THIN LIZZY + SUPERSUCKERS

29 – 01 – 11

Barakaldo (RockStar Live)

THIN LIZZY

No fallaron nuestros augurios cuando vaticinábamos otro lleno para ver a otro de los grandes nombres de la historia del rock. En este caso con la presencia de otra banda en el cartel capaz de hacer arder una sala por sí sola como Supersuckers. Sin ser objeto de mi devoción, excesivamente engreídos cada vez que pisan un escenario, reconozco que también eran un atrayente para la noche. Tal vez por eso de manera muy tempranera la sala ya registraba una entrada formidable. Llegamos nada más comenzar su actuación y ya tuvimos dificultades para ocupar un buen lugar desde el que disfrutar del concierto. Lo conseguimos mientras que “Bad, Bad, Bad” golpeaba nuestros oídos. Comprobamos que en su escaso tiempo de actuación los americanos iban a enlazar un ramalazo sucio de rock desgarbado tras otro. Así se sucedieron “Evil Powers Of Rock & Roll”, “Pushing Through” y “Go!”, con un sonido acojonante que permitía disfrutar de la pegada de estos temas, de la conjunción agria de la voz de Eddie Spaghetti con las guitarras de “Metal” Marty Chandler y Dan “Thunder” Bolton, impecables en los solos. Sin embargo, lo más destacado de la actuación llegó en la recta final por parte de su compañero a la batería Scott “Scottzila” Churilla, que tras “How To Maximize Your Kill Count” realizó un solo de batería de una fuerza y un nivel de dejar boquiabierto al personal. Tras ese demoledor instante el final intentó ser un desenfreno con solo de guitarra de Marty tras la cabeza en “Pretty Fucked Up” enlazando y alargando el final con “Born With A Tail”. Desde su indumentaria, siempre con sombrero texano y gafas de sol en el caso del vocalista, hasta el planteamiento de unos shows demasiado estáticos, me parecen un grupo muy previsible como para autodenominarse la banda más grande de rock del mundo. No discuto ramalazos de calidad y clase como los expuestos esta noche, ni más de 20 años de carrera, pero cuando se telonea a músicos como los que luego venían les convendría mirarse algo menos el ombligo y ofrecer verdadera actitud. Porque cuando les he visto encabezando el cartel no me han convencido y en noches con compañeros de lujo, como en esta ocasión, faltaban unos minutos para que la actuación de Supersuckers quedara como algo lejano en el tiempo.

SUPERSUCKERS
SUPERSUCKERS
SUPERSUCKERS

El nombre de Thin Lizzy sí que es grande. Tanto que uno no llega a imaginarse sus dimensiones si su líder aún viviera. No en vano, tener a músicos de este talento interpretando sus canciones ya es como para caer rendido a sus pies de una manera total. En la música siempre hay excepciones a la regla general. En este caso la excepción con Thin Lizzy es que, por lo menos yo, al contrario que al resto de bandas, no les pido sacar un disco nuevo. Seguir sin Phil Lynott con este nombre no es pecado cuando se mantiene su espíritu vivo en cada una de estas canciones. Lo que ya no vería claro sería que la banda con esta denominación editara algo distinto a un directo. Mientras que la continuidad de esta leyenda sea para hacernos vibrar y emocionarnos con temas ejecutados de una manera impecable hasta la máxima expresión del término la firma y el sello de Phil Lynott seguirán con vida. Tuve oportunidad de verles hace un par de años en aquel Monsters Of Rock de Zaragoza que tuvo que suspenderse posteriormente. John Sykes a la voz me pereció la opción más acertada para emular el registro del vocalista original, por lo que un tanto decepcionante fue saber de su marcha del proyecto. En cualquier caso, había que ver como el ex-The Almighty respondía a una labor tan complicada. Evidentemente su registro es más sucio y se dejó notar, pero una vez arrancado el concierto se entonó de forma acorde a sus deslumbrantes compañeros. Uno de los alicientes más importantes para mí esta noche era ver a Vivian Campbell a la guitarra, que realizó una actuación tocada por algo divino. Marco Mendoza se mantuvo más discreto con el bajo, con mucha pose y movimiento acorde a su curriculum hard rockero. El peso de lo auténtico en la banda lo llevan un espléndido Scott Gorham y ese batería fantástico llamado Brian Downey, realmente único miembro fundador en la banda. También hay que destacar a un sorprendente Darren Wharton a las teclas, quien ya estuviera en la formación en los 80 y que ofreció un recital de clase que brilló con luz propia. Con estos músicos se creó la magia en el escenario y una sala repleta no tardó en vivir este concierto como mucho más que un homenaje a un inolvidable fallecido. Si había quien no entendía que el grupo esté girando sin él, seguro que no tardó en pasarlo por alto, porque la noche adquirió un color especial desde que el vocalista grita ¡¡¡¡are you ready!!!!.

