SONISPHERE 2011

15 y 16 de Julio

Getafe, Madrid (Getafe Open Air)

Muchos marcamos desde hace mucho tiempo el Sonisphere de Getafe como la cita ineludible en cuanto a heavy metal internacional se refiere dentro de las fronteras estatales. Llegamos apenas una hora antes de la apertura de puertas, con un considerable movimiento de metalheads en torno a El Cerro De Los Angeles. El ambiente que se respiraba en la zona de acampada, con la gente lanzando gritos desgarrados y viscerales que se extendían por todo el pinar que nos acogió durante dos jornadas nos hacía respirar auténtico metal desde antes de entrar en el recinto de conciertos. Un ambiente que los que llevamos este estilo de música en las venas habíamos echado de menos en otros festivales de la temporada, no por ello menos recomendables. Pero lo que está claro es que cuando el cartel se ciñe a este espectro de bandas uno se encuentra acogido como en casa.

VIERNES 15:

 

Bullet: arriba los cuernos

BULLET

La cola era larga a la entrada del recinto, motivo por el que no llegamos a ver completa la actuación de Bullet. Estos suecos con estilo muy próximo a los clásicos, con una afinidad a Accept bestial y con un carisma en el escenario que pocos grupos nuevos consiguen, tienen todo para llamar la atención de los más acérrimos seguidores del metal de los 80. Ya son al menos un par de venidas por tierras españolas lo que hace que bastante gente les vaya conociendo, por eso no era nada desdeñable la cantidad de público que nos encontramos frente al único escenario de Sonisphere desde primera hora, con un sol que aún castigaba. Poco tiempo tuvieron, pero las ganas del público ávido de metal y la conexión de su heavy metal sencillo y efectivo provocaban que un mar de cuernos nos indicara que sí, que este era un festival metalero por todos los costados, pese a que esta primera jornada con Slash y The Darkness tuviera un tufillo más rockero que tampoco despreciamos. 

BULLET

Angelus Apatrida: gritando por la nueva hornada del thrash metal estatal

 

ANGELUS APATRIDA

 

Con el ambiente muy bien sembrado por los primeros en liza, Angelus Apatrida se encargaron de seguir aumentando la intensidad de la tarde. Los de Albacete aprovecharon muy bien su escaso tiempo sobre las tablas, remarcando ese sensacional trabajo de thrash metal editado a nivel internacional por Century Media con temas como “Of Men And Tyrants” o el homónimo “Clockwork”, que abrió la descarga de thrash de vieja escuela con la nueva sangre de una banda que sigue con ansias de comerse el mundo. No fue en balde su paso por Sonisphere, ya que estiraron el tiempo con temas que sus seguidores pueden considerar como imprescindibles, caso de “Give´ Em War” o un “Vomitive” que enlazaron al anterior “Vesrsus The World” como para contar como un solo tema, ya que gente de la organización ya les apremiaba para terminar, pero con tiempo para una más nos espetaron un “Thrash Attack” en el que Guillermo Izquierdo pidió dos grandes circle pit en torno al escenario a la vez que dedicaba el tema a esa generación de bandas estatales de thrash que han surgido en los últimos años, de los que Angelus Apatrida se ha convertido en la cabeza más visible, pero conscientes de que tienen una gran cantidad de bandas hermanas que merecerían subir como un movimiento vivo y no conformándonos solo con un extracto. Por cierto, que una amplia exposición de esta bandas lo vamos a tener los días 18, 19 y 20 de agosto en el Xtreme Mas Metal Festival de Miranda de Ebro. Si te gusta el estilo supongo que lo habrás marcado como cita imprescindible si además quieres apoyar el relevo a los nombres más grandes, que no van a estar activos para siempre.

