DARK MIND

(Kaos)

8´5/10

 

 

 

No lo ha tenido fácil esta banda para llegar hasta aquí ya que Dark Mind llegó a quedarse en un momento de su carrera con dos componentes tan solo en su formación, planteándose el arrojar a toalla. A veces estos avatares hacen más fuertes las propuestas, porque Dark Mind se presentan en este debut como una banda muy sólida con su formación de quinteto, sin cojear por ninguna de sus partes. Me gustaría saber si son capaces de hacer estallar esto en directo como estalla en mi reproductor, porque de ser así estamos ante un auténtico descubrimiento para la escena más cañera del metal, con mucha consistencia real pese a estar aún ante una primera obra. Es la única duda, porque el disco en sí no ofrece ninguna.

En la producción y masterización del disco han contado con Ix Valieri que le ha sabido dar el toque de agresividad perfecto a la banda. Seguro que mucho más apegado a los sonidos de Infernoise que de su labor actual en 037 ha sacado de esta banda toda la potencia, no siempre perceptible en un trabajo de estudio. Por eso me parece muy meritorio que en este caso el trabajo refleje una banda verdaderamente atronadora. También ha sacado mucho a unas guitarras que plasman en todos y cada uno de los temas una labor encomiable, tanto en riffs como en solos. Una buena baza la escogida por Dark Mind para sacar un potencial asombroso a su sonido.

Su estilo no lo querría clasificar en ningún lado concreto más que en el de la contundencia, pero si queréis orientación os puedo decir que hay partes que recuerdan al death metal melódico, aunque atisbo una base un tanto más thrash, solo que muy modernizada. Tiene partes melódicas, agresivas y literalmente guturales, jugando a su antojo con el terreno que pisan, en lo que la labor vocal hace todo un despliegue de versatilidad acorde a una música marcada por cambios de ritmo. De ahí lo propicio del título de “Kaos” para el disco, aunque si tus oídos están acostumbrados a la música trallera seguro que vas e convivir en perfecta armonía dentro de esta anarkía, encontrando un universo maravilloso para dar rienda suelta a las emociones disparadas por estos temas, sobre todo si no te conformas con la parte más tradicional y quieres algo original y con ideas. Dark Mind tienen bastante de ambas cosas.

Nada más arrancar “Chains Of Kaos” el riff de guitarra se nos estampa en la cara dejándonos en el sitio. No se andan con rodeos. A medida que avanzamos en los temas no dejamos de apreciar los diferentes matices de cada composición. Es verdad que encontramos desde el principio una variedad de registros importante, pero no esperábamos las voces limpias de “Souls Arise”, que dentro de su tralla acaba en una parte más reposada. Aunque no tendrás sensación de tregua en toda la obra, ya que  en seguida nos ametrallan con “XXI-XXIV”. “Sing Of Siren” se convierte en una de las piezas centrales del disco, por lo completa que resulta y por la afilada colaboración de Rown Houland de Infenoise y Clockwork.

“Prince Of Darkness” comienza con una parte oscura haciendo honor a su título, pero no tarda en acelerar los ritmos hasta el punto acorde con una obra con mucho nervio. “The Jail” se acerca más a un tono tradicional, con un riff más heavy metalero. “Storm Over The Antarctica” lleva una línea más frenética, este con una tendencia más propia del thrash de vieja escuela, aunque pasado por el tamiz personal de Dark Mind. Regresamos a un tono más actual en “Fire At The Ardennes”, cerrando con otra bofetada sin previo aviso de título “Visceral Love”.

Dark Mind remueven con su primera obra el suelo sobre el que hagan impacto los decibelios de estos temas a todo volumen, también los esquemas de una música que tiende a encorsetarse en torno a vertientes diferenciadas. Ellos ofrecen una propuesta que no necesariamente debe de encontrarse con subgéneros que a día de hoy parecen encontrados por los gustos de diferentes generaciones y por su localización geográfica. Ellos desde Madrid emergen sin ataduras simplemente en el entorno de la música más contundente, aglomerando en su núcleo las influencias con las que provocar un coctel explosivo con identidad propia.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)