CRÓNICA: MAREA + BOCANADA + VUELO 505 + EL DESVÁN

MAREA + BOCANADA + VUELO 505 + EL DESVÁN

28 – 12 – 19

Barakaldo (Bizkaia Arena BEC)

Despedida por todo lo alto a la gira de “El Azogue” de unos Marea a los que uno recuerda descubrir en tiempos universitarios, cuando un compañero me soplaba que había por ahí una banda con influencia de Extremoduro que tenían unas buenísimas letras, sin sospechar que un par de décadas después estaríamos viendo a aquel modesto e incipiente grupo de Berriozar en un Pabellón tan enorme como el del Bizkaia Arena del BEC de Barakaldo.

Pero no solo han conseguido convertirse en gigantes del rock estatal. En este tiempo han pasado de ser influenciados a ser ellos una influencia que ha tenido repercusión en una inagotable cantidad de bandas. Alguna de ellas les hace las veces de teloneras, como en el caso de El Desván. Los también navarros agradecieron poderse presentar ante un puñado de personas, con su más reciente disco “La Taberna Del Infierno” bajo el brazo.

Pusieron toda la carne en el asador, aunque se les deba exigir encontrar un poco más de personalidad en el futuro. De hecho, bromearon con la ilusión que le haría que los que se apelotonaban en las primeras filas en un recinto aun muy vacio fuera para verles a ellos y no para ver a Kutxi de cerca, que pierde mucho de cerca  y desde lejos se le ve bien. Precisamente para los muy fans de Marea era una banda ideal, aunque también habría quien pase de nuevos clones y se quede saciado con los originales.

Desde Logroño Vuelo 505 puso un punto diferente en cuanto a estilo. Eran los más alejados del estilo de Marea, al que rinden pleitesía tanto sus predecesores como los sucesores de esta noche. Pero también es verdad que se pudieron quedar algo lights para el público más rockero. Su estilo es muy cercano al pop, o sería más descriptivo decir que responden a ese tópico del medio camino entre un rock suave o un pop duro.

En cualquier caso, sonaron muy limpios y a nivel instrumental demostraron buena solvencia con acordes precisos para trasmitir unos mensajes a los que les dan importancia, como dejaban claras las introducciones de su vocalista y guitarrista para recalcarnos alguna de las cosas que nos dicen con su música. Al fin y al cabo de transmitir va la cosa cuando hablamos de cualquier arte.

Lo de Bocanada fue una descarga de pura electricidad, con una energía que quedaba reflejada en el hermano de Kutxi, Martin Romero, que se recorrería el escenario una y mil veces. En el día de los inocentes se le permitió amenazar con que iban a tocar un infinito número de temas, pero lo cierto es que cada telonero tenía una hora a la que se ciñó cada uno de ellos.

Ya con un recinto mucho más repleto Bocanada  aprovecharon la oportunidad para dar a conocer lo que han hecho en sus 13 años de andadura y advertir que tienen nuevo disco en camino. El cuarteto se despacharía a gusto, con una banda que secundarían al vocalista cruzando de vez en cuando el escenario, mientras que Martin llegaría a subirse a la valla que separaba el público del escenario para acercarse más al público una vez de haber hecho añicos su camiseta de AC/DC cual Hulk Hogan.

Ejercicio de sinceridad el suyo al admitir tres posibles posibilidades para estar en esta gira: una puro enchufe, dos por familia o tres porque somos buenos. Y también una crítica no demasiado velada a ese público de más que en noches como esta nos hacen creer que hay muchos rockeros por el mundo, cuando en el día a día la realidad es  más dura. Pidió el vocalista que se pasaran a dar su nombre los que irían a verles cuando vengan de nuevo en su propia gira por aquí, a ver si alquilaban una sala de 20 o de 50 personas. No sé cuantas de las 15.000 almas de las que hoy poblaban el BEC captarían el crítico mensaje de un grupo que por otro lado les brindó una gran descarga de rock sin concesiones que recarga las pilas de cualquier amante de nuestra música.

Pero quedaba claro con buena parte del público haciéndose de rogar hasta última hora que había ido allí a ver a Marea, a admirarles como uno de los grandes grupos de rock que, sin duda, son a día de hoy. Estos han bajado tal vez un punto la distorsión en sus últimos discos, como en el caso de “El Azogue”, pero no deja de ser una buena obra de rock con ese sentido poético y particular con el que Kutxi ha creado escuela poniendo a prueba la memoria de sus seguidores, que se saben esos temas que se alejan mucho de los típicos estribillos facilones.

