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VHÄLDEMAR + LEIZE

Viernes 29 de abril de 2022 – Sala Luxua (BEC) – Barakaldo, Bizkaia

 

 

Parecía una bilbainada contar con el BEC, pero si algo ha caracterizado a Vhäldemar a lo largo de sus más de 20 años de carrera ha sido la ambición y las miras altas, conscientes de una calidad que no pasa desapercibida. Eso les ha llevado al punto en el que actualmente se encuentran, siendo una banda clave si hablamos de lo que hoy por hoy sigue siendo el heavy metal de toda la vida, sin aditivos pero fresco y vigente en la actualidad con el oxigeno que bandas como ellos le insuflan con cada nuevo paso en su carrera.

LEIZE
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Dada la coyuntura que les ha tocado vivir desde que editaran su debut hace dos décadas es complicado pensar que se pueda llegar más arriba de lo que lo han hecho. No le van a la zaga a ninguna banda de su estilo, venga de donde venga y se llame como se llame, son un auténtico seguro a la hora de ofrecer discos  inmaculados en todos los aspectos y todo ello lo trasladan a directos inolvidables en los que afianzan la fidelidad de la parroquia ya ganada mientras que conquistan las almas de aquellos que, por el motivo que sea, aun no los hubieran visto.

LEIZE
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Y esta cita de XX aniversario de su debut discográfico probablemente les llegue en el mejor momento de su carrera. “Straight To Hell” ha vuelo a ser una gran obra, pero es que la banda ya venía de un trabajo anterior como “Against All Kings” que les había reportado grandes satisfacciones en los diferentes directos, con imágenes de festivales donde la afluencia a sus actuaciones mostraba el enorme interés que estaba despertando el grupo.

LEIZE
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Por desgracia, ese paso posterior ya con nuevo disco en la calle, se vio afectado por la alerta sanitaria que les obligó, ente otras cosas, a suspender una presentación en Bilbao que ya tenían cerrada junto a Leize. Por suerte, esa cita de alguna manera se trasladó a un lugar inigualable como la sala Luxua del BEC de Barakaldo, siendo además una noche conmemorativa, con anunciada grabación en vivo por parte del grupo en su propia localidad. No mentía Carlos Escudero cuando le dijo al personal que tenía su casa a tan solo unos metros.

LEIZE
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Es de autentico lujo que un grupo como Leize, que lo de los 20 años lo dejan ya bastante atrás, se preste para hacer las veces de telonero. Porque hablamos de un grupo tremendamente grande que, además, ni mucho menos se ha quedado en vivir de grandes clásicos grabados a fuego en el corazón de muchos de nosotros. Es que a día de hoy sigue tatuándonos nuevas canciones, como bien se demostró en este concierto corto, donde no dejaron de mostrar viejos y no tan viejos temas.

LEIZE
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Sorprende, eso sí, que no incluyeran en sus apenas 45 minutos de actuación ningún tema de su última obra. Y no será porque no cuenta con buenas canciones. Pero sí que hubo canciones como “Castigo” o “Sospechoso”, de trabajos de esta última época del grupo que ya suenan a clásicos en su repertorio. Y un ejemplo más es “Hundiéndome En La Noche”, con una dedicatoria especial para Diego, amigo recientemente fallecido, que le dio aun un punto más emotivo. Y por supuesto viejos temas como “La Rueda”, “Acosándome”, Devorad Las Calles”, “Buscando… Mirando” o “Muros”, coreados con un halo de nostalgia por el personal.

LEIZE
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Le sacaron jugo a su poco espacio de tiempo en una actuación fluida y sin ninguna tacha donde la banda siguió mostrando un excelente estado de forma que ojalá sea eterno. Aparte de ser un lujo para abrir esta noche, es un privilegio poder verles después de 40 años de andadura devorando los escenarios con una ilusión compartida con sus seguidores muy difícil de describir con palabras.

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Esa actitud tampoco le falta a Vhäldemar que se ha convertido a base de tesón y creer en sus posibilidades en un grupo que no te puedes perder si te jactas de ser seguidor del heavy metal. Han pasado por diferentes épocas, cambios de formación, satisfacciones y sinsabores a lo largo de estas dos décadas, pero a día de hoy son un grupo consolidado que sabe lo que es girar a nivel internacional, consiguiendo el reconocimiento de todo aquel que les ha podido disfrutar en directo y colocando sus discos entre los más valorados por los medios especializados.

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Tras seis discos editados este concierto es un colofón a todos estos años. El emplazamiento era idílico, ya que hablamos de una sala interior del BEC que, si bien no es uno de los grandes pabellones, cuenta con una capacidad para 4000 personas. Es decir, que muy pocas bandas podrían permitirse llenarlo a día de hoy. De hecho, si bien no se llenaría, el poder de convocatoria de esta noche de Vhäldemar no está al alcance de cualquiera y el ambiente fue esplendido.

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Además, el público llevaría en volandas a la banda. Para generar todo ello, un tipo como Carlos Escudero sabría de nuevo ganarse el favor de todos los presentes. Un tipo inimitable que se pasaría buena parte del concierto en el foso, prácticamente encima del público, o entre el mismo público, haciendo que allí todos lo pasáramos en grande. Hasta le llegamos a ver en primera fila admirando a sus propios compañeros. Un grupo tremendo, encabezado por Pedro Monge, cuyo virtuosismo no vamos a descubrir a día de hoy, acompañado por unos músicos de un nivel que no le va a la zaga y que aportan mucho nivel al grupo, sabiendo jugar muy bien su papel tanto Jonkol en las teclas, como Jandro en la batería y Raúl Serrano en el bajo. Lo que suman entre todos al resultado final de los temas queda reflejado en su última obra pero también en la forma en la que se han acoplado a los viejos temas.

