CRÓNICA: GLUECIFER + THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY

GLUECIFER

 

GLUECIFER + THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY

Jueves 17 de noviembre de 2022 – Sala Santana 27 – Bilbao

 

 

El panorama está saturado de conciertos, la gente no tiene pasta, la vida se encarece, no hay regeneración en el mundo del rock… Lo cierto es que cuando aparecen nombres claves de un movimiento queda patente que, en cualquiera de sus subgéneros, el rock sigue arrastrando ingentes cantidades seguidores apasionados.

THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY
THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY

En este jueves lluvioso visitaba Bilbao uno de los abanderados del rock escandinavo y el público respondió con una gran entrada y un ambiente de los grandes en la sala Santana 27 de Bilbao. De aquí ya solo se puede saltar a un gran pabellón reservado a unos pocos. Y apostaría a que los nombres claves de este estilo podrían ser acreedores a ello sin mostrar las pretensiones de otros grupos tenidos más en palmitas por los promotores. De hecho, sigue siendo un movimiento que huele a underground, con el espíritu más primigenio del punk intacto, pero con ese punch personal que a mediados de los 90 le dieron bandas como The Hellacopters, Turbonegro o Backyard Babies.

THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY

Lo cierto es que sin haber editado nada nuevo desde su regreso en 2017 Gluecifer mostraron ser un suculento atractivo para el público del rock. Nos visitaron en 2018 en la edición de ese año del Azkena Rock cerrando el festival y siendo, probablemente, los grandes triunfadores. Con ese recuerdo aún fresco había ganas de verles ya en una sala con un repertorio más extenso y en una distancia más corta, compartiendo menos cansancio acumulado y más sudor.

THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY
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Considero además que les acompañaba una banda más que adecuada para gustar a sus seguidores. De la misma escuela y de mismo país The Good The Bad And The Zugly Formados en 2011 son un grupo que cuenta en su haber con más discos que los propios Gluecifer pero, sin embargo, es un grupo muy desconocido por nuestra zona. La entrada en Kvelertak de su cantante Ivar Nikolaisen parece que les ha dado un poco más de notoriedad. Y además el grupo venía con un nuevo disco bajo el brazo, sexto en su trayectoria, de título “Research And Destroy”.

THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY
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Pero en esto de la música cada vez se vive más de la leyenda que has creado y puede que no se valore lo suficiente lo que significa estar viviendo el momento. Y me dio la sensación de que el público se mostró bastante reservado con ellos, a pesar de que su vocalista es un tipo expresivo que no para de gesticular y de que la banda se arma con unas guitarras de muerte y unos coros curradísimos que van más allá de la mera actitud. Sí, son temas de espíritu muy punk, pero hay un trabajo de melodías más que destacable y la banda fue a piñón hasta redondear una actuación a mi modo de ver inapelable desde que la música de “El Bueno El Feo Y El Malo” anunciaba su presencia sobre el escenario.

THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY

Dio mucho de sí la poco más de media hora de la que dispusieron, descargando temas electrizantes, concisos y directos al grano. Dejaron patente que se puede tener gusto a la hora de confeccionar temas sucios y agresivos, pero con un limpio trabajo de guitarra y remarcados estribillos subrayados con un gran trabajo de coros. Esta oportunidad debería servirles para despegar más a nivel internacional, a pesar de que en esto del rock el público parece cada vez más reticente a dar la oportunidad a nuevas bandas.

THE GOOD THE BAD AND THE ZUGLY
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Dentro de un estilo tan macarra no deja de resultar extraño que Gluecifer ofrezcan una imagen incluso elegante. Sobre todo la encarna su vocalista Biff Malibu, con el cual podrías cruzarte un día cualquiera por la calle y no diferenciarlo de cualquier otro señor. Aunque hay una imagen algo más espectacular en los guitarristas Captain Poon y Raldo Useless, lo cierto es que la banda destaca por su naturalidad. Tan solo con un gran telón a sus espaldas y sin necesidad de moverse ni mayores aspavientos, sin mostrar una gran euforia ni ese habitual gesto de cabreo del rock más aguerrido, la banda se metió a la repleta Santana 27 en el bolsillo a base de encadenar certeros temas.

GLUECIFER
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La electricidad comenzó a recorrer el cuerpo de todos sus seguidores como un reguero de pólvora desde “Get The Horn”, pasando a recordar posteriormente su último disco de 2004 “Automatic Thrill” con “Car Full Of Stash” y “Call From The Other”.

GLUECIFER
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No necesariamente sienten más morriña por los temas de sus primeros discos, De hecho, su debut “Ridin´´The Tiger” se quedó sin representación, pasando a otros discos como “Tender Is The Savage” con un “I Got A War”, con el que las gargantas arreciaban en la sala o  del “Soaring With Eagles At Night, To Rise With The Pigs In The Morning” en el caso de “Go Away Man”.

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El endiablado ritmo de arranque de la descarga se rompería en parte tras “Ducktail Heat”, cuando el más pesado “Shaking So Bad” mostraba una faceta más experimental de la banda. Un poco de variedad antes de volver a incendiar la sala con “Put Me On A Place” y un “Brutus” que provocaba mucho revuelo en la mitad de la sala más próxima al escenario.

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El homónimo de su disco de 2004 y el siguiente “Take It” dejaban patente la vigencia de la que hasta la fecha es su última obra. Pareciera que en parte retoman la carrera en el punto en que la dejaron en 2005, con la habitual preferencia de las bandas por sus temas más nuevos. Aunque en su caso y con el tiempo transcurrido solo podemos hablar ya de clásicos, una baza a favor para que el fuego de una actuación no se apague, sino que vaya prendiendo más. En ese sentido “Here Comes The Pigs” volvió a poner a prueba las voces del recinto.

GLUECIFER
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La versión de “Do Anything You Wanna Do” de Eddie & The Hot Rods fue preludiada con un agradecimiento a los asistentes, y un reconocimiento a Euskadi como una tierra que les encanta visitar, aprovechando para dedicar el tema al fallecido Kike Turmix, que tanto peso tuvo en la importación de este rock escandinavo.

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“Reversed”, “Bossheaded” y “Easy Living” echaron más leña al fuego, manteniendo la intensidad del concierto, por difícil que pareciera. Eso sí, en “Black Book Lodge” se permitieron marcarse un juego con el público, haciendo dar almas a la sala partiendo el tema en dos partes. Era la forma en la que nos decían adiós.

GLUECIFER
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Evidentemente no el definitivo. Gluecifer no iba a dejar a la caldeada sala sin el extra habitual, que llegaría de la mano de “The Year Of Manly Living” y un “Disolate City” que parecía la despedida ideal para despedirse de una ciudad que les acogió de calurosa manera. Pero sin tregua para los aplausos de rigor entraron a saco con un directo “Nice Boys Don´t Play Rock ´n´ Roll” de Rose Tattoo, que levantó un poco más si cabe el ánimo de la sala. Algo que resultaba ya complicado tras una veintena de temas efervescentes y de efecto inmediato con el peso que les da haberse convertido en clásicos a 20 años vista de su publicación.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)