W.A.S.P.

13 – 12 – 09

Barakaldo (Rock Star Live)

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Tras la gira basada en la obra conceptual “The Crimson Idol”, que como algo especial estuvo genial, pero que nos dejó con ganas de ver a los WASP más salvajes; y la suspensión de su fecha en esta misma sala hace año y medio, uno ya tenía ganas de reencontrarse con los WASP más auténticos. Esa sed la íbamos a poder saciar esta noche de domingo en una sala que no llegó a reventar su aforo, pero que sí contó con una entrada que evidencia la importancia de una banda grande y a la vez de culto como estos americanos.

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 No había teloneros, con lo que nos disponíamos a entrar de lleno en el concierto de uno de los grupos más bestiales que existen sobre las tablas. No nos fue difícil, sin embargo, digerir de un bocado un “On Your Knees” que se unió a “The Real Me”. Un fulminante comienzo que rompió con el típico inicio de presentación de una nueva obra, que WASP poseen y de gran nivel. No se haría de rogar demasiado, pero antes, y para que todos entráramos definitivamente en calor, el turno fue en una fase tan temprana ni más ni menos que para “L.O.V.E Machine”. No se si hace falta que diga que el público ya estaba en el bolsillo, deletreando con fuerza L.O.V.E.

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El espectáculo visual sigue siendo inmenso con la sola presencia del gigante del rock Blackie Lawless luciendo su propia camiseta con el número 25 a la espalda, con la energía imperecedera del chaval que no ha dejado de ser desde los inicios de su carrera. Pero a eso hay que sumarle lo bien rodeado que está por músicos integrados en la banda y de un alto nivel musical. Especialmente Doug Blair a la guitarra tuvo una noche gloriosa, no solo como guitarrista, sino también en unos coros compartidos con su compañero al bajo Mike Duda. Entre los tres mantuvieron una movilidad constante como pocas bandas son capaces de ofrecer. La presencia de Mike Dupke a la batería tal vez pase un poco más desapercibida, pero es que este tío es como un reloj. Para ejemplo, que el espectáculo del grupo se acrecentaba con la proyección de videos de la banda y era increíble ver como después de tantos años, son capaces de seguir tocando con la misma sincronización hasta el punto de poder ver a Blackie en pantalla vocalizando exactamente a la vez que lo hacía en vivo, coincidiendo cada paso del directo con el de los videos. El trabajo que desempeñaron para la gira de “The Crimson Idol” parece tener en este aspecto una continuidad.

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Que ese “Babylon” es un gran disco lo demuestra que el tramo dedicado a él con “Crazy” y “Babylon´s Burning”, con impactantes imágenes reales de la actual situación de este mundo en llamas, me pereció tan apoteósico como toda una descarga para enmarcar. Si todavía no nos habíamos dado cuenta, la forma en que Blackie cantó estos temas nuevos nos demostró que sigue en plena forma, con una banda que le sigue los pasos, y no es sencillo colocarse en escena al lado de semejante torbellino. Un “Niño Salvaje” (Wild Child) imposible de domar por el irremisible paso del tiempo. Con la misma chulería y el mismo desparpajo de quien esta noche se tiene que ganar una ovación y una admiración, que en su caso podría dar por garantizada.

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Pero no había instante de relajación. La actuación era intensa, sin espacio para vanaglorias propias de divos, lo importante era la música y el dar a sus seguidores lo que realmente tiene valor en la historia de una banda, canciones como “Hellion”, “I Don´t Need No Doctor”, en la onda más hard rock melódico del grupo, con esas imágenes de los 80 mostrándonos a una banda más glam; y “Scream Until You Like It”. Llegaba el turno de hacer un repaso a algo que ya nos sonaría. La etapa de “The Crimson Idol” fue cubierta por “Area Of Pleasure”, “Chainsaw Charlie” y “The Idol”, con las imágenes que ya vimos hace tiempo en su correspondiente gira. El solo final de Doug Blair fue su momento de reconocimiento al trabajo realizado. Sin duda en WASP solo caben músicos que sean capaces de comerse las tablas.

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La intensidad del concierto nos llevaba a la fase final. “Take Me Up” fue el paso previo al esperado “I Wanna Be Somebody”. Tengo la sensación de que Blackie está un poco harto de cantarla; dejó todos los estribillos al público y recuerdo que en su última visita la eludió en la fase de clásicos cuando por aquí es considerado como su clásico más grande. No ocurre lo mismo con “Blind In Texas”, que sí que canta a rabiar para terminar el concierto, aunque antes de ese segundo bis, “Heaven´s Hang In Black” supuso un momento para poner los pelos de punta con imágenes de guerras y con el señor Lawless rezando al cielo y haciendo la señal de la cruz. Con esto de que se nos ha vuelto creyente como para pedirle que nos descargara “Animal (I Fuck Like A Beast)”, que fue de lo poco que echemos en falta esta noche.

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En cuanto a tiempo pudo ser una descarga corta, pero la intensidad, la agresividad desprendida por la banda y la elección acertada de un repertorio muy representativo de sus distintas épocas lograron que todo el mundo saliera satisfecho. Lo único que le podemos pedir a la banda es que siga siempre así, porque son capaces de demostrar su grandeza cada vez que inscriben con letras de fuego su nombre en un escenario y, además, tenemos que sumar la extensión de este brutal estado de forma a su reflejo tanto en directo como en su último trabajo de estudio. Más viva no se puede mantener una banda legendaria tras tantos años de carrera.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)