CRONÓMETROBUDÚ

(Ama – gi)

8/10

 

 

 

Cronómetrobudú se desmarca de cualquier tipo de estancamiento en nuestra escena con un nuevo trabajo imposible de atar en corto. La amplitud estilística de la banda va unida a la calidad que han querido dotarle al sonido, con un toque de elegancia que englobe cualquier derivación musical procedente de la multitud de palos que tocan en su música. Han creado un estilo propio en el que dan cabida a todo lo que la imaginación les diga que puede encontrar su sitio, sin desorden y con el compacto y limpio sonido sacado de los estudios Cube de Alberto Seara y bajo la producción de Carlos Escobedo. Se deja notar en algunos temas ese particular estilo que suele salir de ahí, pero Cronómetrobudú mira hacia otro lado, con lo que es imposible meterlos en el mismo saco del conjunto de bandas marcado por una misma forma de entender la potencia metalera y la melodía. Por supuesto, que cuenten con un violín muy presente en las composiciones ni mucho menos significa que haya que establecer otro tipo de comparaciones que a todos se nos pueda venir a la mente, ya que sería lo mismo que meter en el mismo saco a  dos bandas de rock porque ambas tienen guitarras. La utilización es completamente diferente en cada caso, y los burgaleses lo llevan a un plano totalmente personal.

Con una presentación del disco de lujo, artística y sin la inclusión de letras completas de los temas, sino reparando en el aspecto visual y guiándonos con un pequeño texto introductorio a la raíz critica de libre interpretación que presenta la banda y que luego se dirige hacia diferentes lados en cada uno de los textos de las canciones, la obra entra bien desde que la tienes en la mano. Para mayor interés la intro “Nibiru” es de lo más sugerente, contando con la voz soprano de Virginia González de manera estelar. La acompaña el tenor David Romero, que luce más en el siguiente “Ama-Gi”. Ambas voces se conjugan y encajan a la perfección en el estilo propuesto por Cronómetrobudú.

La potencia del grupo se deja notar en el plano más reivindicativo y cañero en “Codo A Codo”, si bien en algún tema como “De Cero” no me acaba de convencer el trato vocal, que parece no encontrar toda la envoltura necesaria. Sin embargo, es de quitarse el sombrero el resultado de temas donde se atreven con el rap, como es “Solo Para Ti”, aunque cuenta con un estribillo muy melódico y casi baladístico. El violín no es mero acompañamiento, destacando en el aspecto solista en bastantes temas, como “Soy Yo, David”. La banda no pone límites, adquiriendo un matiz gótico oscuro y a la vez romántico en “Bajo Piel”, si bien luego son capaces de pasar por un  tema con guitarra flamenca en “Mi Vida Sin Mí”, con colaboraciones de Manu Reyes (Sôber) y Jose Antonio Pereira (Carlos Baute) a la batería, mientras que en las guitarras se luce Ami John Haddad (Zoo Bazar). Fijaros si el grupo no se corta que se atreven hasta con un tema en japonés llamado “Riesan”.

Todo vale, si suena bien y transmite. Y el caso es que luego ellos le dan orden sin que ello implique ningún tipo de rigidez. El libreto se abre  con una alegoría que nos lleva a la época sumeria y que nos habla sobre Los Elegidos que quisieron destruir esa matriz llamada Babel y encontrar su libertad, descubriendo que esta no es un lugar, sino un estado. Pues eso es lo que han logrado ellos mismos para hacer de su música algo imposible de encasillar, algo dotado de vida propia y alas como para poder ser suficientemente imprevisible y además no suponer  ningún atragantamiento para nadie. Si me apuráis hay hasta un deje asequible en muchas melodías, pero estilísticamente eso no les frena.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADCIONAL:

Sello: Top Artist Promotion (www.topartistpromotion.com)

Fecha de salida: 22 de noviembre de 2013