TNT + BURNING KINGDOM 

16 – 09 – 11

Villava, Navarra (Totem)

Una curiosidad especial levantaba este vuelta a nuestras tierras de TNT dado que en la fecha de Madrid grababan DVD en directo, con lo que los que nos encontrábamos en la puerta de la sala Totem de Villava nos preguntábamos si harían dos shows calcados en los que este fuera un serio calentamiento o si, por el contrario, reservarían fuerzas aquí para el día siguiente en la capital española. Este hecho debería hacer más atractiva esta gira aunque la expectación no se percibía en la puerta de la sala en una tarde noche lluviosa que no fue lo único que repercutió en este poco movimiento. Probablemente el grupo esté perdiendo algo de tirón sin Tony Harnell a la voz, ya que a las opiniones dispares de sus últimos trabajos con Tony Mills, hay que destacar la diferencia de público de un Kafe Antzokia de Bilbao lleno en su último paso por Euskal Herria a una sala Totem que no registró más de unas 150 personas, aunque no me atrevo a calcular el alcance de esta situación actual de la banda en la entrada registrada. En lo que a mi respecta, Toni Mills siempre ha sido una voz que me ha encandilado, con lo que personalmente tenía muchas ganas de presenciar esta actuación.

BURNING KINGDOM
BURNING KINGDOM

Los teloneros eran un auténtico lujo que nosotros no quisimos perdernos por nada del mundo, aunque el público veterano que atraía la banda principal se hizo bastante de rogar para hacer acto de presencia, comenzando la banda del virtuoso guitarrista Manuel Seoane con una sala aún poco concurrida. Les vino bien retrasar un poco el arranque de su actuación para que a última hora la mayoría de los asistentes pudiera disfrutar de este hard rock melódico que encajaba perfectamente con TNT. A pesar de ello, les costó mover a la concurrencia. Y eso que iniciar con la versión de Niagara de Big Bang es todo un reclamo para los seguidores más ochentenos que deberán tomar nota de bandas jóvenes como esta para que este estilo de música siga sobreviviendo con salud en las próximas generaciones.

BURNING KINGDOM

La banda se mostraba sonriente, tras ese inicio en el que Seoane aparece tocando su guitarra desde camerinos, con su imagen habitual que tanto nos recuerda a Yngwie Malmsteen, pero con la personalidad a la hora de tocar que distingue a esta banda como una de las propuestas más interesentes de la actualidad. “Something Pysichal” continuó la descarga con la misma actitud, muy optimista y entregada a la pasión por su música. Un problema con la guitarra deslució un tanto el inicio de “Shot In The Dark”, lo que no impidió el lucimiento de la voz de Dani en uno de los temas que más se prestan para ello. “Livin´Now” nos mostró la calidad que ya se encontraba en su obra de debut, ratificada en un segundo trabajo de título “Dawn To The Road” en el cual se encuentran joyas como “I Got A Feeling” o un tema con gran vocación de single, de estribillo pegadizo y poseedor de un buen rollo contagioso titulado “Japan, Japan”. Tras “Rock Formosa”, disfrutamos otro tema pegadizo y lleno de carisma como “Hoochie”, el cual debería ser cantado por muchos seguidores en cuanto esta banda alcance el reconocimiento que merece. Ese na na na na na na na na na na es tan sencillo como coreable, y deja un destellos de voces sobresaliente. El que sí obligó Burning Kingdom a cantar a todo el público fue “Rock On The Radio”, en el que Dani abandonó el escenario para subirse a la zona alta de la sala mientras que su colega Manu hacía lo propio para mezclarse con el público. La sala ya había cogido más calor y el público respondió en el estribillo, más cuando el propio guitarrista subió junto a su compañero. Regresaron al escenario para terminar el tema desde allí con la misma sonrisa, expresividad y entusiasmo con la que unos tres cuartos de hora antes habían hecho acto de presencia sobre él. Hubo algún pequeño momento con un sonido un poco más embarullado, pero habiendo dado todo, con la clase que demuestra la banda y con ese buen repertorio de canciones que acuñan en tan solo dos discos, es como para que se vayan satisfechos de cada una de sus actuaciones. Esperemos que el público que les conoció esta noche sepa valorarlo y como nos dijo Seoane, nos veamos más veces.

