CRÍTICA: 51 GRADOS

51 GRADOS

(Destino)

7/10

Me quedo con el slogan de el rock que hierve la sangre que acompaña a la nota de promo para describir lo expuesto en “Destino” por 51 Grados. Los madrileños ya presentaron sus credenciales con el EP “Miedo” corroborando ahora su capacidad para rockear en el sentido más abierto. No se les puede catalogar fácilmente como banda de grunge, stoner, hard rock o simplemente rock. Moviéndose en esos márgenes, simplemente la característica en cada uno de estos temas es la palpitante sensación de ebullición que encontramos en su sonido, sobre todo guitarrero.

“Estigma” nos abre de manera adictiva a una obra de rock que desborda dinamismo. Así el cambo de tesitura hacia el grosor de “Desconexión” promete una escucha amena que se reafirma con el ágil “Redentor”, con un gran trabajo de melodías vocales. El disco también ofrece pausa en “Déjame”, y adquiere un tinte más comercial en “Cometas”, aunque no pierden de vista un rock directo siempre de alta temperatura, para hacer honor a su nombre.

Tras el medio tiempo “Destino” muestran una actitud algo más punk en “Soga”. Y después de “Invencible” los latidos siguen aumentando su velocidad con “Objetos Perdidos”. “Nuevo Mundo” y “Faro” ofrecen un sonido más americano, en el último caso algo más accesible. Y es que dentro de su estilo contundente saben ofrecer distintas pinceladas que puedan hacerles llegar a un público más generalista. Pero eso no es óbice para decir que este “Destino” es ante todo una obra de rock guitarrero con un sonido incendiario. No es que sea nada nuevo, pero es suficientemente abierto y tiene suficiente gancho y frescura como para resultar agradable e interesante.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Entrebotones