CRÓNICA: EUSKAL ASSAULT

EUSKAL ASSAULT

CANCER + SINISTER + BENIGHTED + ANIHILATED + MUTANT + TEETHING + VIRULENCY + SORGERTH + ANKHAR

12 – 03 – 16

Durango, Bizkaia (Plateruena)

Tras una primera edición con dos jornadas este año el Euskal Assault quedaba recluido a una sola jornada, pero la cera estaba garantizada con el cartel propuesto por la organización. Una organización que ha tenido el arrojo de hacer eso que resulta mucho más difícil que empezar: continuar. Sobreponiéndose para esta edición a la caída de dos cabezas de cartel y aun así dejando un cartel más que atractivo para los amantes del estilo, que bien deberían de valorar esta propuesta como algo a apoyar hasta su consolidación definitiva independientemente de si el cartel del primer año resultaba superior no solo en número de días y de bandas, sino de renombre de las mismas. El esfuerzo de los organizadores por llevar adelante una propuesta de este tipo merece el apoyo de todos para que año a año el Euskal Assault se convierta en una cita asegurada donde no solo disfrutar de las bandas reconocidas, sino también donde descubrir a nuevos e interesantes grupos que garantizan un futuro para las sonoridades más brutales.

Cancer sería finalmente el grupo principal de la traca de bandas dispuesta para disfrutar desde la tarde hasta la madrugada, con cartel prácticamente dividido por partes, entrando de primeras con los euskaldunes Ankhar, Sorgerth y Virulency, dando paso luego a las bandas de otros puntos del Estado como Teething de Madrid y Mutant procedentes de Galicia, y dejando ya una segunda mitad a bandas internacionales que en ningún caso carecían de interés y de nivel, como fueron Anihilated, Benighted, Sinister y los mencionados como banda principal. Creo que es de rigor y resulta objetivo decir que en todos los casos estuvieron a gran altura, sin decepciones, respondiendo a las expectativas en unos casos y sorprendiendo gratamente en otros

Entre esas sorpresas encuadro a los guipuzcoanos Ankhar, que presentan nuevo trabajo “Deshumanizazioa”, segundo en su carrera. Por problemas de aparcamiento no pude ver toda su descarga, pero una vez dentro me los encontré sudando de lo lindo para arrancar los aplausos de los primeros asistentes al Euskal Assault. Tanto estos, por ser puntuales a la cita, como la propia banda, con el arrojo y la actitud necesaria para exponer su thrash metal euskaldun no falto de personalidad, merecieron ese primer orgasmo de tralla excelentemente concebida. Espero poder extenderme más sobre ellos en un futuro no muy lejano. No solo es que apunten maneras, es que perfectamente pueden entrar con protagonismo dentro de esa creciente corriente de bandas de thrash metal de nuevo cuño que tanto está dando que hablar. A no perderles la pista.

Sorgerth entraron en sustitución de Perpetual Limbo, que también fue una de las bajas del cartel del festival. Los vizcaínos ofrecieron lo que ya hemos tenido oportunidad de ver recientemente por nuestros escenarios. Death metal brutal y técnico a saco, con mucha entrega por parte de sus componentes. Personalmente no creo que deban envidiar mucho en cuanto a nivel técnico a ninguna banda de fuera. Aunque llevan funcionando desde 2001 no he podido seguir demasiado su carrera, pero tengo claro que tienen un directo descomunal, y que son capaces de hacer mucho ruido con lo básico para el metal: bajo, guitarra, batería y voz. En todo ese meollo hay petróleo para los más sibaritas seguidores del death metal con label vasco.

De Virulency puedo decir tres cuartos de lo mismo. Cuentan con tablas de sobra para afrontar una actuación con descaro y seguridad, destacando el nivel técnico de sus componentes. Cierta afinidad estilística tenían con los anteriores aunque elevándolo a un carácter más internacional. Los largos y explícitos títulos de sus temas son también marca de un estilo arraigado en lo más profundo de la pura esencia del metal extremo. Estos son auténticos en este campo, y son una muestra de que de Pirineos para abajo se está haciendo dentro de estos sonidos música que en nada debe envidiar a lo que nos llega desde la habitual cuna nórdica.

Lo de Teething fue arrasador. Los madrileños le hincaron las garras a la posibilidad de tocar en un festival de estas características. Su puesta en escena es salvaje con un vocalista que no para y que se echa encima del público cada dos por tres, llegando a saltar hacia el otro lado de la valla. En este caso dejamos un poco de lado los virtuosismos para encontrar un estilo más directo y afilado, que busca conectar y provocar a los presentes. Aunque su batería resulta toda una locomotora que lleva este tren al borde del descarrilamiento en todo momento. El peligro es una virtud en estos casos y en ese aspecto Teething son unas fieras indomables predispuestas para atacar. No lo dudes.

Me imagino los nervios en los organizadores cuando fueron conocedores de que Mutant se habían perdido y no llegarían para tocar a la hora fijada. Esto les hizo buscar una solución de emergencia, sacando a Anihilated del hotel antes de tiempo para cambiar el orden de actuación con los gallegos. Los británicos no solo aceptaron, sino que no mostraron en ningún momento en el escenario un solo gesto de contrariedad por adelantar la hora. Es más, si tuviera que colocar en un ranking las actuaciones del festival, ellos serían el número uno.