BURNING KINGDOM
BURNING KINGDOM

Debemos de pensar muy bien lo que está pasando con la música, ya que parece que entre las bandas míticas se está abriendo un hueco demasiado grande entre las que llenan estadios y las que quedan recluidas a salas, donde la música se disfruta tanto o más que en esos grandes recintos. Unos cuantos privilegiados pudimos disfrutar de una banda que merecería más respuesta por su trayectoria, importancia y reconocimiento obtenido en el hard rock. No puede ser que el público solo mire en una dirección dejando que otras bandas de peso específico en la escena queden cada vez más olvidadas, aunque en muchos el calado de sus canciones lo lleven tatuado en el corazón eternamente.

 
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Además, la banda noruega demostró toda su calidad con un sonido potente y bien recogido en esas distancias cortas donde al que le gusta disfrutar de un concierto aprovecha para ver cada detalle de los músicos, tanto en la ejecución de sus instrumentos como en los gestos dejados a lo largo de la actuación. En ese sentido, pudimos ver la capacidad de un Ronni Le Tekro con una constante mueca de pasión en su rostro mientras que demostraba su destreza con las seis cuerdas, no venida a menos, ni mucho menos, por el paso del tiempo. Cada tema llevó su sello impresionando con su velocidad, precisión y crudeza a la hora de ejecutar. Por otro lado, Tony Mills fue una muestra de carácter y calidad a partes iguales. Ambos protagonistas se metieron en el ritmo frenético con el que se desarrolló la actuación, sustentada en la base rítmica de los sobradamente solventes Diesel Dhal y Victor Borge.

 
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El arranque del concierto vino a mostrar la valía de los temas de sus últimos trabajos que, si han generado diversidad de opiniones, en directo aclaran bastantes dudas. Para dar un repaso rápido a esta etapa con Tony Mills, que ya abarca tres discos, la banda comenzó por desglosar ese “Hello, Hello” de su anterior disco “Atlantis”, adecuado como saludo de bienvenida y como prueba del gancho del tema en directo. Así mismo, el siguiente paso por la época Mills fue de su debut con TNT hace apenas 4 años con “The New Territory”, del cual “Substitute” parecía llevar mensaje subliminal. Pero si alguien ve a Tony Mills como un simple sustituto de su tocayo Harnell no será por el estado de forma, que es espléndido a sus casi 50 años. Su imagen y su físico, bastante más rudos, distan mucho de aquel jovenzuelo de pelo cardado de la época de Shy en los 80, pero su voz ha permanecido inmune al paso del tiempo. Esa clase y esa magia de un vocalista mítico la lleva impresa esté en el grupo que esté, desarrollando en lo visual una actuación un tanto al margen de sus compañeros, entre los que no paró de pasearse de un lado al otro del escenario desde el principio hasta el fin de la actuación, en ocasiones encontrándose con Le Tekro cuando este daba un par de pasos al centro. Por ese motivo el vocalista le hizo un par de gestos contrariados al guitarrista de los que no se si todo el mundo se percató. A medida que avanzara la actuación el aparente nerviosismo del vocalista se apaciguaría un tanto y notaríamos algo más de complicidad que en el comienzo.