Hasta tres horas de rock nos despacharían los de Berriozar, arrancado con el single “En Las Encías”, con Kutxi apareciendo en escena cual patriarca con su sombrero y bastón paseándose hasta el centro del escenario. Seguirían con “El temblor” y darían paso a un sentido y crudo “La Noche De Viernes Santo”.

Tras “Mierda Y Cuchara” llegaría la primera colaboración de la noche con Mai Medina de Ciclonautas. El primero de un desfile incontable de invitados. “Manuela Canta Saetas” no necesitaría de nadie para ser uno de los grandes momentos del primer tramo del concierto, dando paso a la entrada de Juanito de Bocanada en la guitarra. Tras “Mil Quilates” otro gran momento sería “Que Se Joda El Viento”, con el recinto saltando. Y así llegaríamos a “Un Hierro Sin Domar” con Mauro de los argentinos Los Cabrones, que dedicó un bonito cántico a los Marea para dar introducción al tema. Cariño el que se respiró entre la banda y los invitados.

El relevo de invitados se lo quedaba ahora Jerry de los también argentinos Cuatro Madres, que se marcó “Lija Y Terciopelo”. El Piñas se haría cargo del micro, recordando a lo que el bajista ha hecho también con su grupo Malaputa, en una onda más macarra que Marea. Aquí se cantó “Pecadores” Y “Trasegando”. Con “Jindama” y “Pájaros Viejos” siguieron apostando por su reciente obra, el primero muy electrizante y el segundo reposando el concierto con una dedicatoria muy especial y un Kolibrí muy emocionado. El final fue sorprendente con Kutxi cantando a capela “Txoria Txori”  de Mikel Laboa secundado por el público.

“En Tu Agujero” contó con Gabriel de El Desván y “La Luna Me Sabe A Poco” con Rubén de Vuelo 505, tema que curiosamente Kutxi vulgarizó en su presentación, aunque dijo que luego siempre hay gente que se la pide. Aquello parecía en aquel momento San Mamés con el clásico coreo de un público enfervorecido y en el bolsillo de los de navarros.

Migortxo de Dekuajo todavía haría más parecido aquello a un estado de futbol con el clásico Mareeeeeeeeeeeeea eup! que dio entrada a “8 Mares” con posterior solo de Kolibrí. “La Rueca” fue un momento muy especial, máxime estando en Barakaldo, ya que Josu de Parabellum se marcó de carrerilla esa rápida letra, también con Korroza del Portal de Jade como invitado. Tras “Romance De José Etxailarena” parecía que se iban  pero arrancaron con “Como Los Trileros” apareciendo en escena Martin Romero, para acabar fundiéndose en un abrazo con su hermano tras su colaboración.

Tras abandonar las tablas la sorpresa en el regreso sería la presentación de Fernando y Charly de Los Suaves con Kutxi reivindicando no sin razón la relevancia de la banda gallega. Injusto me pareció que el público congregado no se emocionara como, entiendo, un momento así merecía. Al menos algunos crecimos con sus canciones y de dos de ellas se acordaron con ambos músicos de los orensanos en escena como fueron “Dulce Castigo” y “Preparados Para El Rock And Roll”. Juraría que cuando Kutxi preguntó si queríamos otra tras la primera hubo un amplio número de personas que dijo que no. En fin…

Inesperada fue para mí la colaboración de Jorge Salán en “Bienvenido Al Secadero”, que resultaba curioso entre el tipo de invitados que tuvo la banda. Jorge huyó del micro que le ofrecía Kutxi para directamente colocarse al lado de Kolibrí y tocar ese característico riff. Presentó “Como Viento De Poniente” recordando que es un tema de El Cabrero, aunque mucho piensen que es suya, además de lamentar la despedida del mismo de los escenarios.

“El Perro Verde” fue especialmente celebrado, como no podía ser de otra manera, con Kutxi haciendo una visión del futuro sobre como recordaremos a ese grupo llamado Marea del cantante del sombrero y gordo… ese era un perro verde. No sé si les recordaremos así pero seguro que “El Perro Verde será de los siempre añorados por sus seguidores. Solo quedaba terminar con estas 3 horas de recital inolvidable para un fin de gira en el que Kutxi se despedía con la incertidumbre sobre el futuro de un grupo que no se marca plazos. Y la imagen final de Marea por el momento sería con Ibai, uno  de los componentes de Motxila XXI, cantando el tema que les da nombre “Marea”.

Así se completaban 3 horas de concierto con el que Marea le decían a sus seguidores hasta la próxima, sea cuando sea. Hasta entonces ellos les dejaron a todos sus fieles un concierto para mascar en el recuerdo por mucho tiempo.

 ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)