JOE BONAMASSA

(Dust Bowl)

8/10

 

 

No baja el nivel este astro de la guitarra, ni tampoco el ritmo. A pesar de su juventud esta ya es su decimosegunda obra de estudio. Teniendo en cuenta que se encuentra también muy metido con esa reunión de maestros llamada Black Country Communion, impresiona aún más la capacidad de este hombre para aguantar un increíble número de actuaciones por año y una inagotable imaginación para ser único pese a su clara raíz clásica. Todavía tengo muy frescos “Tha Ballad Of John Henry” y “Black Rock”, que le colocaban en la cima de su carrera y entre los elegidos dioses de la guitarra. Pese a ser álbumes con unas cuantas versiones de otros artistas entre las propias de Joe Bonamassa, la exquisitez para dejar su propio sello era más que convincente, unida a la originalidad de sus propias composiciones. Ahora con “Dust Bowl” Joe Bonamassa mantiene lo logrado, que no es poco, con un disco que baja un tanto la contundencia de sus predecesores. En esta obra el guitarrista se mueve en una tesitura más matizada que en sus anteriores obras, menos virtuosa tal vez, buscando el resultado de lo sencillo. El propio tema homónimo así lo atestigua, quedando más marcado el bajo que la propia guitarra, aunque esta ofrece unos acordes de distinción y talento inconfundible. Pienso que “Slow Train”, que abre el disco, hubiera sido un título tan adecuado o más para este trabajo, ya que en esta ocasión Joe Bonamassa nos sube a un ritmo más cadencioso, con unos rasgos más oscuros y profundos que con anterioridad. Sin dejar de lado momentos que nos muestran una sonrisa como “Tennessee Plates”, con la colaboración de Jhon Hiatt. También nos lleva al rock más clásico de “Black Lung Heartache”, pero me resultan más significativos en este trabajo temas más introspectivos como “The Meaning Of The Blues”, con unas guitarras muy tendidas que dejan apreciar cada uno de sus detalles, sin brusquedades. Este disco ha salido de una manera más sutil. Pese a títulos como este, quien califique a este artista como un bluesman se queda muy corto. Muchos de estos temas demuestran que llega más allá del blues y del rock para expandir su propio halo como un indiscutible grande de la escena musical a nivel mundial. Muy especial resulta “Heartbraker” con la colaboración de Glenn Hughes. Una verdadera joya dentro de un disco que sigue manteniendo ese brillo que no se le apaga a un artista en todo su esplendor. Tenemos una nueva colaboración en “Sweet Rowena” a cargo de Vince Hill que ofrece esa pincelada en contraste con el propio genio de Bonamassa. Un disco en el que alguno igual se sorprenda por aparecer esos riffs más pesados de una manera más oculta, como no pretendiendo llegar a la dureza de los trabajos pretéritos. Es el tinte del que se tiñe una nueva obra de Joe Bonamassa que, sin entrar en comparaciones con sus grandes obras editadas hasta la fecha, ofrece el aroma irresistible, personal y genuino de este gran talento en plena ebullición. Motivo por el cual debe ser recomendado para todos a los que ya nos ha atrapado en sus redes.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Mastertrax (www.mastertrax.com)

A la venta: 21 de marzo de 2011