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De hecho, la actuación iba saliendo redonda en cuanto a la ejecución y el sonido de los temas; eso sí, con unos coros que en muchos casos se intuían grabados, ocurriría más adelante con temas como “U.S.A”. Anteriormente nos pudimos recrear en la calidad de los temas del nuevo disco de la banda con títulos como “Ship In The Night”, y en especial un “Refugee” donde las melodías de voz cautivaron en vivo. Quizá una vez disfrutado en directo se pueda valorar más lo que recoge ese último lanzamiento de TNT, donde hay un pegadizo “Barracuda” al que se le saca mucho más partido en vivo. “Harley Davidson” nos volvió a  acercar a la primigenia época de la banda, que se iba mostrando con cuentagotas entre temas nuevos como “Farewell To Arms”. Llegados al solo de guitarra de Ronni Le Tekro, espectacular y desarrollado con el ritmo vertiginoso de toda la actuación, con una base rítmica que hacía espectacular, además de ver al guitarrista, ver como tocaba el bajo Victor Vorge acompañando a velocidad de vértigo a su compañero; llegó el momento de pasar a los clásicos con un tema de 2004 que ya deberíamos comenzar a tomar como tal. “My Religion” encaja perfectamente entre los temas más conocidos de la banda y hace ver muestras entre la audiencia de ser de su agrado. Tras éste, la emoción subió con “Tonight I´m Falling”, de exquisita interpretación, unido a un “10.000 Lovers (In One)” que dejó asomar una exclamación de satisfacción entre la concurrencia con nada más aflorar los primeros acordes y que subió la intensidad del momento que se había abierto con el anterior.

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Apenas 50 minutos después de haber salido a las tablas la banda se marchaba. El concierto se estaba pasando en un suspiro dado el ritmo que llevaba el grupo, que no solo no descansaba, sino que parecía incluso acelerar alguno de los temas. No se si tenían prisa por descansar para la grabación del día siguiente, pero lo cierto es que la sensación de lo que estábamos viendo era fantástica, pudiendo disfrutar de todos y cada uno de los temas con un buen sonido y con una banda capaz de asombrarnos con el nivel desplegado. Precisamente en los bises el grupo pareció levantar un poco el pie del acelerador para interactuar más con la audiencia y dar un poco de respiro. No se cortaron a la hora de apostar por un nuevo tema como “Engine”, reiterándome en que en directo aprecio un brillo que en el disco no llegué a percibir. Lo mejor de la noche se lo adjudico a “Everyone´s A Star” que, además de la propia calidad del tema y la inmejorable factura con la que la tocó el grupo, tuvo una respuesta por parte del público a la hora de cantar el estribillo que mereció el aplauso de Tony Mills. Era el momento de que la gente respondiera, ya que “Intuition” también requirió de la entonación al unísono de los presentes, con un vocalista que se implicó tanto o más en estos temas de la época clásica de la banda como en los suyos propios, donde ha trabajado en la composición y con los que, en buen lógica, se debe sentir más identificado. Creo que si hubieran cambiado el orden y hubieran terminado con el anterior y no con “Seven Seas” hubiera quedado una mayor sensación, ya que la gente aquí tiene como un tema más emblemático el que dio nombre a esa obra de finales de los 80. Pero fue un concierto más que correcto, con un importante derroche de calidad, clase y talento.

 
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No se como resultaría su actuación de la grabación de DVD en Madrid, pero la banda demostró estar en forma en Villava y muy bien engrasada. Eso sí, 70 minutos se pueden hacer cortos, aunque pueden dar la ventaja de no sacar un CD doble hoy en día que tanto cuesta recuperar gastos con la venta de discos. En cualquier caso, fueron 16 temas que para muchas bandas, con un par de parrafadas y alguna perdida de tiempo, se alargaría a la hora y media de rigor de la que pocos pasan a día de hoy. TNT, sin embargo, eludieron cualquier aspecto que no fuera disfrutar con su música en todos y cada uno de los minutos que estuvieron en escena, solo recreándose en los saludos finales en los que los músicos no dudaron en permanecer frente a un público encantado con lo presenciado que prolongó su ovación todo el tiempo que entre tema y tema la banda apenas nos había dejado. No es cuestión de tiempo, sino de la sensación transmitida, que en el caso de TNT, dentro de la sencillez de un show que primó lo estrictamente musical, fue plena de facultades.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)