CRÍTICA: BUDASAM – NADA ES PARA SIEMPRE

BUDASAM

(Nada Es Para Siempre)

8´5/10

Que con cada nuevo disco haya una nueva formación alrededor de los pilares Iván González (voz) y Kike Herrero (guitarra) no frena a estos hard rockeros vizcaínos que nos presentan su tercer LP de título “Nada Es Para Siempre”. Si no para siempre, lo cierto es que la música perdura. Solo hace falta ver cómo se mantienen vivos los clásicos del blues, habiendo pasado por diferentes reinterpretaciones. Y también podemos hablar de los clásicos del hard rock de los 80, con cuyo guiño inicial se abre la obra con la intro de “Aquella Canción”, haciendo referencia a algunos de esos clásicos. De ahí vienen las influencias de una banda de hard rock que le insufla una fuerza renovada a esas influencias de la década dorada.

Siempre les he visto esa influencia, pese al rasgado registro de Ivan y esas letras en castellano que a alguno le hacía ver en ellos un punto más urbano. Ya desde el inicio con ese apoyo de teclados, ese riff y ese estribillo esto apunta realmente a un hard rock internacional con el mejor sabor. El trabajo de estribillos es brillante. Y para muestra los siguientes “Perdidos En Septiembre” o el propio “Nada es para Siempre”. Cuando es preciso y sin abusar se revisten de un vistoso trabajo de coros que realza la fuerza de un disco con excelente producción.

Las guitarras han adquirido también mucha fuerza en la obra. Me encantan esos pequeños punteos sueltos, también deudores de una vieja escuela que permanece viva en nuevas bandas. Si no para siempre, esperemos que sea así mientras que el mundo exista, porque le dan ese sabor tan especial a temas como “Golpe A Golpe” o temas de la potencia de “En Medio Del Huracán” o un “Fugitivos” que te mete muy buen rollo en el cuerpo. Esta pareciera que se enlazara con el siguiente “Baila Solo Para Mi” pasando a un “Calles Mojadas” que cuenta con un evolvente estribillo marca de la casa.

He dejado sin mencionar dos temas muy especiales. El sureño “Ya No Sirve Una Oración” tiene ese toque tan especial del sonido de guitarra slade, rematando con ese guiño soul de la colaboración de Leire Tejada. Y el final “Tan Solo Apaga La Luz” es un blues con regusto a Gary Moore que en su letra hace referencia a todos los temas escuchados anteriormente. Qué fenomenal digestión para una excelente obra de rock duro con el espíritu de grandes nombres que se me vienen a la cabeza como Whitesnake, Skid Row o Bon Jovi, pero con un estilo suficientemente propio que se reafirma disco a disco y que insufla aire fresco para todo amante del estilo.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)