JARE

(Iaze)

7´5/10

 

 

 

El primer disco de Jare para mi fue una pequeña decepción. No es que esperara nada algo similar a Idi Bihotz o Autostereo, bandas de las que proceden las mentes pensantes de Jare. Lo que me pareció excesivo fue la tendencia popera de la obra, pero sobre todo notaba que a los temas se les habían cortado las alas, eludiendo la cantidad de detalles que a músicos de calidad como estos les suelen salir cuando se disponen a disfrutar de lo que están haciendo. “Itxaropenaren Ertzean” era una obra en la que más que transmitir verdaderas emociones con la naturalidad de lo que sale de dentro, el grupo pensaba demasiado lo que quería lograr. Y tampoco creo que consiguieran exactamente el sonido de AOR o hard rock melódico que según sus palabras pretendían. En cualquier caso, nunca me pareció que fuera un disco de malos temas, aunque sí demasiado encorsetados en unos límites.

Cogía ahora esta nueva obra con ese recelo. No quería comprobar que la banda hubiera repetido el esquema, pero tampoco me hubiera gustado que hubieran estado de lleno en consonancia con mi criterio, que al fin y al cabo es subjetivo, y lo que verdaderamente me gusta es que las bandas me sorprendan, sin ceñirse a rigideces propias o ajenas. Pienso que Jare han cumplido de lleno con este punto en “Iaze”. Una obra que les consolida en su camino emprendido con su debut, pero que a la vez les hace desplegar esas alas que no pude apreciar en su primera obra.

El grupo es descaradamente comercial, no hay ningún problema en este término que solo viene a suponer un punto asequible que no tiene por qué reñir con la calidad de las canciones cuando se deja rienda suelta a la expresión. Eso lo han hecho en este disco de una manera más nítida que en el primero. Aquí no se cortan los dedos de Jagoba Ormaetxea, que ha hecho un trabajo mucho más versátil a la guitarra, contribuyendo con ello a la variedad de las composiciones.

El disco, en consonancia con la portada, tiene también algunos puntos más oscuros en lo musical, aunque de forma general transmite el optimismo con el que nos recibe “Betiko Doinua”. Tema que identifica muy bien el sonido de la banda y que puede unir de manera perfecta ambas obras. Por eso es ideal para empezar el disco y conectar con sus fans ya ganados. Un tema que tiene energía, pero que mantiene unas melodías digeribles a la primera, a las que la voz de Zuriñe Hidalgo (Hesian) se acopla como anillo al dedo.

Pero, como digo, el disco tiene temas donde se respira algo más de oscuridad. “Iaze” significa atardecer, y la banda quiere representar con ello el ocaso que está viviendo actualmente la humanidad. Ese aire se puede respirar muy bien en el siguiente “Udazkena” o en “Zeru Goienetan”. Si en las melodías vocales se deja notar la huella de Idi Bihotz, temas con más tacto como este reflejan el lado de Autostereo. La mano de Jagoba Ormaetxea a veces parece que se coloca por encima de la de Mikel Bizar, alternando situaciones. También hay cierta melancolía en la balada “Mila Ezker”, con el guitarrista aportando una parte como voz principal con un sentimiento especial. La verdad que con estas aportaciones de segundas voces desde la retaguardia el disco tiene un trato vocal fantástico. Mikel destaca como el vocalista que ya conocemos, pero no hay que olvidar lo que en este plano también puede aportar Jagoba.

Cada tema tiene algo especial y entre ellos “Zu Lagun” lo tiene por partida triple. Es un tema especialmente dedicado a la memoria de Iñigo Cabacas tras su asesinato aún sin pagos de culpa. En él han colaborado con las letras los amigos del propio “Pitu”, ya que así le llamaban, y además cuenta con la colaboración de Aiora Rentería (Zea Mays). Un tema que plasma la emoción y la crudeza de la historia que narra con la promesa de no olvidar.

El disco tiene algún tema donde estimo se han acercado más a lo que pretendían conseguir en su primera obra. Es decir, sonar hard rockeros. Es el caso de “Neure Edurnezuri”, un tema con un estribillo melódico, pero con guitarras que pegan de verdad. Ocurre lo mismo en “Hauts Zuria”, segunda parte del tema de Idi Bihotz “Anpulu Ilunak”, del cual mantiene el estribillo, evidentemente aquí mucho menos metalizado. Pero me parece perfecto que la banda exponga esta variedad y que tampoco se centre en ese estilo. De hecho, seguimos recibiendo sorpresas con el funk de “Iraultza Naiz”, que hace la obra más sugerente, como así ocurre también en “Enara”. Un rock con un toque especial donde Mikel baja los tonos de su voz a unos registros a los que no nos tiene acostumbrados. “Iaze”  termina con una versión de “Oh Lur” de Urtz hecho a la manera de Jare y dos bonus track que recomiendo no perderse. Tenemos una balada acústica de título “Hor Izango Nauzu”, con la voz de Jagoba, que es una maravilla para poner broche de oro. Un tema muy personal que transmite gran cercanía. Y para rematar la ofrenda hay una versión navideña del tema incluido en su debut “Xalbadorren Heriotzean”

Esta vez Jare se han liberado de esas ataduras que yo percibía en su debut para ofrecer canciones con detalles diversos, sin sobrecargas, pero nunca limitadas. No han perdido la parte pop a la que nos deberemos acostumbrar, pero ahora las guitarras realzan la parte rockera del grupo. Un grupo que, por otro lado, factura música sin etiquetas, apta para todos los públicos salvo para los encerrados en un estilo más heavy, que algunos fans de Idi Bihotz pueden seguir añorando. Pero independientemente de ello, es un trabajo que sube enteros en la aún corta trayectoria de la banda bajo esta denominación, en el que se aprecia la experiencia de sus músicos y, con ello, su apertura a una música con amplitud de miras.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Gaztelupeko Hotsak (www.hotsak.com)

Fecha de salida: Noviembre 2012