CRÓNICA: ROSS THE BOSS + DARK EMBRACE + COBRA SPELL

ROSS THE BOSS + DARK EMBRACE + COBRA SPELL

Viernes 22 de abril de 2022 – Sala Totem – Villava, Navarra

Extensa gira peninsular de hasta 10 fechas la que traía por nuestros escenarios a toda una leyenda del heavy metal como Ross The Boss. Y con ello es evidente que, a pesar de su carrera en solitario y de su reciente disco “Born Of Fire” a todos se nos viene el nombre de Manowar a la cabeza. No sé hasta qué punto si con verdadera justicia, porque considero que este hombre tiene una carrera en solitario interesante, al margen de otros grupos como Death Dealer y, por supuesto, en un palo muy diferente, los legendarios The Dictators. No sé si habrá muchas figuras que sean tan legendarias en dos estilos en principio tan opuestos como el heavy metal y el punk rock. Por supuesto, los presentes sabíamos que hoy lo que tocaba era ese heavy metal que Ross Friedman cimentó con un buen puñado de composiciones en los 80. Estilo al que sigue contribuyendo en la actualidad con nuevos temas, aunque en buena medida todo queda sepultado por los clásicos. Pero considero que hay que valorarlo.

A pesar de entrar de rebote tras la caída de Asomvel, casaban muy bien con el cabeza de cartel los holandeses Cobra Spell,. Un quinteto capitaneado por la ex de Crypta y Burning Wtches Sonia Anubis, que cuenta con Alexx Panza de los murcianos Hitten en la voz. Sin embargo esta noche nos sorprendió la presencia de la catalana Kris Vega de los catalanes Born In Exile ante la falta de su cantante habitual. Si no lo supiéramos y nos dijeran que es de pleno derecho la vocalista del grupo nadie lo pondría en duda. Esa imagen y actitud encaja perfectamente en este grupo de mayoría presencia femenina y con un aroma de los 80 que hace las delicias del público más purista.

En la media hora que tuvieron obre las tablas interpretaron temas de sus dos EPs editados hasta la fecha, “Love Venom” de 2020 y “Anthems Of The Night” de 2022, donde hay temas cuyo solo titulo nos suenan a hard & heavy de lo más clásico, como “Addicted To The Night”, “Accleate”  “Shake Me”. Y para mas añoranza de los 80 se marcaron una versión de “Animal (Fuck Like A Beast)” de W.A.S.P. acogida con los brazos abiertos por los asistentes que disfrutaron del estilo más puro de heavy metal que allí nos había reunido esta noche.

Precisamente por eso se le hizo más complicado enganchar a Dark Embrace, que se salían en parte del estilo con una propuesta mucha más oscura y extrema. La parroquia presenció con expectación el concierto, eso sí. Y es que no en vano considero que Dark Embrace es un grupo con un punto muy original, sobre todo a la hora de tratar la voz por parte de Oscar Rilo, cuyo papel con esa alternancia de guturales y profundos registros limpios es fundamental. Con esas características crean un estilo que se mueve entre el death y el gótico, pero resultando bastante personales pese a la saturación del panorama metalero.

De hecho, si hay que ponerle una catalogación va a ser el título de su próximo disco, el cual será el tercero en su carrera, “Dark Heavy Metal”. Del mismo ya nos presentaron como anticipo algunos temas en esta noche, junto con los ya registrados en sus previos trabajos. Banda interesante con un contundente y crudo directo.

Aquellas obras de los 80 de Manowar son pilares básicos de todo un estilo de música. Y su papel en aquellos discos se reivindica por sí solo si atendemos a lo que los de Joey DeMaio han hecho desde la salida del guitarrista de la banda. Huelga decir que ni en número ni en calidad llegan a aquellos discos. Además Ross The Boss está muy lejos de las fantasmadas de sus ex compañeros. Se trata de un hombre clave en el heavy metal, pero sorprendentemente modesto y cercano. Y en directo se dedica a tocar junto a su banda, haciendo que la música hable por sí sola. No hace falta dar sermones para entender lo que es el heavy metal y lo que representan muchos de los temas que pudimos disfrutar esta noche.

Y es que el repertorio de Ross The Boss se basó en buena medida en los clásicos que él firmó para Manowar y para el heavy metal en general. Además, pudiendo ser disfrutados de una manera que hoy los propios Manowar, entre sermones y parafernalia cada vez más desfasada no te van a ofrecer. Es decir, en una sala con un centenar de personas, en una distancia corta y con una modestia que asusta. Ni si quiera quiso ser adulado el guitarrista en el típico parón para los bises. No los habría, con una hora y tres cuartos de concierto sin ningún tipo de parón ni contratiempo.

