IN FLAMES + NOCTIFERIA

17 – 09 – 11

Barakaldo (Rockstar Live)

IN FLAMES

Suponíamos que era complicado superar en cuanto a acogida el último paso de la banda sueca por esta misma sala hace un par de años. Entonces la sala completó el aforo, llegando a temblar el suelo con los saltos de los asistentes, auténticos fanáticos de esta banda referente de la actual escena del metal. El acaparar público joven es lo que da la fuerza hoy en día a las bandas que se consolidan y, sin duda, In Flames tiene el beneplácito de las nuevas generaciones, que siguen acudiendo fieles a sus conciertos. Esta vez el reventón en la sala no se daría, pero llegaríamos a una entrada más que considerable que transmitía la magnitud del evento. Y es que, sin ser de mis favoritos, dejándome frío en algún que otro festival, debo reconocer que en las dos ocasiones que les he visto en esta sala me he ido con la sensación de haber visto a un grupo verdaderamente grande, que sabe demostrar en el escenario por qué tiene esta consideración desde hace más de una década en que estalló ese sonido Göteborg para extenderse como un reguero de pólvora por toda Europa. Desde entonces este death metal melódico de marca propia no ha decaído. Esta noche aquí tendríamos delante a uno de los principales causantes, si no el principal.

NOCTIFERIA
NOCTIFERIA

No supe hasta pocos días antes del concierto quién sería el grupo telonero. De nada conocía a Noctiferia, que fueron los encargados de abrir la noche. Se trata de una banda eslovaca de un personal death metal con muchos guiños actuales en detalles llevados al directo, con esos samplers que dotaron de un pequeño deje industrial a algunos de sus temas. Les costó hacer reaccionar a un público que iba sumándose a medida que avanzaba su actuación. Los iniciales “Terror”, “Slavedriver” y “Deluders And Followers” transcurrieron entre la indiferencia y el sonido un tanto embarullado que al menos percibíamos desde la parte de atrás de la sala. Un preludio de lo que ocurriría con In Flames. Incluso en “So Devoid” la actuación cayó en lo anodino y pensé que la banda no podría levantar aquello ante un público impasible. De ello se percató el vocalista que incitó a la gente a levantar las manos tras “Evil Vs Evil”, llegando a la garra de “Demoncracy”, intentando interactuar, que espabiló un tanto con la suma de percusiones ejecutadas por el propio vocalista mientras cantaba “Catarsis” y el final “Holymen”. Además de un sonido no muy nítido, pudieron pagar en buena parte del concierto, con algo de pasotismo general, ser una banda desconocida para la mayoría (aunque su trayectoria se inicia a finales de los 90), pero nos quedamos con el regusto dejado por estos temas finales donde la petición de alzar los brazos por fin fue correspondida por un personal que se hizo de rogar.

NOCTIFERIA

La tónica cambió, por supuesto, con el inicio del concierto de In Flames. Siempre que les he visto en directo he comenzado con la sensación de que la actitud de la banda sería demasiado fría, pero al menos en las sendas ocasiones que han pasado por esta sala, han dado la vuelta ha la situación para terminar conectando con acierto y facilidad con toda su audiencia. Para que este presentimiento inunde mi mente hay aspectos que no me agradan de primeras, como que Anders Fridén abandone el escenario cada vez que no está cantando. Da la impresión que su función de frontman la elude por completo. También es habitual ver al grupo con un exceso de concentración, muy metidos en tocar sin apenas mirar a su público. Por otro lado, la presentación de un último disco con tres temas de este de primeras, retrasa la reacción más efusiva para un momento posterior.

NOCTIFERIA
NOCTIFERIA

“Sounds Of A Playground Fading”, “Deliver Us” y “All For Me” arrancaron el concierto de idéntica manera a su nueva obra. Sin embargo, la reacción de la gente fue calurosa, demostrando que In Flames tiene esa grandeza para levantar pasiones. Incluso un poco más se animó la noche en un “Trigger” que quedó como uno de lo momentos más brillantes en el plano estrictamente musical de todo el concierto. Si bien, el sonido embarullado que nos llegaba nos impedía disfrutar plenamente de todo el potencial del grupo. La voz se percibía excesivamente baja, comida por una bola de sonido en la que costaba apreciar todos los detalles. Incluso cuando el propio vocalista se refirió a las últimas filas con un can you hear me? hubo quien le indicó que no con el dedo.

IN FLAMES
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En cualquier caso, eso no resta mérito a una formación que comenzó a meterse al público de lleno en el bolsillo cuando les tiraron unas camisetas que Fridén no dudó en mostrar. Entre estas se encontraba una de Rise To Fall, grupo con claras influencias de los suecos, el cual le debe sonar de cada vez que viene a Bilbao, ya que en su anterior paso se llevó una demo que mostró al público y en esta ocasión fue su camiseta la que se quedó de recuerdo. Incluso les dedicó posteriormente, anunciándolo en voz alta, “Swim”, preguntando quien era miembro de la banda. Son estos pequeños gestos los que hacen que una banda aparentemente muy mecánica acabe por dejarse querer y resultar carismática.

