CRÓNICA: MY SWEET TORMENT + PHOBOS PREACHER + BULLETS OF MISERY

MY SWEET TORMENT + PHOBOS PREACHER + BULLETS OF MISERY

13 – 05  – 11

Barakaldo (Sala Edaska)

Variada y atractiva la propuesta de esta noche de sábado para cualquier amante del metal extremo. Los rehechos My Sweet Torment volvían a verse en un escenario tras la regrabación de los temas de su primera obra “Electrocardiogram”, editados ahora con una producción mucho más profesional bajo el título de “The Last Beating Heart”. De entre las bandas emergentes del underground extremo esukaldun teníamos la presencia de uno de los grupos que más fuerte comienzan a pisar como son Bullets Of Misery. Y para que el cartel no cojeara por ningún lado, desde tierras zaragozanas Phobos Preacher venían con su primera referencia bajo el brazo llena de thrash death sin miramientos de título “Humanos”. Tres bandas para disfrutar los que ya les conocíamos y para descubrir sin falta en el caso del que aún no sepas nada de ellos.

Calientes íbamos a salir de allí tras la tralla que nos esperaba con Bullets Of Misery. La banda de Gernika deja a un lado su evidente juventud cuando sube a un escenario para mostrarse como unos colosos en las lides del death metal. A machete nos fueron desgranando uno a uno los temas que componen su “Purificatio Per Agone” (un disco por el que debes interesarte si te gusta el puro y visceral death metal) junto a algunas inclusiones de nuevas canciones que presumiblemente formarán parte de su siguiente obra.

Últimamente no tengo que irme demasiado lejos para encontrar grandes bandas de metal extremo. Alucinado por los últimos trabajos de bandas vascas como Conflict Noise o Darkness By Oath aquí me encuentro con otro nombre que en mi discografía particular ya es de referencia. Porque la cosa no se queda solo en estudio, en directo el grupo pega fuerte con esas estructuras nada faltas de una buena técnica.

Hay que tener en cuenta que su vocalista Dubo venía con resfriado, pero no se notó en el poderío ni en la forma de romper su garganta hasta lo imposible. Me imagino sus cuerdas vocales en carne viva. Uno de sus momentos más espectaculares fue “Eskuak Odolez Bustita”. Pero ni mucho menos destaca solo el vocalista. No me extraña que el grupo haya facturado la instrumental que da título a su obra, puesto que son excelentes músicos en este estilo. La base rítmica de Egia al bajo y Agony a la batería es de vértigo, mientras que los guitarristas no solo sacan grandes riffs, sino que demuestran tener nivel para lucirse con solos de guitarra que dan un regusto clásico a su música.

Con un gran sonido nos descargaron temas como “Ez Ahaztu”, “Gezurrez Inguratuta”, “Zerua Ez Da Guretzat”, “Gosea” o  los nuevos “Bizirik Infernuan” y otro que aún no tiene título. Para dejarnos a todos en el sitio hechos pedazos, descuartizados y esparcidos sobre un charco de sangre. Es decir, el placer absoluto si estás buscando estos sonidos.

Esto debe de poner las pilas al que tenga que salir después a escena. Por fortuna Phobos Preacher es otra banda emergente que no necesita motivación extra, pero seguro que tomó buena nota de lo que acababa de ver para encarar su actuación y no quedarse atrás. Su estilo es diferente al de los anteriores, pero guarda el denominador común de no dar tregua, de estar plagado de guitarras cortantes, riffs asesinos y ritmos trepidantes. Así que por ese lado continuó la fiesta sin decaer en lo más mínimo.

Da gusto ver a bandas dejándose la pie en el escenario como muchas de las estrellas del rock han olvidado. A veces hay más que ver en el sótano de un edificio, como es la Edaska, que en grandes estadios. Y no lo digo por decir, sino porque lo que vi por parte de los maños fue una gran actuación que nos retrotrae a tiempos en los que los nombres grandes de hoy en estos sonidos comenzaban. Y no lo digo porque ellos copien a nadie, porque su estilo es muy personal dentro de la influencia de la caña más pura, sino porque así se debían comer el escenario en sus inicios los que hoy son considerados grandes. Y es que así se ponen las bases de un futuro, dejando solo buenas palabras entre los que esta noche pudimos disfrutar de esta portentosa actuación.

Muy celebrada fue la versión de “Nos Vimos En Berlín” de S.A., entre temas propios que repasaron ese recomendable “Humanos”, como el afilado “Doctrina Odiada”, el  compacto “Lágrimas De Arena” o el concienzudo “Humanos” entre otros. Si la banda resulta directa, en sus conciertos se pueda apreciar la buena labor instrumental a la hora de clavar esas estructuras con más complejidad de lo que pueda indicar su contundencia. Otra actuación fantástica.

Ya solo quedaba que My Sweet Torment redondeara la noche. Gran recuerdo el que conservaba de ellos en directo, claro que fue en Bilborock, una sala mucho más grande que permite mucho más espacio para su espectáculo. My Sweet Torment propone una puesta en escena como pocos grupos nuevos se atreven hoy. El espectáculo es parte primordial de sus actuaciones, cargadas de teatralidad en la propia imagen de los músicos, cada uno con una máscara. Espectacular la de su vocalista y guitarrista Sef Eldin, alma mater de esta banda que nos dejó grandes sensaciones con su anterior  segundo trabajo “Seven”.

El grupo se ha encontrado en un periodo complicado en el que ha habido cambios de formación. De hecho, ahora aparecían reconvertidos a cuarteto, algo que se puede quedar en directo un poco escaso, puesto que su sonido cargado de detalles a veces pide la inclusión de una segunda guitarra que de más libertad a los solos de Sef. En cualquier caso este parece un periodo de transición en el que puede que el grupo se reestructure nuevamente, ya que tras este concierto les queda una actuación el 1 de junio en Erandio y la banda parece dispuesta a centrarse en componer su nueva obra y no volver a los escenarios hasta 2014. Así que hay que aprovechar oportunidades como esta donde ya nos presentaron uno de los temas de ese futuro próximo bajo el título de “Through Fallen Innocence”.

Uno de los cambios más sensibles se puede encontrar en la voz femenina, que compagina esta labor con la de teclista. Puede que en el plano lírico tan habitual en muchas bandas en la actualidad cambie algo el grupo, pero hay una personalidad un poco diferente manteniendo el estilo. Un estilo que resultaba mucho más barroco que el de sus acompañantes de cartel. De ahí que las constantes peticiones de la banda al público para que este se moviera se entiendan. Y es que es mucho más fácil hacer reaccionar a la gente con propuestas más directas, como las anteriores. En este caso se disfruta de otra manera, más teniendo en cuenta las atmosferas góticas que el grupo mezcla, con una calidad musical fantástica, con el death más agresivo.

Como bestias del averno encadenadas aparecían en el escenario los componentes de la banda, guiados por una de las actrices que posteriormente jugaría un importante papel visual en la interpretación ejecutada a la par que la banda descargaba, dotando de mayor dramatismo a momentos como “Lust” o “Bitter Moments” en un ambiente tétrico donde la sangre artificial también aparece cuando los vampiros de My Sweet Torment sacan los colmillos para morder la yugular de su víctima. Una escenificación que no deja de lado la calidad musical de una banda que nos ha dejado grandes discos y que en directo los refleja con esa teatralidad que nos induce a entrar en sus oscuros ambientes. Sumergidos en esa aura nos despedimos de una gran noche de metal en vivo.

Texto: Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: Mari Jose Martin (mari@lamiradanegra.es)