Ross The Boss además demostró que, pese a que sea inevitable que se deje notar el paso del tiempo, sigue conservando la habilidad y el sentimiento que hizo que su papel como guitarrista lo clavara con tremenda precisión. Evidentemente, es complicado emular a gente como Joey DeMaio o Eric Adams, pero tampoco hace falta. Nos quedamos con una versión diferente de los temas originales en la que Marc Lopes cumple el papel aprovechando sus facultades, tremendamente diferentes a las de Eric Adams. Tira muchísimo de sus agudos imposibles, aunque diría yo que estuvo más comedido que cuando les vimos hace unos años en la sala Sonora de Erandio.

Por su parte, Dirk Schlächter (Gamma Ray, Avalanch), que entró para la gira estatal en sustitución de Mike LePond (Symphony X), sorprendió con una labor más que profesional. Temas como “Dark Avenger”, que fue empezado por el sonido distorsionado de su bajo, o “Mountains” contaron con su especial protagonismo, sobre todo cuando Ross The Boss se encargaba de tocar los teclados en directo en algunos de estos tramos. Además fueron dos de los más grandes momentos de la noche, especialmente el segundo. Una balada escondida en el “Sign Of The Hammer”,  que personalmente considero una de las mejores composiciones de Manowar. No solo lo interpretaron de muy buena manera, sino que captaron perfectamente el sentimiento.

Para completar el elenco de músicos de primera fila dentro del actual panorama del heavy metal la batería la ocuparía Sean Elg de bandas como Cage o KK´s Priest. Sin duda Ross The Boss estaba bien rodeado para que salieran de la mejor manera absolutos clasicazos como los mencionados o la concatenación de ellos con los que sin tregua abrieron da descarga, comenzando por “Blood Of The Kings”. Bien es verdad que creo que la voz se comenzó escuchando algo baja o tal vez le costara a Marc entrar en calor. Creo que acabó el concierto mejor de lo que empezó.

Tras ese himno del icónico “Kings Of Metal” tocaba repasar un trabajo no menos añorado por los auténticos fans de Manowar, como es ese “Sign Of The Hammer” que tuvo mucho protagonismo en este inicio con “The Oath”, el homónimo y “Thor”. Y ya con “Wheels Of Fire” llegaría una de las apoteosis de la noche con la peña coreando el estribillo. Precisamente pudo ser un buen momento para sacarnos de dudas y demostrar que también apoyaría su última obra ya en solitario. Y como suele ocurrir, eso provocó un bajón de intensidad entre los presentes, pero considero que “Denied By The Cross” es buen reflejo de que Ross The Boss y su banda están en disposición de seguir ofreciendo buenas canciones. Solo que los clásicos tiran demasiado. Pero creo que es de agradecer que al menos defendieran tres temas de ese “Born Of Fire” en cuya gira de presentación estábamos. Luego caerían “Glory To The Slain” y “Maiden Of Shadow”. Si bien no creo que se puedan comparar con los temas de Manowar, al menos la banda los bordó y Marc se encontró mucho más cómodo que teniendo que adaptar los temas originalmente cantados por Eric Adams, a los que les tiene que dar un giro, sobre todo en los tonos más graves.

Pero a nadie le amargaría escuchar “Blood Of My Enemies” o un “Black, Wind, Fire And Steel” que la gente estaba deseosa de corear. Y ya encarando la parte final del concierto llegó “Secret Of Steel” de aquel “Into Glory Ride”, para dar paso a un “Battle Hymn” que sería coreado por todos los presentes. Eso sí, nada comparable a “Fighting The World” que sería el momento más festivo de la noche y con mayor participación del personal. Además, con el vocalista acercándose al borde del escenario para percibir bien el estado de las gargantas del personal. Estaba bien que se tomara un respiro, porque llegaría posteriormente el exigente “Kill With Power”, donde también cedería protagonismo a los presentes para gritar a pleno pulmón dieeee dieeee!!!. Y con el concierto en su mejor momento, creciendo en sensaciones, llegaría el característico riff de “Hail And Kill”, con la intro seguida por todos y con la sala levantando los puños en cada nuevo estribillo.

Y así, sin grandes aspavientos, la banda se despedía de los presentes, habiendo dado buena cuenta de que, le pese a quien le pese, no se puede entender Manowar sin el enorme legado que Ross The Boss dejó en la banda. Y eso que se me ocurren varios temas suyos que yo calificaría de imprescindibles de aquella época que no entraron en el repertorio, pero también está bien que se reserve un hueco para algunos nuevos temas, porque Ross The Boss sigue ofreciendo trabajos interesantes con sus diferentes bandas. Una creatividad que tanto contrasta con el anquilosamiento de la que fuera su banda. Pero la riqueza y la relevancia de su paso por Manowar queda patente cuando el guitarrista decide reivindicar lo que le pertenece y tirar de aquel repertorio.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)