CRÓNICA: PARADISE LOST + OBSIDIAN KINGDOM

PARADISE LOST

 

PARADISE LOST + OBSIDIAN KINGDOM

Lunes 17 de octubre de 2022 – Sala Santana 27 – Bilbao

 

 

Un jodido lunes a la noche de un otoño aun caluroso daba la bienvenida en Bilbao a uno de los grupos referentes del heavy metal. Si lo digo de forma general igual a alguno le parece, con razón, que el nombre de Paradise Lost no está a la altura de bandas que hubieran necesitado un estadio para acoger la fiebre que suscitan, pero si nos remitimos a los sonidos oscuros, Paradise Lost podría ser la banda por excelencia. Un grupo que rompió esquemas a partir de los 90 y que de verdad se hace acreedor a esa etiqueta de gótico que luego tanto se ha pervertido encajando a grupos que muy poco tienen que ver con lo que de verdad era el estilo primigenio.

OBSIDIAN KINGDOM

Cierto es que la evolución que ha ido llevando el grupo a lo largo de su carrera lo ha llevado por otros terrenos musicales, nunca alejados de las sensaciones más lúgubres, pero tener en su haber clásicos tan explícitos como “Gothic” creo que marca bastante la línea de una banda que capitanea todo lo que es oscuridad dentro el heavy metal.

OBSIDIAN KINGDOM

Pero ni de lejos el grupo se ha quedado en vivir de esos clásicos, viniendo a Bilbao con un último disco de estudio de título “Obsidian”, que no iban a dejar de apoyar  habiendo editado a partir de ese disco de 2020 algunos directos y trabajos de rarezas como el “Ghotic –Live At Roadburn 2016”, el directo en streaming “At The Mill” o un “The Lost And The Painless” con material primigenio, incluyendo otro directo. Es para lo que han dado estos años de obligado parón para bandas grandes acostumbradas al trabajo continuo. En cualquier caso el repertorio reflejaría que estábamos ante la gira de presentación de “Obsidian”.

OBSIDIAN KINGDOM

Pero antes de centrarnos en los británicos hay que destacar el paso por Bilbao de Obsidian Kingdom, con más afinidad con los cabezas de cartel por la similitud de la primera parte de su denominación con el título de la nueva obra de Paradise Lost, que en cuanto a estilo. En cualquier caso, Obsidian Kigdom es una banda tan inetiquetable que lo mismo se puede decir que encajarían en cualquier lado como en ninguno.

OBSIDIAN KINGDOM

La originalidad es un arma de doble filo que, personalmente, no dejo de valorar. Pero la verdad, tal vez en esta noche de lunes los catalanes no contaron con un público muy receptivo. Además, he de decir que lo que ellos desarrollan puede ser a nivel visual infinitamente más atractivo que lo que les permiten las condiciones de un grupo telonero. Les hemos visto cuidar mucho más la puesta en escena cuando han venido por suelo vizcaíno con su propia gira.

OBSIDIAN KINGDOM

Pese a ello no queda menos que destacar el sondo expuesto por el grupo, ahora conformado como cuarteto, a pesar de que se entiende que el teclado es un elemento importante en su música. Parece ser que de momento ese puesto queda vacante en la banda, lo que hizo que el grupo resultara más crudo y guitarrero, sin dejar por ello de estar en la vanguardia de los sonidos del metal más actual, sin encajonamientos.

OBSIDIAN KINGDOM

Lo han dejado plasmado en sus tres LPs de estudio editados hasta la fecha, a los cuales dieron representación esta noche. Apostaron por su más reciente “Meat Machine” con “Meat Star” o “Mr. Pan”, pero tiene mucho peso la que sigo considerando su gran obra y uno de los discos más interesantes editados en los últimos lustros, “Mantiis – And Agony In Fourteen Bites” de 2012 que dio el pistoletazo definitivo de salida a su carrera tras un par de EPs previos. No faltaron del mismo temazos como “Last Of The Light”, “Haunts Of The Underworld”, “Endless Wall” o unos concatenados “Fingers In Anguish” y “Ball Room” sublimes. Es un grupo que se entiende mejor envuelto bajo un concepto que si tomamos los temas sueltos como referencia o en dosis reducidas, como esta noche con tiempo limitado.

PARADISE LOST

Su actuación transcurrió sin apenas pausa, haciendo que los temas fueran enlanzándose entre el atento silencio de los presentes, llegando a la parte final con “Cinnamon Balls” antes de que con la entrada de “Black Swan”, como representación de “A Year With No Summer” un escueto mila esker levantara los aplausos del personal como previo a la despedida de una descarga que se cerraría con “The Pump”, a mi modo de ver habiendo dejado constancia de la originalidad y del nivel alucinante de un grupo al que recomiendo no dejar de disfrutar tanto en estudio como en otra oportunidad en  la que desplieguen toda su puesta en escena.