ANGELUS APATRIDA

Valient Thorr: fiesta sucia y macarra

 

VALIENT THOR

 

Una de las bandas que me apuntaba como sorpresa del festival era Valient Thorr. Me alegré de que no fueran los primeros del día, ya que con ello siempre se pierde un tanto ese efecto. Este tercer lugar les hizo tener frente a sí una buena cantidad de público que disfrutó de la juerga montada por esta banda americana de rock macarra y explosivo. No tan orientados al metal como el cartel en sí, pero con una contundencia que les hacía apetecibles para todos los que nos habíamos dado cita en busca de un sonido duro. Además de ello, lejos de la pose de otras bandas, estos resultaron ser unos tíos de lo más cachondos que utilizan su música para hacer disfrutar sin más pretensión, pero sonando aplastantes en todo momento. Su vocalista Valient Himself fue un terremoto que campó a sus anchas por el escenario y fuera de él. Llegado un momento salió fuera para hacer headbanging junto con el público, mirando a sus compañeros, que seguían haciendo ruido desde el escenario. Una banda desconocida para la mayoría que se presentaron como provenientes del espacio, según las propias palabras del barbudo cantante. Fiesta para aprovechar los últimos instantes de sol.

VALIENT THOR

Gojira: detonación

GOJIRA

Contrastando con la sobriedad que siempre llevan los vasco-franceses Gojira, con los que nos meteríamos en la noche endureciendo la propuesta. Una banda que siempre me ha parecido musicalmente impresionante, capaz de detonar como pocas y no respondiendo a esquemas rígidos. Sin embargo, no son los más adecuados para conectar con la masiva audiencia en un evento al aire libre de estas características. Aún así, solo le pongo como reparo a la actuación que se hizo un poco pesada en la fase central con temas algo densos como “Flying Whales” o la electrónica “A Sight To Behol”, pero ahí quedaron temas como “Blackbone” o “Vacuity”, verdaderamente explosivos y que gustaron a unos seguidores que de un tiempo a esta parte van aumentando con cada visita de la banda.

 

GOJIRA

 

Sôber: ¿alguien dijo que no encajaban en el cartel?

En la práctica totalidad de las ocasiones en que un grupo parece quedar un tanto fuera del cartel, parece que este se revela y termina haciendo una actuación destacada. Quien más quien menos se preguntaba cómo se iba a defender Sôber en un festival donde ese rasgo de pop melódico no era precisamente del gusto de la mayoría de los asistentes. Sin embargo, los madrileños pusieron toda la carne en el asador y el publico demostró una apertura mental que rompe cualquier prejuicio sobre el tipo de seguidor del metal. Unos y otros terminaron por meterse en una actuación intensa y soberbia. Llena de fuerza por parte de una banda que actuó finalmente a una hora muy propicia, con la noche recién cerrada, aprovechando el efecto de las luces y de su luminoso logo colocado en la parte trasera del escenario. Desarrollaron una descarga de similar estructura a la que han venido ofreciendo en las salas en su presentación de “Superbia”, solo que con el lógico recorte de temas para un festival. Pero no creo que nadie echara de menos temas emblemáticos en su descarga, ya que “Diez Años”, tras el inicio con el homónimo de su último disco, o “Arrepentido” supusieron recibimientos entusiastas por parte de la audiencia, que cantó estos temas como los clásicos que ya les podemos considerar. Por supuesto que una banda que siempre ha mirado hacia el futuro no pasó la oportunidad de presentarnos su nueva obra, con temas como “Fantasma”, “La Araña” o el single “Tic Tac”, que en nada supusieron una merma en la respuesta generalizada de un público que disfrutó de principio a fin. Ni siquiera los solos de guitarra y de percusión, con Carlos Escobedo en la batería y Manuel Reyes a unos improvisados tambores colocados en el centro del escenario fue ningún freno. Y es que el recital de fuerza que ofrecieron en este momento fue de órdago. Vuelvo a destacar a Manuel Reyes como una incorporación a la banda de una calidad innegable. Tan a gusto se encontraba Carlos que, siendo de Madrid, soltó una bilbainada que provocó una exclamación mezcla de incredulidad y de carcajada al afirmar que estos eventos se deberían de realizar cada fin de semana y no una vez al año. Alguno le hacía signos de que no habría dinero para ello. Fue un momento adecuado para interpretar “Loco”, y vaya si provocaron la locura entre una audiencia que incluso inició pogos dignos de bandas supuestamente más duras. Y es que dentro de la melodía de Sôber la base musical es puramente metálica, como también demostró el final de “Sombras”. Un concierto muy enérgico, impoluto en la ejecución y bien acogido por un público en el que podían sembrar dudas, dado el carácter de un cartel más clásico. Los seguidores demostraron madurez para acercarse a propuestas distintas y la banda calló las bocas de quien no les considere una banda de metal. Al menos no quedó duda de su acoplamiento a este terreno.

