CRÓNICA: Z!LIVE ROCK FEST – Viernes 9 de junio
Z!LIVE ROCK FEST
Segunda Jornada: Viernes 9 de junio de 2023 – Recinto Ferial IFEZA – Zamora
Las mejores sensaciones con las que acabamos la primera jornada del Z! Live se truncaron en esta segunda que, pese a contar con un pronóstico de tiempo menos agorero, acabó trayéndonos dos chubascos impresionantes que no pudieron resistir el equipo y el recinto feria IFEZA.
Y eso que la cosa arrancaba bien con Kritter saliendo puntualmente a escena y realizando un gran concierto que con un estilo a medio camino del epic metal, el power, el thrash o el death encajaba con un amplio abanico de gustos.
Presentaron su nuevo trabajo “Special K” con temas como ”Eyes Shut” para arrancar, “Terror In Tokyo” y “Slow Burn”.
Además de cuidar la imagen de los componentes de la banda ofrecieron una pequeña performance de una bailarina que aumentó la vistosidad de una actuación que también nos ofreció temas de trabajos pasados como “We Die”, destacando el gancho que tienen dos singles particulares para acabar como “Your Sacrifice” y “Sucker”, con los que los salmantinos salieron victoriosos de la batalla.
Se agradece mucho que el Z! Live siga dando oportunidades a bandas que llevan años reivindicando un hueco en el actual panorama de nuestra música. Si en el metal más fornido estarían los anteriores, Jolly Joker llevan años siendo un grupo que dentro del hard rock son un grupo de plena vigencia. Para ellos tocar en la jornada en la que Airbourne eran los cabezas de cartel era de lo más ideal. Así que con su hard rock clásico y calidad para facturarlo se ganaron a los presentes.
Es complicado resistirse a la adicción que provocan “Rockin In Stereo” o “Hey You”, que arrancaban la descarga mirando hacia temas de su disco de 2015 “Here Comes The Jokers”. Con Lazy Lane enfundándose la guitarra caía un “Blood Velvet” ya de su más reciente trabajo “Loud & Proud”. Y para que aquello no decayera en absoluto tras un “I Don´t Care” con el punch de un hit llegaría un “Fuck It All” lleno de actitud, chulería y elegancia de su debut de hace ya una década “Sex, Booze & Tattoos”.
“Sky Is So High” desafiaba pleno de actitud a ese cielo que hoy descargaría sobre nosotros sin piedad un rato más tarde, pero Jolly Joker redondearon su actuación sin fisuras, centrándose en el tramo final en su última obra con “Motor”, “The Chance” y “Nothing Scared”, despidiéndose satisfactoriamente con “I Wanna Go” en esos momentos con un agradable sol sobre Zamora.
Tras no haber podido ver a Omnium Gatherum hace unos meses, al caerse del cartel que les traía junto a Fleshgod Apocalypse de gira por suelo estatal, era una gran oportunidad de ver a esta banda liderada por el guitarrista de Insomnium, que deberían de haber actuado en este mismo escenario un rato más tarde.
La banda no ha alcanzado la relevancia de Insomnium, pero llevan funcionando desde 1996 y son un baluarte del death escandinavo a tener muy en cuenta. Y realizaron un soberbio concierto que, además de mostrar una tremenda calidad también enganchó al personal. Buena parte de la culpa la tiene un frontman como Jukka Pelkonen, que vive muchísimo la actuación y no para de arengar a los presentes.
No fue necesario esperar a que cerraran con su particular versión death melódico del trilladísimo “Maniac”, la banda tiene temas que atraparon la atención del personal tanto por su calidad como por su pegada en un directo capitaneado por la excelencia de la guitarra de Markus Vanhala.
Con una actuación de este nivel y con el buen rollo que transmitieron los finlandeses se nos había ido cualquier tipo de preocupación climatológica.
Pero llegó El Altar Del Holocausto y de tanto implorar al cielo parece que este se cabreó y empezó a fruncir el ceño. Lo positivo es que al menos no tuvieron que suspender toda la actuación, como ocurrió el año pasado, principales damnificados con la tormenta que hizo que la suya fuera la única cancelación del festival. Pero sí que se vio truncada una descarga que iba por muy buen camino con temas como “Because Evident Is God”, “Love Your Enemise” o “The Euphoria”, con la misteriosa imagen de la banda encapuchada y de impoluto blanco sobre las tablas.
Tal vez su propuesta instrumental no sea la destinada a enganchar más en un festival, pero su calidad está fuera de toda duda. Además, la banda intenta hacer partícipe al personal. Tanto es así que el momento clave del día llegó en medio de un wall of death provocado por la propia banda. Pero tuvieron que despedirse sin completar el show con “El Que Es Bueno, Es Libre Aún Cuando Sea Esclavo; El Que Es Malo, Es Esclavo Aunque Sea Rey”. Un punto álgido que fue el punto de inflexión de la jornada. Tocaba apresurarse a buscar refugio en el pabellón.
Y a partir de aquí comienza otra crónica. La del esfuerzo baldío de la organización por salvar los muebles. El jueves se pudo conseguir, pero hoy fue imposible. Rafa Basa anunciaba tras unos instantes de incertidumbre que Insomnium no tocarían y que si todo iba bien Angra retomaría el resto del cartel de la jornada. Pero con todo montado para los brasileños otro chaparrón, con viento y gran cantidad de agua truncó nuestros mejores deseos. El recinto se encharcó y era inviable continuar.
No contentó suficientemente a la gente el corto acústico que en el pabellón del recinto nos brindó Eluveitie, que de forma improvisada hicieron un set de tres temas con la mejor de las sonrisas para un público con caras largas y que de la resignación pasaba a la frustración. Pero estos riesgos se asumen en un festival y la cantidad caída de agua con viento hizo que además fuera imposible mantener secos los escenarios y hacía aquello inviable. Con esa tristeza abandonamos el recinto deseando que la última jornada del festival se pudiera llevar a cabo como todos deseamos. Organización y público, dos posturas que, pese a chocar frontalmente, me parecen igualmente comprensibles.
Entiendo que el anuncio del plan b pudo hacer pensar a la gente que el concierto se desarrollaría plenamente en el interior, pero el problema fue que las precipitaciones fueron mayores de lo previsto y si estamos ante una tormenta pasajera o una lluvia de baja intensidad no merece la pena perder la sensación de un festival al aire libre en unas jornadas que el tiempo ha sido tremendamente cambiante e imprevisible. Una pena.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)