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JUAN OLMOS

(Inmortal)

9/10

 

No puedo ser original a la hora de hablar de una figura tan brillante como infravalorada como la de Juan Olmos. El vocalista de Antigua o Punto de Mira, entre otros múltiples proyectos y colaboraciones, me hace caer en clichés a la hora de intentar indicar lo brillante de una nueva obra por su parte. No voy a reincidir en lo complicado que es hablar sobre música, pero sobre todo cuando esta está hecha directamente emergida de la pasión, mezclada con un talento innato. El que solo poseen los genios como el músico que nos ocupa. Solo me salen superlativos para indicaros el nivel aquí expuesto, algo que voy a intentar evitar, precisamente porque caer en lo tópico, por descriptivo que fuera, no iría acorde con la genialidad de la obra.

Supongo que detrás de todo esto hay un trabajo de composición absolutamente pensado, pero la sensación que siempre he tenido con Juan es que le basta abrir la boca para hacer magia con sus cuerdas vocales. Para ello tiene una voz única que moldea como quiere, que maneja a su antojo para realizar un alarde que no busca tanto su lucimiento personal como el hecho de tocar la fibra más sensible de quien se deja embaucar por sensaciones sonoras. Embelesado por ello uno ni se para a pensar en que lo que este hombre va sembrando en cada paso con su voz es de una altura que en este país muy pocos pueden igualar. No se trata de entrar en comparaciones con vocalistas de condiciones diferentes. Los habrá con mas potencia si queréis, pero que conozcan tan bien lo que requiere una canción para dar en el clavo puede que no haya ninguno como Juan Olmos.

Ahora nos presenta un nuevo disco en solitario, aunque bien acompañado, con 10 temas de lo más variados, sin desperdicio alguno, dejando una obra que no te vas a cansar de escuchar nunca. Se mantiene dentro de ese rock tradicional que, sin embargo, Juan sabe matizar con una originalidad que acaba por resultar innovador. Es lo que me inspira el inicial “Tatuado En Mi Honor”, con un ritmo adictivo al que se une una melódica voz que vuela como quiere sobre el tema. “Precipicio” es un medio tiempo de elaborado estribillo. Cada tema cuenta con una riqueza de matices que tal vez se pase en una primera escucha. Y es que parece sencillo, pero luego hay mucho que mascar en temas tan sinceros como “A Cada Instante” o “El Secreto”, que juega con diferentes tesituras, incluso con destellos acústicos. No le faltan detalles sutiles a la obra. Pero tampoco fuerza, como apreciamos en el hard rockero “Otoño Viene Caliente”, donde cabe destacar al margen de la voz magistral un trabajo de guitarras desbordante. Y es que una vez más Juan Olmos se rodea de excelentes amigos y músicos, como Javier Mira, Nacho Ortiz o Marcos Tejedor, con los que se crea una química muy especial.

“Amor Inmortal” es simplemente una joya. Un tema que simplemente fluye como un manantial, de composición atípica y toda una declaración de amor con la que Juan deja que su corazón hable a través de su voz, con una gama de colores alucinante. “Dibujarse Una Sonrisa” tiene un ritmo vacilón, contando con la composición de Nacho y Javier. Reflexivo resulta “No Creo En Nada”, con un inicio muy melancólico con la voz en un tono casi susurrante. Y la letra me parece una auténtica maravilla, siendo una crítica social no exenta de autocrítica. Balada que aumenta en intensidad. Relajado pero de tal crudeza y conciencia que resulta duro. La fusión de la voz de Juan con el solo de guitarra es todo un llanto que pone el bello de punta. “Soy Lo Que Soy” cambia el tono, siendo una autorreivindicación llena, a su vez, compromiso. El disco se cierra uniendo amistad y talento, algo que desde que conozco a Juan Olmos ha surgido en cada momento de su carrera, con “Ron Añejo”. Y qué mejor que rendir homenaje a la vieja guardia que con ilustres como Carlos Pina (Panzer), Juan Marquez (Coz), Chino Banzai y Miguel Oñate en un tema muy rockero con una armónica marcando el tono de colegueo que desprende este tema. Porque así, sin dejar de disfrutar de una pasión, de la manera más espontánea Juan Olmos destila un nivel musical ante el que solo queda inclinarse.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)