 

SÔBER

 

Arch Enemy: no fallan

Arch Enemy no suelen fallar en directo. Lo único que puedo decir de su descarga es que se me hizo corta, ya que en los 10 temas que nos interpretaron el grupo sonó como un trueno, capitaneados por una de las figuras más admiradas del metal del siglo XXI como Angela Gossow, que como es habitual en ella no dejó de recorrerse el escenario, y por la clase de un talento al que algún día probablemente se le ensalce al nivel de los verdaderamente grandes músicos de la escena del rock internacional, como es Michael Amott. No eran pocas las camisetas de Carcass que aludían a otra de sus bandas con las que ha marcado época en los sonidos extremos, pero tampoco hay que olvidar lo que está haciendo desde hace años con Spiritual Beggars en los sonidos del stoner y como encabeza el metal de nueva generación con Arch Enemy. No solo de clásicos vive el metal y hay que tener en cuenta que frente a nosotros teníamos a un hombre que está escribiendo su propia historia. Presentaron su nueva obra “Khaos Legions” con temas como “Yesterday Is Dead And Gone”, “Bloodstained Cross” o “No Gods, No Master”, si bien su discografía ya cuenta con temas tan emblemáticos como “Ravenous” o “We Will Rise” que fueron los que marcaron los puntos álgidos de su descarga, con la gente entregada y con varias chicas subidas sobre los hombros de sus parejas, en una imagen de la gran actuación que nos brindó una banda igualmente grande en el metal actual. Con un par de temas más hubieran rematado por completo, pero esto es un festival y los tiempos hay que cumplirlos.

 

ARCH ENEMY

 

Slash: una carrera más allá de Guns´N Roses

SLASH

El nombre principal y atractivo fundamental para la mayoría de los asistentes a la jornada del viernes era Slash, destacando la aportación del vocalista de Alter Bridge Myles Kennedy. Damos fe los que les vimos en el Azkena Rock de hace un año de la conexión que genera esta unión de talentos encontrados. Al contrario que en aquella ocasión, donde guardo un recuerdo de un set list más basado en los temas de Gun´s N Roses, esta vez Slash quiso hacer un repaso de toda su discografía. La cabecera de su concierto la marcaron temas de su disco en solitario como “Ghost”, de aquel disco de Slash´s Snakepit (infravalorado bajo mi punto de vista) con “Mean Bone” y de Velvet Revolver con “Sucker Train Blues”. Una vez revisado este pasado de Slash durante los últimos 10 años, más o menos, llegaba el momento de, ahora si, conectar con la audiencia de forma general con un tema de Guns´N Roses tan propicio para ello como “Nightrain”, pistoletazo para enlazar con un “Rocket Queen” con mucho gancho y dar paso a otra tesitura distinta con “Civil War”, pero de la que hay que remarcar como borda esta formación un tema de Guns´N Roses que muestra algo de lo bueno que hicieron después de ese “Apettite For Destruction” insuperable. Diría que este momento fue de lo más estelar de una actuación que luego pasaría a otra época del guitarrista con “Back From Cali”, “Promise” y “Nothing To Say”. Tal vez eso bajó un tanto los ánimos, recuperándolos en parte con “My Michelle”, no el tema que yo esperaba para entrar con una recarga de energía que sí aportó “Slither”, aunque la gente esperara más temas de Guns N´Roses. Eso llegó para finalizar con “Sweet Child O´ Mine” y “Paradise City”, que provocaron lo que podéis imaginar, aunque seguro que la mayoría echó de menos temas de Guns´N Roses como “Mr. Brownstone”, “Patience” o “Welcome To The Jungle” que hubieran provocado una mayor fiesta, si bien es justo reconocer la defensa de un músico de todas sus épocas en un concierto.

