CRÍTICA: OCTAVIO NIEVSKY – PARCIALMENTE CERCA DE BEGLÊSTAIN

 

OCTAVIO NIEVSKY

(Parcialmente Cerca De Beglêstain)

8/10

 

Dice una canción de este segundo disco del músico de Aguilar De Campoo Octavio Nievsky que de los sitios más pequeños salen las cosas más grandes. Pues podemos aplicárselo a este disco confeccionado con un latir acústico que mana de una sencillez artesanal del que él solo se lo guisa y se lo come, aunque sepa contar con puntuales colaboraciones que sacan al disco del absoluto minimalismo y lo viste con sobriedad. Sin embargo, me ha sorprendido un trabajo más centrado y menos experimental que su debut “2takora”, pero en el que igualmente hay altas dosis de ingenio tanto en letras como en composición.

Este artista, más rural que urbano, nos regala un puñado de canciones cercanas que nos harán darle más de una vuelta a sus textos. Y eso que, como he comentado, estamos ante un tipo aparentemente de lo más mundano, pero tal vez es en esas pequeñas cosas con las que nos cruzamos a diario donde está la magia que en la vorágine del día a día no vemos y que con unas notas musicales se aprecian mejor. Bien es verdad que hay que darle una vuelta a muchas de las cosas que nos cuenta, incluido el título “Parcialmente Cerca De Beglêstain”, donde Octavio Nievsky se inventa un nombre para ese lugar al que caminamos, que siempre está en el horizonte, pero que nunca acabamos de alcanzar, porque la meta es el propio camino.

Y tal vez en ese camino haya que echar la vista atrás, como parece inspirar “Volveremos A Los Arboles”, donde encontramos un regusto claro de Doctor Deseo, con un trascurrir acústico donde las programaciones no alcanzan el protagonismo que luego tienen en “Ánforas Y Jazmines”, donde asoma un deje vocal muy de Manolo Garcia que se deja notar luego en otros temas como “Tempus Fugit”, con un cálido aire de recogimiento. Ese aura de las programaciones ambienta temas tan evocadores como “Orión”. “Verdaderamente Falso” arranca con una pesadumbre que luego se mezcla con la rabia de una crítica, velada o no, porque es fácil darse por aludido en estos tiempos de palabras jamás cumplidas… ni aunque lo dijéramos de verdad.

“Abejas” se envuelve de un sonido que torna la composición un tanto más oscura de lo habitual en el disco, con una dureza en la voz que en este caso puede reflejar influencia de El Drogas. Por otro lado, “Pantograph” sorprende con un texto en euskera y catalán, con un sentimiento más risueño. “Beglstâin” es una especie de reflexión hablada donde se realza el tono poético que de por sí tiene la forma de expresión de toda la obra. De hecho, aunque cambia el tono apenas unos acordes sostienen lo que nos cuenta “No Es Lo Mismo”, aunque es un tema que luego va creciendo con la entrada de un ritmo adictivo y unos sugerentes samplers. “Persiguiendo Zanahorias” vuelve a adquirir cierto deje más de rabia, con Octavio jugando con un registro vocal que llega a tener más mordiente para aderezar una crítica hiriente. Cierra el disco con “Las Luces Del Puerto” corte lleno de sutileza sonora y lírica que ayuda a masticar la obra con un tono reflexivo”.

11 nuevas canciones de Rock Fisión, como le gusta llamarlo a Octavio Nievsky, porque más que coger influencias externas y llevarlas a su terreno, es de su interior de donde sale un abanico de colores muy dispares, con no pocas dosis de ingenio e imaginación para llamar tu atención y sincero sentimiento para cautivarte.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

www.nievsky.com