OBUS

27 – 03 – 10

Bilbao (Kafe Antzokia)

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Cuando al entrar veía ese telón con el logo de Obús sentí como si un extracto de los 80 hubiera llegado hasta el presente. No es por encajonar a una banda en una época concreta y mucho menos darla por acabada, todo lo contrario más cuando sus últimos lanzamientos considero que están respondiendo al nombre de una banda tan legendaria, pero es que por muchas veces que hayas visto a una banda de esta andadura, con tal importancia en este estilo que tanto nos apasiona, uno no puede menos que sentir un hormigueo en el estomago pensando en aquellos momentos donde se fraguó toda esta historia de la cual, como por arte de magia, pasamos del recuerdo a plantarnos en la actualidad con unos iconos aún muy vivos.

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No dejo de pensar que es un privilegio poder vivir después de todo lo que ha llovido aquello de lo que nuestros padres o hermanos mayores formaron parte. Y lo mejor es que para nada se puede considerar que lo que hoy en día ofrecen la mayoría de estos mal llamados dinosaurios sean las cenizas de lo que un día ardió con fuerza. Solo hay que ver un caso como el de Obús para comprobar lo que es un concierto de heavy metal en estado puro, a los que el paso del tiempo les puede haber causado el daño físico inevitable, pero en nada ha mermado la capacidad de una banda que con la experiencia añadida le puede dar una lección a muchos jóvenes de cómo se debe de comer el escenario una banda de rock.

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Aparte podemos dejar la maestría de Fortu como frontman, capaz de hacer perder la vergüenza al más tímido de los asistentes a uno de sus conciertos. ¿Qué va a pensar el abuelo? nos decía para hacer reaccionar al público. Pero éste no necesitó más que ver caer el telón y aparecer frente a ellos a la banda descargando “Corre Mamón” para comenzar a disfrutar con otra noche memorable con su banda. Aún con nuevo disco bajo el brazo, del cual comprobamos el efecto que pueden provocar temas como “Cállate”, elegido como single acertadamente como pudimos comprobar al escuchar a un público que emocionó al propio Fortu, no tardamos en recibir clásicos que hicieron desatarse a los jóvenes seguidores de la banda, pero sobre todo a los más veteranos. Estos no pueden resistirse después de tanto tiempo a las mismas sensaciones que les provocan temas como “Autopista”, que fue de los mejores de esta noche, sin dejar atrás ese “Pesadilla Nuclear” o “Juego Sucio”, cantado desde la plataforma de la batería por ese vocalista que no deja de ser un frontman a la vieja usanza. Captador de todas las miradas, pendientes de lo que nos va a decir en cada momento y de cómo va a actuar en cada instante. Sigue siendo el protagonista central de un concierto de Obús. La esencia con él y con Paco sigue ahí, pese a que Obús más que un cuarteto hoy sea prácticamente el grupo de estos dos ya sin Fernando y Luis desde hace un tiempo. Tanto es así que Fortu tiene que animar a Fernando Montesinos en alguna ocasión a que se junte a ellos dos en el centro del escenario para que no parezca un mero acompañamiento junto a Carlos Mirat a la batería. Ambos hicieron un sensacional trabajo en vivo con lo mejor a título individual reservado en el solo de batería de este último en su presentación.

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Pero antes de eso nos quedaba mucho por sudar, por cantar y por sentir. Como por ejemplo en “Dinero, Dinero” donde Fortu es llevado a hombros desde el escenario a la barra de la otra punta de la sala, sobre la cual lo canta de frente a sus compañeros, atronando en cada nuevo estribillo el público junto a un vocalista al que no se le oculta fácilmente ese agudo registro que no parece haber perdido para nada con el paso del tiempo. Por eso sigue sonando “Que Te Jodan”, con el dedo corazón en alto, como un puñetazo. Momento en el cual Fortu mostró la cercanía y el aprecio a sus seguidores más jóvenes de las primeras filas cuando uno de ellos se colocó sentado en las escaleras del Antzoki para hacerse una foto con la banda detrás y el cantante le cogió del cuello sentándose justo a su espalda no solo otorgándole unas imágenes que podrá guardar el chaval como un tesoro, sino invitando a un par de seguidores más que, rodeando al cantante en plena interpretación, nos dejaron una de las imágenes del concierto.

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Otra de las imágenes entrañables fue cuando una rubia mujer, hecha y derecha, subió al escenario invitada por Fortu tras una reacción de esta. Él pretendía besar su mano pero ella respondió con un beso directamente en la cara del cantante. Este no intentó aprovecharse y no era para menos con el marido allí cerca cantando todos los temas de la banda como el mejor fan. Muchas anécdotas se podrán llevar cada uno de los asistentes ante un vocalista que dejó prácticamente un guiño individual a lo largo de todo el concierto para todos y cada uno de los asistentes. Eso es corresponder con su público y por eso es adorado por todos. Se muestra generoso con su botella de licor en “Vamos Muy Bien”, ofreciendo un trago a los que se encontraban en las primeras filas, con la salvedad esta vez de los más jóvenes, con los que se hizo el remolón y solo ofreció un pequeño sorbito. Si es que nosotros estaremos atentos a él, pero también él lo fue con nosotros.

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Hasta este punto el concierto transcurrió sin parones sin que pudieran faltar temas como “Yo Solo Lo Hago En Mi Moto”, “El Que Más” o “Te Visitará La Muerte”, pero sí con la comunicación apropiada por parte de la banda. En ningún momento hubo lugar para vanagloriarse, sino que se dejaron la piel para que todos los presentes estuviéramos en el bolsillo antes de estallar con “Prepárate”. Así es como una banda puede permitirse una larga presentación de sus componentes que lejos de hacerse pesada fue amenizada por Fortu, que sabe como nadie la forma de dirigirse a la gente y de entablar el mejor rollo con todos. Pocos hay capaces de hacerte sentir que tienes a un colega en el escenario, solo que ese colega es un auténtico mito.

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En este tramo final con solos de cada uno de los componentes de la banda, hay que destacar ese solo de batería de Carlos. Demostró ser un sensacional percusionista, con mucha fuerza, pero además ofreció un solo entretenido con unas baquetas de color fosforito y con la ayuda de Paco y Fortu que portando unos troncos sobre los que golpeaba sus baquetas, le acercaron frente al escenario donde siguió aporreando unos tambores mientras que los otros dos golpeaban el suelo con lo que antes había sido golpeado por el batería. Tras él fueron presentados técnicos y managers incluso, dejando para el final a Paco y al cantante para que realizara una vez más el pino, demostrando que el abuelo sigue en forma.

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Hicieron el amago de marchar a camerinos como es habitual y a buen seguro que el clamor del público hubiera sido de los más sonoros, pero también aquí se saltaron ese guión que ya nadie se cree. Cuando el propio Fortu comenzó a invitar a gente a subir al escenario sabíamos que llegaba el fin de fiesta con “Esta Ronda La Paga Obús”, amenizada por confeti y globos con el público gozando como niños en el patio de una guardería. Y es que la banda rompe con cualquier tipo de imagen preconcebida que puedas tener en tu cabeza, ofreciendo un concierto que simplemente es rock & roll; con improvisación, con actitud, con provocación, con glamour, con chulería, con descaro y con mucha cercanía a su gente. El Obús sigue estallando en cada uno de sus conciertos. Prepárate para el siguiente.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)