 

SLASH

 

SLASH

The Darkness: muy especiales

 

THE DARKNESS

 

La pintoresca presencia de The Darkness, pese a la diversidad de opiniones que provoca, consiguió que pocos quisieran perderse la última actuación del primer día. El peculiar Justin Hawkins y su banda animaron muchísimo el cotarro cuando el cansancio ya se dejaba notar. No se si pensando en que la gente podría simplemente aguantar unos pocos temas, más por curiosidad que por interés, la banda descargó muy rápido singles conocidos por todos como fueron “Growing In Me” y “One Way Ticket To Hell And Back”, que por si solas hicieron saltar a la gente, demostrando que aún quedaban energías en el personal y que una parte de la concurrencia tenía verdadero interés en ver a una banda que con sus mejores galas podíamos tomar como un segundo cabeza de cartel de esta primera jornada. Justin Hawkins se paseó a sus anchas por el escenario luciendo perilla y demostrando su estado de forma cuando saludó a su público haciendo el pino sobre la batería. Un tipo que no deja indiferente ni con su personal forma de cantar, ni con su forma de actuar, entre lo cómico y lo provocativo. Lo que hay que reconocer es que colocó en su sitio cada uno de sus gorgoritos y que no pudo defraudar a quien se considerase seguidor de la banda. Con temas como “Givin´Up” o “I Beleve In A Thing Called Love” demostraron tener un buen fondo de armario (no solo por el llamativo buzo que se calzó el vocalista en esta fase del concierto) pese a su errática y corta trayectoria discográfica. Esperemos que una vez retomada la historia lo aumenten, ya que su toque irreverente, con los odios y amores que provoca, es un gran animador de este circo del rock.

THE DARKNESS

SÁBADO 16:

 

Hammerfall: mantienen su reputación

 

HAMMERFALL

 

Tenía dudas de como recibiría la gente a una banda que a mi personalmente me encanta, que fue fundamental en el resurgir del heavy metal de finales de los 90, pero que con el tiempo se ha visto un tanto desprestigiada, más con unos lanzamientos que progresivamente han ido cayendo en su calidad. Sin embargo, Hammerfall es una banda que conserva mucho tirón, como demostró una presencia de espectadores alucinante a las 15:30. Muchos decidieron dejar su siesta de lado para ver a los suecos, que nunca defraudan en directo y que ya se presentan como unos clásicos que al más puro estilo Saxon pueden preguntar al público si quieren nuevas o viejas canciones de la banda. Evidentemente se llevan la palma sus temas más clásicos, entre los que “Hammerfall” fue de los más celebrados. La actitud de la banda siempre es intachable sobre un escenario, aunque a plena luz del día no puedan contar con su puesta en escena. De esta manera natural también resultan efectivos e hicieron funcionar singles de su trayectoria como “Blood Bound” o “Hearts On Fire”, si bien su escaso tiempo nos privó de muchos temas de sus primeros discos que hubieran provocado la apoteosis entre unos seguidores que rugieron con el final “Let The Hammer Fall”. Con él pudimos imaginar lo que hubiera supuesto un concierto más largo, mientras pensábamos que un puesto tan tempranero en el cartel se queda muy pequeño para un grupo con arsenal y categoría más que contrastada en la escena internacional. 

