CRÍTICA: NUCLEAR DREAMS – ANOTHER DIMENSION
NUCLEAR DREAMS
(Another Dimension)
8´5/10
Debo quitarme de nuevo el sombrero ante la nueva obra de los vizcaínos Nuclear Dreams, que tras su debut “Year Zero” y la demo que también pudimos reseñar en nuestro medio y hacer sonar en nuestro programa se asientan en su ecléctico e inclasificable estilo con este “Another Dimension”. Tal vez el título sea la mejor manera de entender al lugar que nos transporta la banda con unos temas atemporales de influencias de lo mas variadas, pero a la que ellos le dan un sorprendente orden, con más asentamiento con cada entrega.
No sabría si calificarlos como retros o futuristas, porque en este envoltorio de sintetizadores lo cierto es que capto esa ambivalencia. Lo que sí que tengo seguro es que la banda cautiva tus oídos tanto por la elegancia de su sonido como por una desbordante originalidad. No creo que quede un tema que no te sorprenda entre estos 11 cortes que componen la obra.
Por otro lado también resulta curioso que a la vez que tienen ese toque accesible, a veces cercano al pop, no dejan de ser un grupo con un espíritu bastante marciano. Puede que, como ellos mismos me apuntaban con su anterior obra, sea Muse la banda de la que pueden estar más cerca en este sentido. Al menos una forma comparativa de intentar describir lo que vas a encontrar en este redondo.
Dentro de lo directo que es el grupo, es alucinante la cantidad de capas que vamos encontrando desde el inicio con el homónimo corte del disco. Un tema de voces muy trabajadas, bien perfiladas con elegantes doblajes y con guitarras que aparecen con fuerza entre los sintetizadores. Se pasan a un terreno menos duro, cercano al indie, en el siguiente “Maniac”. No es problema que se alejen del rock si tienes la mente mínimamente abierta porque ese carácter extravagante y provocativo les delata. También la libertad que desprenden. De ahí la variedad entre temas tan evocadores como “Interestelar Boy” o “Broken Hourglass”, profundizando hacia derroteros más oscuros. “There´s No Heaven” rezuma años 80, aunque parezca mentira viniendo de unos chicos tan jóvenes. Pero ese ritmo bailable es muy de discoteca de la época. Eso se nota en diferentes momentos del disco.
“Popcorn” es un tema completamente adictivo. El dinamismo tampoco lo pierden en temas de la vitalidad de “Superstar. Superdark”, acentuado más si cabe en la felicidad rítmica que se plasma en “Where Is Everyone”. Temas como “The Falling Man” suenan a clásicos desde el primer momento. Pero es de destacar el desarrollo de melodías vocales. Accesible no significa falto de elaboración, Otros dos ejemplos de ello los tenemos con “The Infinite Nightmare”, donde la voz te guía por un paraje repleto de melodías trazadas con precisión. Por esa misma línea acaba la obra con “Who Won?”, redondeando un disco que, editado de forma independiente, corre el riesgo de pasar desapercibido para muchos, pero estoy seguro que cualquiera que lo escuche, aunque sea por accidente, expandiera sus oídos ante algo tan chocante, imaginativo y a la vez tan fácilmente degustable.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)