CRÓNICA: THERION + ELYOSE + ANTALGIA

THERION + ELYOSE + ANTALGIA

6 – 10 – 12

Barakaldo (Rockstar Live)

Uno no sabe muy bien si esto de celebrar un aniversario como el 25 y anunciar un parón prolongado atendía realmente a un hecho especial o era un reclamo para que los fans no se perdieran esta gira. Lo cierto es que por este u otro motivo Therion es uno de los grupos a no perderse si tienes esa posibilidad. Son unos pioneros en la inclusión de voces líricas en el metal y han llevado el metal sinfónico un paso más adelante con una personalidad que hoy les hace un puesto de honor en el metal internacional para ellos solos. Eso debería valorar el público, que bien pudiera haber llenado la sala esta noche ante lo que, a mi modo de ver, supone Therion para el metal. Aunque tampoco esperábamos tanto realmente, la entrada se me quedó algo corta e incluso me sorprendió la falta de compañeros de prensa, algo que se puede contabilizar echando un vistazo al foso dónde había bastantes menos fotógrafos de lo habitual con bandas de este nivel. Desconozco los motivos, pero lo cierto es que en lo musical se vivió una noche digna de quedar reflejada en muchas publicaciones.

Los suecos venían acompañados por dos bandas bastante desconocidas. En primer lugar los catalanes Antalgia salieron con todo el ánimo del mundo a presentarnos su trabajo de debut “Perception Of Reality”. Un disco de metal sinfónico con melódica voz femenina, estilo muy explotado en los últimos años. Por ese lado es complicado sorprender, de hecho no lo hacen, pero hay que reconocer el nivel de calidad de cada uno de los miembros de la formación que plasman los temas con total solvencia.

Me quedo con los registros vocales variados de su vocalista Bella Diánez, que dota de versatilidad a la obra, y en el plano técnico nada que objetar a sus compañeros. Si acaso había algunos momentos en los que cuando Igna Jover metía los solos me faltaba la fuerza de una segunda guitarra. Los teclados grabados también dejan una sensación de frialdad cuando estamos ante una banda con tanta importancia de esos elementos.

Pueden tapar esos huecos y coger algo más de tablas sin problemas en el futuro. Lo importante es que mostraron tener las cualidades necesarias para facturar este estilo de música y así lo plasmaron en temas como el inicial “Embrace The Death” o el single “Lines Of Lie”, que muestra todo el preciosismo que la banda aporta a sus composiciones. Banda con prometedor futuro que salió sinceramente aplaudida del escenario.

Al público le costó más entender la propuesta de los parisinos Elyose. Lo suyo también es el metal sinfónico con voz femenina, acorde al cartel de la noche, pero en este caso tiene un toque de modernidad en algunas influencias electrónicas que se plasman en ritmos dance. Eso choca mucho con el seguidor más tradicional. Aún así, la banda fue recompensada con aplausos al término de cada tema y no cejó en su entrega en el escenario. De hecho, su actuación a nivel personal fue satisfactoria, contando con buen sonido y plasmando lo que se engloba en su trabajo “Théogine”.

Curioso que su vocalista dijo en un par de ocasiones gracias Madrid, o eso le entendimos porque su acento francés nos pudo llevar a error. Una anécdota que no debe quitar mérito a su espectacular voz lírica, independientemente de que su estilo puede provocar opiniones encontradas. Yo soy de los que piensa que cuadrando mejor la mezcla de metal con esos sonidos industriales puede cuajar la propuesta y de hecho hubo momentos que me dejaron buena sensación.

Al igual que sus predecesores contaron con los teclados grabados, lo cual es un elemento que se agradecería mucho tener en directo, aunque en este caso su sonido también se embadurne de algún otro elemento ornamental que moderniza mucho la propuesta. Temas como “Elavation” o “L´Orientale” dejaron mejor sensación que una parte final con un “Incandescence” donde salieron a relucir más esos ritmos de pista de baile. Será cuestión de gustos por el matiz polémico de introducir elementos no necesariamente asociados con el heavy metal. Eso dejó cierto interrogante en el ambiente, pero bajo mi punto de vista no cuajaron una mala actuación esta noche los franceses.

Llegaba el momento de Therion que no tardaron en demostrar que ofrecen en esta gira sus mejores galas. Un telón de fondo con el logo del grupo no me hacía presagiar que esto fuera a resultar tan espectacular, pero es que el juego que dan tres vocalistas en el escenario, el trato operístico y a veces un tanto teatral que le inyectan a las canciones y la calidad musical del grupo hacen que ver a esta banda sea toda una sensación.

Junto a la fantástica Lori Lewis tuvimos a las voces a unos no menos espectaculares, aunque en otro plano, Thomas Vikström y su hija Linnéa Vikstrom. Los tres hicieron unos papeles alucinantes. En concreto el vocalista masculino se desató en un alarde de registros vocales que lo colocan al nivel de los grandes, pese a que su carrera haya transcurrido un tanto más en la sombra, aunque con numerosas muestras de calidad en cada una de las bandas donde ha tomado parte. Aquí da rienda suelta a todo lo que lleva dentro, disfrutando mucho de una actuación tan especial como la que le permite Therion. Su hija muestra un tono vocal que no llega al lírico de Lori ni tiene esa intención, pero sus segundas voces y su presencia fueron la guinda a la preciosidad escénica y sonora que muestra Therion.