HAMMERFALL

Mastodon: sopor

MASTODON

De hecho, mucha gente desertó antes de que Mastodon irrumpiera en las tablas, quedando apenas la mitad de aforo que con los predecesores y demostrando las preferencias del personal. Con un sol que pegaba fuerte, un molesto viento cálido y el polvo que se levantaba en el recinto, una actuación tan destinada a eruditos fue demasiado pesada. Y no es la primera vez que sufro con los americanos sobre un escenario en un evento al aire libre. Sin discutir sus facultades y su originalidad, me cuesta bastante digerir este metal extremo progresivo, al menos en recintos tan abiertos con un sonido que debería de haber resultado más potente, pero que hoy se perdía entre ráfagas. Siento no poder cumplir con los seguidores de esta aplastante, personal y enrevesada banda, pero es que en directo nunca me han conseguido atrapar.

 

MASTODON

 

Apocalyptica: más que un grupo de metal

APOCALYPTICA

Los que nunca me han defraudado en vivo son Apocalyptica. Repito lo que dije en la última crónica que les hice, que si alguien se ha aburrido de ellos es porque solo los ha tenido como una curiosidad, pero más que una banda haciendo metal con chelos es un grupo de música inmenso. Lejos quedan los tiempos en que eran un grupo de versiones de Metallica o Sepultura para componer temas propios de una calidad que habla por si sola, con la incorporación de un batería ya clásico llamado Miko Siren, que tanto aporta a sus temas con una pegada impresionante entre esos instrumentos de cuerda que atruenan. Temas propios de su cosecha más reciente abrieron la traca, “2010” y “Grace”, para posteriormente comenzar un repertorio que contentara a todos donde no faltaron las versiones de “Master Of Puppets” o “Seek And Destroy”. Me quedo en esta ocasión con la magia que generó “Nothing Else Matters”, sin menospreciar el resto del repertorio con el gancho de los cantados “End Of Me” o “I´m Not Jesus”, o el clásico final “Hall Of The Mountain King”. Aplauso merecido por una concurrencia que comenzaba a ser muy numerosa, preludiando lo que nos venía encima con los siguientes.

 

APOCALYPTICA

 

APOCALYPTICA

Dream Theater: virtuosismo y apreturas

 

DREAM THEATER

 

Dificultades tuvimos para ver medianamente bien a Dream Theater ante la aglomeración de gente en un recinto que no dejaba de acoger público. No son las mejores circunstancias para disfrutar del perfecto virtuosismo de la banda americana que sigue mostrando unas facultades que ponen en duda su condición de terrestres. Hubiera agradecido una posición más cómoda para ver directamente como Petrucci mostraba una depurada técnica que nunca le abandona y como Mike Mangini se presentaba ante la parroquia en Madrid, después de la inesperada marcha de Mike Portnoy, que para ser sincero, yo eché de menos por su presencia y carisma. Entre los temas de un repertorio que siempre suelen variar nos presentaron un temazo nuevo de lo que va a ser su próximo disco esperado para septiembre. Lo que a la banda le falta en este tipo de eventos es un poco más de mano izquierda, ya que la gente hubiera agradecido más temas clásicos entre los que ese “Metrpolis” de su insuperable (al menos así lo creo yo) “Images & Words” fue el que más se acercó a lo que de verdad puede llegar al público. El que falló en alguna parte en esta máquina de funcionamiento tan milimetrado fue James Labrie, que siempre tiene una papeleta complicada. No me convencieron algunos dejes agresivos de su voz que pueden venir provocados por lo hecho en su última obra en solitario, en la que introduce influencias extremas, pero que en Dream Theater parecían estar un poco fuera de lugar. Por lo demás, perfectos, solo que entre tantas cabezas, con ese calor y el polvo metiéndose en los pulmones no se puede disfrutar al completo de estos colosos.