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El extenso repertorio fue un repaso por todas sus obras que debería saciar al más exigente, aunque con el nivelazo que han plasmado en sus discos pueda uno acordarse de algunos temas que faltaron, aunque no creo que se pueda pedir más generosidad a la banda en las dos horas de absoluta entrega que nos ofreció.

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Si digo que no creo que sea el mejor concierto que les he visto no es un punto negativo para la banda. Odio a los grupos que denotan una mayor entrega en diferentes oportunidades, en función de la relevancia del evento. Siempre que he visto a Vhäldemar, en pequeños o grandes emplazamientos, les he visto dar absolutamente todo. Y esta vez no sería una excepción.

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La diferencia radica en que al tratarse de una noche especial contarían con diferentes colaboraciones, al margen del propio emplazamiento y que se tratara de un evento conmemorativo con el fin de ser inmortalizado en formato audiovisual. Es decir, que bajo mi punto de vista he visto a la banda en conciertos más redondos, pero el carácter histórico de la cita convertía a esta actuación en un punto culminante hasta el momento en la carrera del grupo.

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Fue una pena que la colaboración de su batería original Edu no se pudiera llevar a cabo por algún problema de salud de última hora de este. Y es que uno recuerda con añoranza aquella formación de cuatro tipos más heavies que el viento que arrancaban con “Fight To The End” dando mucho que hablar entre los medios especializados. Siempre hay algo mágico en los componentes originales de las bandas. En su lugar estaría Jorge Cobelo (Kartzarot), que se apunta a un bombardeo.

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Y el ataque de heavy metal arrancaría sin compasión con “Blak Beast”, “Death To The Wizard” y “1366 (Old King Visions V)”, tras lo cual iría desfilando por el escenario gente como Dann Hoyos (Space Octopus, Rise To Fall) que clavaria la colaboración que ya dejó plasmada en estudio en “Fear”, donde también hay un papel relevante en la voz por parte de Raúl Serrano. Haría lo propio Ruben Miranda (Inner Destiny, Krait…), que se haría el dueto “Howling At The Moon” junto a Carlos.

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Entre colaboraciones por supuesto habría temas con el impacto de “Straight To Hell” o “Matelizer”, que dejó patente su conversión en un clásico ya del grupo. No faltó ese “Bastards”, siempre dedicado para mucha gente con tanto “cariño” por parte de Carlos o un clasicazo como “River Of  Blood” de su primera época. Y de su última obra quiero destacar lo espectacular que resulta “Hell Is On Fire”. La forma en la que entra con solo de guitarra de Pedro es brutal, con un toque más de rock duro y un estribillo destinado a ser coreado en vivo.

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Aunque es el tiempo el que la da a los temas el carácter emblemático de “I Made My Own Hell”, que dio título a su segunda obra y para el que contaron en esta ocasión con Roma (Evil Seeds) en otro fantástico dueto vocal. Tras ello “The Old Man” volvió a ser uno de los grandes momentos en un concierto de la banda con ese épico estribillo hecho a coro. Fue el momento elegido para presentar a la banda, siempre con la peculiar manera de Carlos, que hace divertido cada instante de la descarga.

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Tras “Old King´s Vision IV” parecía que la banda se retiraba, aunque finalmente solo estaban dejando el terreno libre para que Pedro nos ofreciera un gran solo de guitarra que al final se convertiría en duelo titánico con el teclado de Jonkol, que aparecería con su instrumento colgado del cuello, sin miedo al cuerpo a cuerpo. Claro quedó que son dos instrumentistas tremendos. Ese momento rompería en todo un himno como “Metal Of The World”, homónimo de una tercera obra que se hizo de rogar más de la cuenta en un momento complicado para la banda pero que marcó un punto de inflexión para todo lo positivo que ha venido después.

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El arrasador “Dusty Road” se uniría a “Breaking All The Rules”, con Cobelo en la batería.  “Lost World” parecía amenazar con la despedida del grupo cuando Pedro se descolgó la guitarra y se la pasó a su compañero Carlos, que realizó un guiño al “Kingdom Come” de Manowar, pero sabíamos que no se iban a ir sin despedirse con el habitual “Energy”, donde apareció la última colaboración de la noche. Hugo Markaida de Rise To Fall, que para nada quedaría eclipsada por la aparición a la vez de Ruben Miranda Y Roma para acabar el concierto con los tres vocalistas en el escenario. Ante ello Hugo se marcó unos solos espectaculares. Y eso que yo recuerdo en su día decir que sus solos en Rise To Fall eran demasiado cortos. Pues aquí se soltó. La ocasión lo merecía.

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Con el personal aclamando a la banda mientras los músicos agradecían el apoyo se cerraba una noche para la historia. Una noche que encumbra un poco más a un grupo de intachable trayectoria, que a base de agallas y calidad sigue reivindicándose en cada disco y en cada concierto dejando muy poco lugar a dudas de su nivel. Así llevan 20 años y por el bien del heavy metal que sean muchos más.

Texto y fotos: Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)