PROGRESSIVE NATION 2009 – EUROPEAN TOUR: DREAM THEATER + OPETH + BIGELF + UNEXPECT

PROGRESSIVE NATION 2009 – EUROPEAN TOUR:

DREAM THEATER + OPETH + BIGELF + UNEXPECT

23 – 10 – 09

Madrid (La Cubierta)

DREAM THEATER

Eran las seis de la tarde cuando La Cubierta de Leganés abrió sus puertas para dar entrada a los primeros asistentes a lo que sería un concierto memorable. Grupos de la talla de Dream Theater y Opeth, acompañados de Bigelf y Unexpect nos harían disfrutar de una tarde-noche de un viernes que tardaremos en olvidar.

Los canadienses Unexpect fueron los encargados de comenzar el espectáculo. Nos ofrecieron unos temas con mezclas desde el death, black, hardcore, hasta el progresivo y melódico. Como señas más identificativas el bajo de nueve cuerdas, el violín, y la cantante femenina. Nos dejaron con ganas de más, ya que apenas tocaron media hora.

Un cuarto de hora para quitar la batería del grupo anterior y colocar un par de teclados, y entre la banda sonora de Star Wars, Bigelf saltó al escenario. El grupo, bastante desconocido entre la audiencia, pronto conquistó a todos los asistentes con sus ritmos pegadizos de guitarra y sus teclados ricos y sofisticados, llegando casi a lo psicodélico a cargo de quien hacía las veces de vocalista, Damon Fox. Un grupo al que seguir la pista de ahora en adelante.

Opeth no se hicieron esperar mucho y a las ocho y media saltaron al escenario. Comenzaron con el tema «Heir Apparent» de su último álbum, “Watershed”. Así, con melodías y acordes de metal clásico y voces de death metal, empezó su actuación. Siguieron después con «Reverie/Harlequin Forest», un tema complejo, donde mezclan metal clásico, progresivo y sinfónico.

Llegó el turno de «The Lotus Eater» y el público comenzó a animarse, aunque tampoco por mucho tiempo, ya que el tema que tocaron a continuación fue «Windowpane», un tema lento que no contribuyó demasiado a poner a la gente a gritar o dar botes. Era como si la gente estuviera esperando ya a que llegaran Dream Theater y estuvieran reservando fuerzas. El propio Mikael Åkerfeldt, cantante y guitarrista, se percató de ello y se lo tomó con algo de humor: ¿Estáis contentos? Un tímido Sí respondió el público. ¿Estáis entusiasmados? Sí volvieron a contestar. Entusiasmados porque llegue ya Dream Theater, ¿no? Algún osado responde también que sí esta vez. Pues que sepáis que fui yo quien enseñó a tocar la guitarra a Petrucci. Risas Y todo lo que toca Rudess se lo escribo yo. Puesta la nota de humor pasaron a tocar «Deliverance», ahora ya con el público algo más animoso, y cerraron su actuación con «Hex Omega».

Me extrañó lo poco que el público había animado la actuación de los suecos Opeth. Quizá una explicación pueda ser que el ir acompañando a un grupo como Dream Theater los hubiera eclipsado algo al congregarse en el concierto gente que sólo acudía a ver a estos últimos y desconocía en gran parte al resto de grupos.

Pero bueno, el reloj marcaba las diez de la noche y Dream Theater están a punto de hacer su aparición sobre el escenario. Y cuando las épicas notas que dan comienzo al tema «A Nightmare to Remember» empezaron a sonar todo el mundo se dejó llevar por la locura, gritando y agitando los brazos. Esto ya era otra cosa… Durante el cuarto de hora que duraba el tema LaBrie no paró de animar a todos los presentes, moviéndose en el escenario de un lado para otro; aunque, la verdad, era tarea fácil ya que estaba todo el mundo entregado. Apenas unos segundos de descanso y comenzaron a tocar «The Mirror» y acto seguido, como si estuviéramos escuchando el disco «Awake», interpretaron «Lie» a la cual siguió un solo de teclado soberbio por parte de Rudess.

Dream Theater llevaban media hora en el escenario y no habíamos tenido tiempo ni de parpadear. La técnica instrumental que despliegan es tan extraordinaria, son tan perfectos en la ejecución de los temas, que si no fuera por lo animado del ambiente, sería para dejar boquiabierto a más de uno. Presentaron el siguiente tema que iban a tocar, «A Rite of Passage», y otra vez Petrucci y los suyos volvieron a la carga con un tema potente, lleno de ricos matices y ornamentación, ejecutado con suma perfección, mientras la pantalla gigante que había al fondo del escenario magnificaba a cada uno de los componentes del grupo, dejándonos apreciar con mayor nitidez la velocidad de los dedos de Petrucci en el cuello de su guitarra; los de Rudess recorriendo el teclado; cómo Portnoy golpeaba sin piedad todos los innumerables bombos y platillos de su batería en un abrir y cerrar de ojos; o cómo Myung pisaba los trastes de su bajo una y otra vez a un ritmo frenético. Terminó la canción y acto seguido ya está sonando «The Dance Of Eternity» del disco «Scenes From A Memory». Un tema instrumental que los estadounidenses volvieron a ejecutar con total perfección.

Tocaba poner algo de calma entre tanta emoción desatada, y lo hicieron con el tema «Solitary Shell». Pero la gente siguió coreando la canción al ritmo que marcaba LaBrie, mientras Petrucci tocaba acordes en una guitarra de doble mástil y Portnoy se paseaba alrededor de su inmensa batería mientras golpeaba los platillos con su baqueta. Tanto se gustaron que alargaron el tema añadiendo algunos minutos de instrumentación al final del mismo. Y de pronto unos acordes conocidos del disco «Images and Words»: se trataba de «Pull Me Under», que fue acogido con gritos por parte de todo el público, que se desgañitó en los coros del tema, cantando a pleno pulmón.

Terminó la canción y las luces se apagaron. Unos gritos de «Oe Oe Oe» y se volvieron a encender, para que el Dream Theater tocara lo que sería la última canción de la noche, «The Count of Tuscany». Un tema de veinte minutos, complejo en técnica y partes instrumentales, que muestra la tendencia del grupo hacia este tipo de composiciones tan ricas en matices sonoros. Y así se dio por concluida la actuación de Dream Theater, tras hora y media de un directo perfecto que nos dejó a todos con ganas de más.

Texto y fotos: RAUL MARCOS