DREAM THEATER

Iron Maiden: defendiendo con actitud sus últimos discos

IRON MAIDEN

La reciente salida de ese recopilatorio de los últimos 20 años de carrera de La Doncella ya nos hacían preveer un concierto muy basado en los últimos discos, algo que siempre corta el rollo de los viejos seguidores. Sin embargo, aparte de que me parece más lógica esta postura que la de tocar un par de temas o tres del último trabajo y pasar a los clásicos de un salto, lo que hace bueno un concierto es la actitud que desprende el grupo, más que el repertorio elegido. Por eso Iron Maiden cuajaron una gran actuación en Getafe, mucho mejor que la que vimos en Bilbao hace unos años en un Bilbao BBK Live en el que se desenvolvieron a medio gas. Con un repertorio centrado en los discos de la pasada década y el reciente “The Final Frontier”, incluyendo estratégicamente clásicos imprescindibles, Steve Harris y su banda realizaron una memorable actuación ante un recinto con 40.000 almas que no dejaba ver el final de la marea humana. El “Doctor, Doctor” significaba el preludio a la entrada de la banda a escena, con lo que El Cerro De Los Ángeles, aún con el último rastro de luz del día, explotó en un clamor que se repitió cuando se destapó la inmensa batería de Nicko McBrain. Las pantallas lanzaban imágenes con la intro que daba paso a la entrada, siempre apabullante, de la banda al completo con el tema homónimo de su última obra. El tiempo ha pasado, pero a lo largo de toda su historia no ha cambiado el arranque a por todas del grupo, de un tiempo a esta parte convertido en sexteto.

IRON MAIDEN

“Eldorado” daba muestra de por dónde transcurriría el concierto, con temas de reciente creación que no disminuían la respuesta de un público volcado que respondió a Dickinson tras su scream for me Madrid, secream fot me España con un griterío descomunal y multitud de brazos arriba. Eso tuvo continuidad con un “2 Minutes To Midnight” que puso patas arriba el recinto. Si hubiera habido capacidad para ello, en el estribillo los brazos levantados y el clamor se hubiera podido extender durante kilómetros desde ese gran escenario que Maiden dejaron pequeño. Evidentemente la respuesta decaía con temas como “Talisman” o “Coming Home”, pero no por la fata de entrega de los músicos por los que pareciera que no pasa el tiempo. Las arrancadas de Steve Harris recuerdan a lo que siempre hemos visto desde los tiempos de “Live After Death”. La banda puso lo mejor de sí para que un tema en principio no favorito de los seguidores como “Dance Of Death” causara la sensación necesaria. Lo consiguieron con un expresivo y teatral Bruce Dickinson al frente. Enseguida llegaría otro de los temas que levantan a todo el respetable, “The Trooper”, y la habitual bandera británica que blandiría el vocalista a ambos lados del escenario. Su estado de forma para recorrer la pasarela es impresionante. Mientras que otros dan síntomas de envejecimiento Bruce conserva un estado que quita el hipo, sin signos de desgaste físico y con una voz que en temas como este voló a la misma altura a la que los puños y los cuernos se levantaban en uno de los momentos que nunca falla en lo conciertos de Maiden.

IRON MAIDEN

Después de ver la fuerza con la que “The Wicker Man” sonó y como reaccionó la gente, no cabe duda de que entre temas más densos también hay momentos que conservan mucha frescura como es en este caso 10 años después de la publicación de “Brave New World”, del cual también descargaron “Blood Brothers”, que fue un poco redundante junto al siguiente “When The Wild Wind Blows”, único momento que se me hizo espeso y que hubiera cambiado por algún clásico más. En cualquier caso, fue el punto de inflexión hacía una recta final completa de temas emblemáticos para todos. “The Evil That Men Do” es uno de lo que pensé que no iba a tener sito en este set, pero la banda lo rescató, no con la efectividad que me esperaba, pero con la presencia de Eddie en pelea con Janick Gers. Le superó “Fear Of The Dark”, que hizo levantar polvo en el recinto ante tantos pies moviéndose con un tema que estremece a todo el personal. “Iron Maiden” nunca ha sido de mis favoritos, pero da nombre a la banda y suele caer antes de los bises, con Eddie esta vez asomando en el fondo del escenario. El salto de Steve Harris con el último golpe desde la batería volvió a provocar en mi el efecto deja vu.

