PARABELLUM

(El Grito Del Hambre)

8/10

 

 

No es solo el regreso discográfico de una banda mítica, es una de las noticias del año. Aunque Parabellum editaron hace un par de años el DVD de “La Locura Continúa”, la banda llevaba 24 años sin editar un nuevo disco y prácticamente nuevo material. Ya que si mi memoria no falla tan solo el tema “Barakaldo”, registrado para su propio disco tributo y que aparecería posteriormente en el recopilatorio “Barakaldo Punk Rock City”, había sido lo único nuevo que el grupo nos había ofrecido. Así que habría que decir que ya era hora.

Es verdad que en todo este tiempo ha habido algunos asuntos internos que han hecho que el grupo tuviera que bajar el ritmo, sobre todo a raíz del problema de salud de Juan Carlos Lera, finalmente fallecido en 2014, que fue un duro golpe para la banda. Uno de esos palos de los que es difícil recuperarse. Solo ha habido que ver a la banda en directo en estos años, e incluso escuchar estas nuevas canciones para darse cuenta de que de una u otra manera el guitarrista sigue en la formación, aunque no sea físicamente. A su memoria va dedicado este “El Grito Del Hambre”.

Cuando una banda así decide editar nuevo material se crean unas expectativas que pueden ser un arma de doble filo. Considero que este trabajo cumple con creces. Por un lado los temas guardan el aroma particular de una banda especial. Uno de esos grupos que dejan huella propia con su propia forma de ser. Una sinceridad que crea escuela porque, dejando al margen influencias, son tan solo ellos mismos. Sin trampa ni cartón.

El primer single “Arráncame El Bozal” ya dejaba claro que nos volvíamos a encontrar con viejas sensaciones. Para los fans del grupo como un reencuentro con viejos amigos en forma de canciones, como darse una palmada en el hombro y pensar que no parece que haya pasado tanto tiempo. Después de eso, queda también comentar que en estos nueve temas, aparte de canciones que podrían haber estado en sus discos de los 90 también hay nuevas ideas. Y las hay. La sabia guitarrera que fluye de Pedro De La Osa e Iñaki Setien puede tener buena culpa para encontrar esa frescura, mientras que Lino Prieto en el bajo y Josu Korkostegi son la base de la raíz clásica del grupo. Viejos y nuevos componentes se han acoplado como un guante, algo que a estas alturas de la película, cuando los árboles ya son difíciles de enderezar, es digno de mención. Y más teniendo en cuenta el currículo tanto de Pedro como de Iñaki, que dejan al margen cualquier tipo de ego que ello pudiera generar para ponerse al servicio de lo que Parabellum siempre han sabido hacer tan bien. Canciones. Pero no solo canciones. Canciones que toquen la fibra sensible del oyente.

Cualquier duda sobre si la banda sigue manteniendo esa capacidad se disipa cuando nos encontramos ya con el tema tan elaborado, a su manera, “Demonios En El Jardín”. Con diferentes tesituras y el reencuentro con unos textos muy abiertos a la interpretación. Esos coros infantiles y coreables son una guinda suculenta. Como lo es un teclado que puntualmente aparece en algunos temas del disco. Para ser considerados por muchos una banda simplemente punk lo cierto es que tienen una sutileza que les lleva mucho más allá. Pues siguen siendo inclasificables.

“¿Quién Es El Culpable?” es otro tema elaborado, con mucha mordiente y prácticamente dividido en dos partes. Siendo ellos mismos, pero también sabiendo sorprender. Me engancha de tal manera que es como si me hubiera subido a un vagón en marcha lleno de vitalidad el rockero “Somos Un Tren Vivo”. Un tema muy adictivo, pero no por ello desprovisto de muchos detalles. Más directo resulta un crítico “Marionetas” que tiene un regusto muy a Gris Perla. Siempre fueron bandas que compartieron seguidores, pero es que ahora ya con Pedro en la formación comparten músicos y tal vez aquí haya aflorado un poco de ese espíritu.

Si hablamos de textos que llegan al alma hay que hablar de “El Grito Del Hambre” que en este caso deja un mensaje dramático. Pero es que el siguiente “Ya Nada Es Igual”, cambiando de onda, no se queda atrás. Imagino que tendrían en mente al fallecido guitarrista de la formación, pero os puedo asegurar que podéis hacerla vuestra, como suele ocurrir con sus canciones. Aviso que es fácil que se os escape alguna lágrima. Y no deja de ser desgarrador “Rojo Sobre Negro”, dibujando un interior atormentado que en determinadas situaciones todos podemos sentir. En parte, pero cambiando de tema, se contagia de esa amarga carga emocional el siguiente “En Este Agujero”, un tema más introspectivo.

Se ha hecho de rogar y cuando por fin lo tenemos en las manos tenemos que decir que es un nuevo disco brillante. De barrio como siempre han sido ellos, marcados por el asfalto de las calles de la localidad fabril que les vio nacer, sin ninguna máscara ni maquillaje, sin disimulos… pero brillante a su propia manera para que desde la primera vez que escuchas estas nuevas canciones tengan eso tan especial e indescriptible que les da un valor tan natural y tan real.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: El Dromedario Records