Su estilo de thrash metal fue de lo más cercano al heavy metal clásico del cartel, dejando traslucir un tufo a los ochenta en los que se forman en Reino Unido. Y es que estamos ante unas verdaderas leyendas, aunque nunca hayan estado en una primera división dentro del estilo. Carismático su bajista y vocalista Simon E Cobb. Anton de Criminal les presentó. Y es que su compañero Dan Biggin se hace cargo de la guitarra en Anihilated.

Se centraron en descargar bastantes temas de su nueva época, pero ahí quedan momentos como el de “Chase The Dragon” de “Created in Hate” de 1988, si bien el disco que presentaban era “Antisocial Engineering”, del cual quedaron patentes temas como el homónimo o “Seas Of Red”, mirando a sus trabajos inmediatamente anteriores “Scorched Earth Policy”, con el homónimo tema o “Blood Of The Martyr”, y a “iDeviant”, donde encontramos todo un himno como “We Are Legion”, dedicada por el simpático Simon Cobb a esa gran familia del heavy metal. La guinda a una descarga intachable que a los más thrasers tuvo que encantar sí o sí.

También thrasers son Mutant, aunque su derivación hacia terrenos progresivos les aleja bastante de la propuesta de los predecesores. Su actuación fue en parte de circunstancias dado su retraso en la llegada a la sala. No sé si por ello fue tan corta, porque el caso es que el festival iba sobre la hora o incluso con algo de adelanto, pero tan solo seis temas nos interpretaron los antiguos Mutant Squad, destacando entre ellos “Overdose” o “Remember”, con técnica y originalidad más que destacable, aunque el aspecto vocal no me terminó de convencer en vivo, a mi modo de ver sin la fuerza que le han dado a sus grabaciones de estudio. En cualquier caso, qué gran nivel posee este trío que no se conforma con convencionalismos.

Brutalidad extrema, pero de precisa ejecución la que llevaron a cabo Benighted. Los franceses están celebrando sus 15 años de trayectoria con un disco en vivo de título “Brutalive The Sick”. Dieron zapatilla de verdad en una descarga sin cuartel, con Julien Truchan capitaneando la nave con su habitual imagen descalzo en frente del escenario. Su repertorio se centró fundamentalmente en sus últimas obras, no dejando apenas tregua, para aplastarnos desde el inicio con “Collection Of Dead Portraits” hasta el final de “Jekyll”, resultando cada una de sus piezas una auténtica trituradora de cráneos. No hubo piedad para pasarnos por encima con temas absolutamente aplastantes como “Slut” o “Swallow”

Tampoco la tuvieron Sinister. Unos auténticos clásicos del death metal más puro que siguen vivos, liderados por Adrie Kloosterwaard, único superviviente de los inicios de una formación con múltiples cambios en su seno a lo largo de su historia. Tanto es así que hasta el propio Adrie llegó a estar fuera de la banda por un periodo de tiempo, dejando su primigenio puesto en la batería para ocupar desde hace 10 años el de vocalista de una banda que para los más entendidos dejó sus mejores trabajos en la primera mitad de los 90.

Hubo rescates de aquellos tiempos con unos impactantes “Epoch Of Denial” de su debut de 1992 “Cross The Styx” y “Sadistic Intent” de su segunda obra “Diabolical Summoning”. Grandes momentos intercalados entre un conjunto de temas más contemporáneos cono “My Casual Enemy”, “Transylvania” o “The Carnage Ending” con el que dejaron retumbando los cimientos del Plateruena. Toda una leyenda que se mantiene en pie.

No se queda a la zaga el mítico nombre de los británicos Cancer, que defendieron con formación de trío sus trabajos más legendarios. Y es que el repertorio fue básicamente confeccionado por temas de sus dos primeras obras “To The Gory End” y “Death Shall Rise”. Aunque con un tema nuevo que se agradeció, como fue “Organ Snatcher”.

Su propuesta fue la más densa del festival, pero eso no hizo que el ánimo publico decayera, sino todo lo contrario, puesto que se montó un pogo constante frente al escenario para acompañar a temas como “Wicth Hut”, “Die Die” “Burnig Cascket”o “Hung, Drawn and Qartered”, perfectamente entendidos y agradecidos por el respetable.

Los riffs sacados de la guitarra de John Walker calaron hondo en el personal, al que para finalizar la descarga y el festival brindaron un regalo especial. Una versión de “Dethroned Emperor” de Celtic Frost que valió su peso en oro como ofrenda final. Tras ello la banda se marchaba para no regresar, aunque hubiera insistencia por parte de los presentes, que tras más de 8 horas de brutal música en vivo aun aguantaban en pie y con ganas de más. Pero ya solo nos quedaba desear que el año que viene podamos repetir en un festival que merece dar pasos para consolidarse como referencia en el norte peninsular de los sonidos auténticamente extremos.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)