IRON MAIDEN

No tardó en sonar la famosa intro hablada de “The Number Of The Beast” con la mismísima Bestia en el escenario. “Hallowed Be Thy Name” resonó en Sonisphere con la grandeza de uno de los temas más impresionantes de la historia del heavy metal, en el que el público rugió a cada petición del vocalista en la larga fase instrumental; y “Running Free” fue un final que yo hubiera cambiado por “Run To The Hills”, pero se decantaron por este como representación de la época de Paul Di´Anno, dejando sin rescatar ninguno de los temas de la época de Blaze Bayley. Tal vez podían haber llenado algunos huecos más aún basándose en estos últimos años, pero la sensación de la banda a estas alturas de su carrera fue pletórica, dejando lejano el rumor de despedida que a la mayoría de sus contemporáneos ya acecha. Estos no ofrecen discusión sobre su estado sobre las tablas en donde, al margen de las opiniones sobre últimos trabajos, parecen incansables.

Twisted Sister: nadie como ellos para no desfallecer

TWISTED SISTER
TWISTED SISTER

Que Iron Maiden hubieran decidido actuar tan pronto suponía que todavía quedaba noche y un listón muy alto que superar. Para ello, nadie mejor que unos especialistas en festivales como Twisted Sister para animar el cotarro. Dejando de lado en esta ocasión su maquillaje, lograron hacer una actuación descarada como nos tienen acostumbrados. Vale que hace mucho que no editan nada nuevo, pero es que dosificando sus actuaciones sigue siendo un atractivo para todo rockero que se precie, a pesar de que un sector del público nos dejó respirar más a gusto, abandonando el recinto tras la actuación de los cabezas de cartel. Puede que algunos de los seguidores atraídos por el calor del éxito masivo de estos eventos al aire libre no supiera lo que se iba a cocer en ese escenario, pero todo rockero que se precie no quiso perderse la fiesta en la que torna el escenario Dee Snider y su banda. Se atrevió a insinuar con muy poco disimulo que ni Iron Maden ni AC/DC tenían la formación original, pero sí Twisted Sister. El concierto en sí con 12 temas resultó bastante completo, con momentos que nos dejaron la imagen de los móviles encendidos en la oscuridad con la balada “The Price” a petición del frontman, tan capaz como siempre de mover al respetable. Ni que decir de lo que se provocó en “We´re Not Gonna Take It”, cambiando la letra como es habitual por el “Huevos Con Aceite” o ese “I Wanna Rock” que nos hicieron también cambiar por “I Wanna Fuck”, que la gente cantó aún más fuerte con la coña del grupo de que ellos también preferían follar, pero que les habían contratado para rockear. Destacaría de principio a fin el concierto con momentos también para el recuerdo donde Dee Snider atrajo todas las miradas, jugando incluso con la cámara mientras interpretaba tendido en el suelo al borde del escenario en algún momento del inicio del concierto, donde temas como “The Kids Are Back” ya fueron una declaración de intenciones y “Stay Hungry” la constatación de las ganas de agradar de la banda. El foco rojo convertía en el mismísimo diablo a Dee Snider en ese “Burn In Hell” siempre agradecido por la concurrencia. La caída del cartel de Alice Cooper le dio a la banda americana un mayor peso y, probablemente, algo más de tiempo. Y es que junto a los principales del día estos fueron los únicos que hicieron bises, terminando de rematar una actuación del agrado de todo el mundo con “Come Out And Play” y “S.M.F.”, dejándonos con una sonrisa en la cara que vuelve a mi mientras escribo estas líneas y recuerdo a Dee Snider marchándose del escenario seguido por miles de ojos hasta el backstage, desde el que levantó la cabeza para devolvernos la mirada y recibir todavía una ovación extra una vez acabado el concierto mientras que se despedía puño en alto.

