más importante, es que desde un punto de vista objetivo cualquier seguidor de la música que escuche con detenimiento el disco puede disfrutar de esa amalgama y de la libertad que nos hace sentir “Ana Y El Artista Temerario”. Tanta como la que han tenido ellos para hacer el disco que han querido, sin dejar de tener guiños duros que recuerdan a sus anteriores discos pero musicalmente convirtiéndose en un grupo que se aleja de una escuela marcada y cuya huella propia fraguada en sus dos discos anteriores ahora se convierte en imprevisible de cara al futuro. Personalmente y como seguidor me han dejado claro que mientras brille esta esencia de marca propia, la banda siga libre de ataduras y no pierdan el sentido de una obra que dentro de la variedad resulte coherente; me seguirá gustando. Entiendo que esto se pueda hacer extensible al resto de seguidores de Shinova que superando el reto de escuchar un disco nada sencillo para los más acomodados vuelvan a resultar cautivados por tercera vez consecutiva.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Maldito Records

Fecha de salida: 04.11.2014

www.shinovarock.es