THIN LIZZY
THIN LIZZY

Comenzamos, evidentemente, con “Are You Ready”, momento desde el cual el concierto se tornó en un recital tocado por la varita de músicos que tienen un talento inigualable. Recalco que la voz de Ricky comenzó sonando más sucia de lo que probablemente requiriera este tema, aunque fue encontrándose más cómodo en un registro más adecuado a medida que avanzaba el concierto. Tras “Waiting For An Alibi”, “Jailbreak” hizo estallar de jubilo a la sala. Perfecta la ejecución, como en todos los casos, y verdadero despliegue de facultades y feeling a cargo de dos guitarras que se acoplaron de manera perfecta. Esa fue una de las claves para que las canciones mantuvieran todo ese regusto a grandeza que no van a perder nunca. Scott Gorham encontró en Vivian Campbell su media naranja, con la inclusión en momentos de Ricky, formando un trío guitarrero verdaderamente inigualable en piezas que provocaron sensaciones indescriptibles. Una de ellas fue “Emerald”, con el largo final instrumental con los dos hachas entrelazándose haciendo las delicias de cualquier ser vivo. Eso ocurrió en una fase avanzada del concierto, antes de que ya hubiéramos vivido momentos para no olvidar en toda la vida como “Dancing In The Moonlight”. 

THIN LIZZY
THIN LIZZY
THIN LIZZY

Los músicos que teníamos sobre las tablas habían ido a hacer llegar el sentimiento de los temas, lo que de verdad debe de ser el objetivo de quien se dedica a esto. Por si solos son instrumentistas capaces de lo que sea, pero la intención y el logro fue tocar el corazón de la audiencia. Seguimos degustando las guitarras dobladas tan características del grupo con “Massacre”. Un detalle que hizo el concierto muy dinámico fue que el vocalista no presentó a los componentes a la vez. Cuando presentó a Marco Mendoza este comenzaba un tema y así sucesivamente con sus compañeros. Uno de los momentos de contener la respiración fue cuando le tocó el turno a Darren Wharton que en “Angel Of Death” fue protagonista, obligándonos a seguir con el corazón prácticamente en pausa en “Still In Love With You”, la cual cantó junto a Ricky Warwick mostrando una tesitura preciosa en su voz. Solo por ese momento ya merecería la pena que esta esencia de Thin Lizzy siga viva de alguna manera en algo más que en sus discos. Pero es que el concierto estaba resultado completo y mucho más impactante de lo que algunos pudieran prever.

THIN LIZZY
THIN LIZZY

Tampoco quiero decir que fuera un concierto igual de inicio a final. Tuvo momentos más brillantes y otros simplemente maravillosos. Esta gente no sabe bajar de ahí, menos cuando la sala ya respondía con palmas en cada momento. Ni qué decir que “Whisky In The Jar” provocó que la concurrencia saltara y se moviera más aún, algo solo repetido más tarde por “The Boys Are Back In Town”. El grupo solo dejó que la gente cantara las canciones por sí misma, tampoco reiterando demasiado la petición de cánticos. Ni en eso perdieron la intención de hacernos llegar en vivo lo que son estas canciones en su más natural concepción. Thin Lizzy está conformado por estrellas del rock que si desde hoy tuvieran que ganarse tal galardón lo volverían a conseguir, independientemente de que a la espalda de cada uno de estos músicos va ya una larga historia. Sorprendente por ello cómo se amoldaron los unos a los otros. Por otro lado, la gente sabe que a pesar de la calidad de músicos más jóvenes el único miembro original es Brian Downey. Por eso se llevó la mayor ovación cuando en “Sha La La” fue presentado y nos brindó un solo de batería que le mostró en buena forma. “Cowboy Song”, con armónica en las manos del vocalista, imaginareis que también merece la pena ser destacado.

THIN LIZZY
THIN LIZZY

Los bises, deseados e implorados por todos, corrieron a cargo de ese siempre bien recibido “Rosalie”. Ricky terminó por mencionar el nombre de Phil Lynott lanzando un beso al techo de la sala. De alguna manera el mítico rockero de color estaba en algún lugar de ese escenario. “Bad Reputation” volvió a despedir a los músicos que regresaron con “Black Rose” para terminar sembrando de aire irlandés todo el recinto. El único mal sabor de boca que me queda es que en el set list de la banda estaba “The Rocker” para finalizar, pero se la ahorraron en un concierto que ya había demostrado todo y más, pero hubiera sido un colofón que hubiéramos deseado. Y es que después de esto todavía pedíamos más egoistamente. Habrá quien siga erre que erre con que estos no son Thin Lizzy. A lo que yo digo que si no lo son, nadie se parece más hoy sobre la tierra y si te gusta verdaderamente la banda y quieres disfrutar de lo más parecido a su autenticidad esto es lo que nos queda. Y ten por seguro que no es poco, porque están por encima de muchos nombres que con sus miembros originales ya solo son una máquina de fabricar dinero. Estos hacen fluir todas las sensaciones de sus canciones, quitando valor al resto. Lejos están de ser un simple grupo de nostalgia que más parece una banda de versiones que un conjunto real, cosa que hemos visto en otros casos en esta misma sala hace no demasiado. Que nadie piense que esto ensucia ni el nombre de la banda ni el de su fallecido líder, porque tanto él como sus admiradores deberían estar orgullosos de que tantos años después de su muerte sus canciones todavía puedan provocar estas sensaciones. Ahora mismo me siento eufórico tras asistir a un concierto así, pensando qué hubiera sido de esta banda si en lugar de en Irlanda hubiera surgido en Inglaterra o si su vocalista hubiera sido blanco. Tal vez no nos olvidáramos de colocarlos entre los nombres más influyentes de los 70, para nada a la sombra de los Zeppelin, Purple o Sabbath, enseñando un camino que muchas bandas británicas de heavy metal explotarían en los 80. Demostrar que eso sigue siendo así, no es manchar el nombre de esta leyenda viva por siempre.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)