IN FLAMES
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Visualmente las luces habituales colocadas como dos pantallas a ambos lados del escenario en la parte posterior me resultaron menos espectaculares que las de la gira de su anterior obra. Además, por momentos dificultaban la visión del escenario. Lo comprobamos en “Alias”, donde funcionaron a pleno rendimiento. De igual manera continuaba la banda, que podía habernos dejado un concierto verdaderamente memorable si el sonido hubiera acompañado. Y eso que en repetidas ocasiones les pidió Anders Fridén a los técnicos que le subieran la voz por monitores. Puede que se oyera a sí mismo tan bajito como resultaba entre el público. Pese a su forma de actuar, nada espectacular, él es la imagen y la figura central de la banda, más ahora que el guitarra fundador Jesper Strömblad no está con ellos. Llegado un momento la gente le vitoreó, pidiendo él, modestamente, que se refirieran a toda la banda con el nombre de In Flames. Hablando de imagen, sorprende la desaparición de las características rastas por un pelo muy cortito oculto bajo una visera y una barba de leñador. Como si la marcha del que haya sido su guitarrista desde el principio abriera una nueva época para la banda que también en lo visual rompe con lo anterior. 

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El grupo conecta merced a su vocalista con la sencillez que desprende frente a su público. Mientras que otros se empeñan en no dejar hacer una foto en los conciertos a los seguidores, que solo quieren un recuerdo y no vender la imagen de nadie, éste coge la cámara de una de las personas de las primeras filas, saca un primer plano de cada uno de sus compañeros y se la devuelve al propietario. Es lo que hizo en “The Quiet Placce”, otro tema de los destacados y favorito de muchos, como apreciamos por su respuesta. Más conocido que un “The Hive” que queda para los seguidores de los primeros tiempos. La gente prefiere los temas de unos años más adelante en los que la banda asentó el estilo que le ha hecho grande con temas como “Only For The Weak”, en este caso sacando del público a una chica a la que le indicaron que grabara desde el escenario y al día siguiente subiera el vídeo a youtube. Está clara la cercanía de esta gente, lo que se le agradece y termina por encender a un público que se entrega a sus brazos. Especialmente en este mítico tema que fue coreado por el respetable en el momento de más emoción de la actuación.

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También dejaron que se escuchara al público en “Come Clarity”, muy aclamado, mientras que algo más de indiferencia creo la nueva inclusión en la reciente obra con “Where The Dead Ships Dwell” y “Fear Is The Weakness”, que seguro que con el tiempo termina por calar entre todos tanto como sus predecesores. La sorpresa en Barakaldo fue que In Flames interpretaron dos temas más que en el resto de fechas estatales. No me preguntéis por qué, pero nosotros se lo agradecemos, aunque seguro que en algún foro ya esté levantando polémica este trato de favor. Además fueron representaciones del disco del 99 que puede tener la clave del sonido que luego popularizaron, ya que si el éxito total les llegó con algunos trabajos posteriores, “Colony” es el germen que hizo estallar, un poco a posteriori, el death metal melódico como un género de moda entre los metaleros. De ese álbum nos rescataron “Colony” e “Insipid2000”, colados entre los temas habituales de esta gira. Un regalo.

IN FLAMES
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Con el ambiente caldeado merced al reguero de energía que la banda había ido dejando, el final fueron constantes saltos y algún que otro mosh que nos dejaría la anécdota del concierto. “Delight And Angers” provocó que el suelo se moviera ante una sala saltando, sin menguar en “Cloud Connected”, último momento en que el grupo miró a sus trabajos de referencia de principios de la década pasada. Porque el grupo terminó recurriendo a sus trabajos inmediatamente anteriores al que nos presentaban, demostrando lo completo de una carrera no basada en álbumes concretos. Con “The Mirror´s Truth” ocurrió el curioso percance al que me refería cuando un chico que volaba sobre las cabezas del personal fue a llegar al foso, lugar en el que uno de los trabajadores de seguridad lo recibió y, según me informé, lo devolvió de bastantes malas maneras al público. Esto provocó el cabreo del vocalista que ordenó marcharse de la sala al que tan mal había tratado a uno de sus seguidores. Este se encaró con ellos desde abajo hasta el punto de que Peter Iwers se desenfundó el bajo y lo esgrimió de forma amenazante. Finalmente alguien se llevó al que no había tratado con el debido respeto a quien está, simplemente, disfrutando de un concierto, con la ovación del público, encandilado ante gestos como éste y dispuesto a dar lo último en “Take This Life”.

IN FLAMES
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Otro detalle es que el concierto no tuvo bises. En hora y media la banda permaneció sobre las tablas sin hacer el típico paripé que de nada sirve cuando todos sabemos que regresará. In Flames se ganan el favor de la gente de forma merecida, convenciendo incluso a escépticos como yo. Hacen primar sus canciones por encima de todo, hoy mermadas por un sonido deficiente, valorando en cada momento lo que su público les reporta y siendo todo lo condescendiente posible con él pese a su talante nórdico, mostrando que sienten de verdad el cariño de sus incondicionales, agradeciéndolo y devolviéndolo de la manera más sincera. 

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)