Por supuesto que el resto de los músicos son también de enmarcar, cada uno en su terreno concreto. Sorprendente la presencia a las teclas de Stefan Jernstähl con su sotana de reverendo que a todos nos chocó. Su papel fue espléndido y fundamental para que Therion evite llevar esas grabaciones que les achacamos a sus predecesores. Pueden hacer uso de alguna ayuda, pero la gran mayoría del sonido lo factura en directo el grupo sueco.

Y ya que estamos de reconocimientos individuales, lo que Christian Vidal hizo con las seis cuerdas me pareció espectacular. Seguro en cada nota y brillante en los solos capaz de transmitir destreza y meterse en el sentimiento grandilocuente de las composiciones. Nos queda la base rítmica colosal de Johan Koleberg a la batería y Nale Pahlsson al bajo, con la guitarra de un líder que lleva la batuta desde una posición artísticamente algo más discreta sobre las tablas como es Christofer Johnsson, que tuvo sentidas palabras con su público al principio y al final de la velada.

Seguro que los más acérrimos le sacarán punta al repertorio de la banda, pero en cuanto a la brillantez interpretativa, la entrega del grupo y su estancia de 2 horas sobre las tablas ningún reparo se puede poner. El grupo transmitió muy buena química, con su público y entre ellos en el escenario. Sobre todo Lori Lewis nos dejó muchos gestos de complicidad con todos sus compañeros. Pese a la concentración que puede requerir interpretar estos temas a este nivel la banda no dejó de demostrar entusiasmo y sensación de divertirse en el escenario.

Desde que abrieron la noche con “O Fortuna” aquello tomó tintes de gran evento. Tal vez hubiera sido digno de ver en un teatro, pero por otro lado el grupo no deja de tener la fuerza de una banda de heavy metal. Todo se desató con “Poupée De Cire, Poupée De Son”, momento desde el cual el concierto tomó una enorme dimensión. Incluso mayor en un momento como el de “Son Of The Sun”. Se agradeció el detalle de saludar en euskera y que el grupo supiera exactamente en qué lugar estamos. No es que yo sea un tiquismiquis con estas cosas y entiendo que para cualquier persona de fuera todo este conjunto de casas es Bilbao, pero para ser más exactos el municipio en el que se ubica la Rockstar Live es Barakaldo y estos en todo momento hicieron referencia a ello, algo poco habitual con las bandas foráneas.

Los teclados de un aplaudido Stefan introdujeron “Via Nocturna”. Esas mismas teclas compitieron posteriormente con la guitarra de un lúcido Christian en “The Flight Of The Lord Flies”. Hubo interpretaciones memorables en buena parte de los temas, como en el caso de “The Siren Of The Woods” en la que interactúan Thomas y Lori, acabando ésta detrás de los teclados y él tocando la flauta, un elemento que tampoco quisieron llevar grabado. “Vanaheim” también fue un gran momento o un acústico “Lemuria” que hizo cantar a la gente, para no olvidarnos de que aparte de admirar lo que veíamos encima del escenario y lo que nuestros oídos percibían, esto era un concierto con un feedback. De hecho nunca se cayó en esa frialdad, ni mucho menos.

Como pieza grandiosa en la que todos los componentes se lucieron en los niveles más estratosféricos enmarcaría “Land Of Canaan”. Nos envolvieron con la calidez de “The Rise Of Sodom And Gomorrah” y en el plano más heavy hay que destacar ese “The Khlysti Evangelist” que se marcó a la voz Thomas prácticamente en solitario.

Tras la marcha de la banda de escenario nos quedaban bises a la misma altura de calidad que toda la actuación. Con el público entregado la banda regresó para ofrecernos “The Wondrous Of Punt”, con Christian Vidal luciendo la camiseta de Euskal Herria y llevándose el aplauso mayoritario de los presentes. Pero lo realmente importante es que junto con la banda nos brindaron una actuación alucinante que aún contó con un bis más tras otra marcha del escenario. Ese punto y final fue “To Mega Therion”, que redondeó una descarga a la que no se le puede pedir mucho más en cuanto a excelencia musical en unas interpretaciones fantásticas en todos los sentidos.

Nos dejan con un recuerdo que podremos guardar como un tesoro hasta que decidan volver tras ese anunciado parón que les llevará a trabajar en otros proyectos. Esperemos que no sea mucho tiempo el que tarden en volver y veremos si esa ópera rock en la que anuncian tener intención de trabajar puede superar en un escenario algo como lo de esta gira de 25 aniversario que nos deslumbró a su paso por Barakaldo.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: Mari Jose Martin (mari@lamiradanegra.es)