 

TWISTED SISTER

 

TWISTED SISTER

Uria Heep: de lujo

 

URIAH HEEP

 

Sentimos que Alice Cooper no estuviera aquí, pero la organización se movió rápido y bien para encontrar un grupo de envergadura que está dando la talla en vivo y en estudio tras más de 40 años de carrera. Uriah Heep lo de sustitutos se lo saltaron para brillar con luz propia. Esta entrada de rebote no les llevó a realizar una actuación de cumplir ni mucho menos. Su nombre es mítico como el que más y en cuanto a virtuosismo no tienen por qué envidiar a nadie, ni siquiera a unos que estuvieron en este mismo escenario unas horas antes y que parecen haber batido récords en este aspecto, aunque tampoco quiero entrar en comparativas. Además de eso, se diferencian de otras bandas con esta capacidad instrumental en que estos conectan de lleno con el público. Salieron ahí con la ilusión de unos jóvenes que tuvieran que demostrarnos lo que valen. Solo que son varias décadas las que contemplan a temas como “Stealin”, de una excelencia digna de dioses, aunque la sonrisa de Bernie Shaw es la de quien pisa el mismo suelo que tú y que yo, algo primordial para estar en esa misma sintonía que nos unió a una banda capaz de hacer desarrollos instrumentales que solo con técnica es imposible realizar, y eso que tampoco de ella van faltos estos señores. Con Mick Box en cabeza, como auténtico as de la guitarra, nos brindaron un extenso “Look At Yourself” para el cual las palabras se me quedan muy cortas. Esto hay que vivirlo. Con “Into The Wild” demostraron que sus nuevas piezas también están a la altura. Como me temía su recital se me iba a hacer muy corto llegando muy rápido ese “Easy Livin´” espléndido para decirnos hasta pronto. En un festival donde ninguna banda decepcionó, con todas rayando a gran altura, ellos fueron los que dieron ese algo más que ahora mismo me hacen recordar este concierto como el que más me impresionó. Es una suerte tenerles en activo, manteniendo un nivel que para si quisieran otros que les eclipsaron en popularidad durante los 70.

URIAH HEEP

Lacuna Coil: cálido final

LACUNA COIL

Solo había que ver la cantidad de público que a tan altas horas de la madrugada y tras dos días sin desperdicio aún permanecía frente al escenario para hacer más llevadera la papeleta de Lacuna Coil de cerrar el festival. Con algo de retraso acumulado y los operarios ya preparados para desmontar el escenario los italianos no pudieron desplegar todo lo que llevan dentro. Alguno aún se estará preguntando como no descargaron “Swamped”. Los más acérrimos seguidores del grupo tuvieron que contentarse con otros habituales como “Our Truth” o la versión de Depeche Mode “Enjoy The Silence”, junto a otros que ya empiezan a serlo como “I Won´t Tell You” o “Spellbound”. En contraste a sus predecesores estos siempre se han movido en escena de forma más mecánica, aunque Cristina Scabbia siempre levanta una expectación a la que cumple con su carisma innato, si bien hay que destacar la labor de Andrea Ferro, al que nunca se le valora lo suficiente, pero que da un toque espontáneo que esta banda necesita.

LACUNA COIL

Con ello terminamos dos días de cansancio acumulado, calor, polvo y algo de viento, pero sobretodo de música en vivo que sembró de emociones nuestro interior. Es por ello que, miserias aparte, uno no deja de sentir esa pena cuando un evento de estas características concluye, pensando en guardar como un tesoro las experiencias vividas y que el año que viene no piensa faltar a la cita con el heavy metal al aire libre.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: CARLOS GARCIA (www.insonoro.com)