CRÓNICA: JIM JONES REVUE + JUKE BOX RACKET

JIM JONES REVUE + JUKE BOX RACKET

24 – 11 – 12

BILBAO (Sala Kafe Antzokia)

 

Aunque el proyecto de Juke Box Racket tenga relativamente poco tiempo de vida, sus componentes no son unos recién llegados. Un grupo formado por gente que ha participado en bandas tan míticas como Dinamita pá los Pollos ó Boogie Punkers sólo puede ofrecerte una buena dosis de música ejecutada con pasión y precisión.

JUKE BOX RACKET

Y eso fue exactamente lo que vimos durante un poco más de media hora. Como bien comentaba el cantante Javier Zaitegui, “era una cita a la que no podiamos decir que no” y nosotros se lo agradecimos.

 En su música se mezclan todas las influencias clásicas del rockabilly y del rock 50’s, aportando matices modernos e ideas que hacen a la banda destacar por encima del resto de la escena. La formación de guitarra, batería, contrabajo y voz no les limita a la hora de incluir estos nuevos matices, sino que les hace trabajar más y buscarle las vueltas a las canciones; de hecho, fue curioso comprobar cómo trasladaban “Modern Love” de Bowie a su terreno, o atreverse con una ralentizada “Ace of Spades”, que haría vibrar de placer al mismísimo Lemmy.

JIM JONES REVUE

 Si Juke Box Racket se encargaron de calentar el ambiente, Jim Jones Revue lo incendiaron. Y no era para menos, porque la expectación por ver de nuevo a la banda era francamente alta y la sala se llenó.

 Rock clásico y sucio, tocado a un volumen altísimo y rápido, como debe ser, con una voz ronca que a veces puede recordar a un Tom Waits que se hubiera interesado en el sleazy, y un piano tocado a lo bestia que suma intensidad y originalidad a la acción, convierten al grupo en una de las bandas actuales más interesantes de la escena.

JIM JONES REVUE

Vestidos de negro, como no podía esperarse de otra forma, y con una actitud en el escenario que sólo te da la carretera y los infinitos bolos, hicieron su presentación con “Where tha Money Go?” y “Never Let You Go” para poco a poco ir alternando temas de sus anteriores discos, como “Rock’N’Roll Psychosis” o “Elemental” que habría que calificar como clásicos si juzgamos la pasión con la que fueron recibidos por los seguidores de la banda. Así continuaron hasta el obligado parón para coger fuerzas y no sé qué pasaría en esos pocos minutos, pero volvieron con la energía renovada, porque la última parte del show se convirtió en algo apoteósico, con el guitarrista tocando entre el público y la banda fuera de control disfrutando como no lo había hecho hasta entonces, contagiando al público del desmadre y convirtiendo aquello en una auténtica fiesta.

 Cuando nos dimos cuenta, nos habían dejado con una sonrisa en los labios y muchas ganas de llegar a casa para poner sus discos y volver a disfrutar de “High Horse” o “Burning Your House Down”, pero sobre todo, de saber cuándo van a volver para acercarnos a revivir un concierto de estos tipos.

Texto y fotos: FER