PARADISE LOST

Precisamente esto no es el fuerte de Paradise Lost. Que no se me malinterprete, cada grupo trabaja la imagen que quiere, la de Paradise Lost es la que vimos esta noche. Una banda musicalmente impecable, influyente donde las haya, pero que convierte su sobriedad en el espectáculo que quiere ofrecernos. Una forma de ser que, a decir verdad, tampoco desentona con el sonido oscuro y melancólico que ellos profesan, pero de esta manera su propuesta queda destinada para los muy fans. Es muy complicado que acaparen con un directo la curiosidad de un público que sin ser acérrimo se acerque a los conciertos con esa cierta curiosidad. Tampoco nos pillaron por sorpresa, en cualquier caso, porque se han dejado ver por aquí en los últimos años varias veces, aunque siempre puede haber algún nuevo seguidor entre los presentes.

PARADISE LOST

Lo que queda bastante claro, y tiene mérito, es que lo que se valora en su caso es exclusivamente su calidad musical y su alargada sombra como indudable referente de nuestra música. Hay esa sensación de culto entre los asistentes a sus conciertos, que muestran tanto respeto como devoción por lo que presencian sobre las tablas.

PARADISE LOST

Y lo que vimos fue una banda que hace emanar de su música esa sensación sepulcral tan mágica que surge de las guitarras de Aaron Aedy y Greg Mackintosh, excelentemente arropados por la profundidad del bajo de Steve Edmondson y con la inquebrantable figura de Nick Holmes presidiendo la ceremonia con su serio semblante y con los justos movimientos. Cuatro componentes que de manera natural guardan el entendimiento de llevar juntos desde 1988, contando con Guido Montanarini en la batería.

PARADISE LOST

Una formación que no dejaría de agradar con su repertorio a los seguidores de sus diferentes épocas con preponderancia de clásicos y apoyo abundante a su nueva obra. La banda supo alternar esos temas de tal manera que el concierto no perdió una intensidad que comenzaba alta con el clásico “Enchantment”, de su imprescindible “Draconian Times”, seguidamente “Forsaken “ puso sobre la mesa el contraste del paso de las décadas, ya apostando por “Obsidian”, sin dejar de lado temas del pasado reciente del grupo como “Blood And Chaos” o un “Faith Devide Us – Death Unites Us” que parece haber quedado ya como otro clásico del grupo. De hecho, se permitió preceder a un “Eternal” que en este caso nos llevaba a un disco tan clave como “Ghotic”.

PARADISE LOST

El público agradecía estas ofrendas tradicionales que continuaron con el homónimo de su disco del 97 “One Second”, retomando la apuesta por el presente con “Serenity” y ofreciendo un “The Eemy” que se prestó para ser coreado por el público. Un clamor que, aunque fuera levemente, pareció emocionar al frio semblante de los músicos. Nick Holmes mostró incluso un leve gesto de agradecimiento.

PARADISE LOST

En “As I Die” tuvieron que disculparse al comenzar con algún problema, lo que provocó los aplausos del personal alentando que la descarga continuara sin contratiempo pudiendo afirmar subjetivamente claro, que fue el mejor tema de la noche. Que nadie se me enfade si piensa otra cosa, porque tras regresar a la actualidad con un excelente “The Devil Embraced”, “The Last Time” volvió a ser un exponente del maravilloso “Draconian Times”.

PARADISE LOST

“No Hope In Sight” reflejó la apuesta que la banda puede hacer por temas del siglo XXI, evitando que trabajos como “The Plague Within” se queden entre esas dos aguas de los clásicos y la más reciente obra. Cabe destacar que estos temas estuvieron a la altura, aunque siempre late algo especial cuando la banda regresa a los 90, cosa que volvió a ocurrir con “Say Just Words” con la que dejaron el escenario oscuro y a solas.

PARADISE LOST

Con una reverencia hacia el público Nick Holmes volvía al escenario para encarar en solitario “Darker Thoughts”, con la banda reapareciendo poco a poco al completo para marcarse un último espaldarazo clásico con “Embers Fire” y no dejar de apostar por su mas reciente obra con “Ghosts”.

PARADISE LOST

Tal vez alguno hubiera preferido echar más leña tradicional al fuego, pero Paradise Lost siempre se ha caracterizado por la evolución, con lo que resulta del todo coherente que al contrario de lo que suele ocurrir, sea un tema nuevo el que cierre una descarga. Con la misma seguridad interpretaron viejos y nuevos temas en un repertorio que en conjunto resumió las décadas del influyente trayecto de la formación. Algo que los envuelve en un aura de grandeza sin necesidad de ningún alarde escénico, con una sobriedad casi inerte.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)