CRÓNICA: PARABELLUM + JOSETXU PIPERRAK & THE RIBER ROCK BAND + LAS SEXPEARES
PARABELLUM + JOSETXU PIPERRAK & THE RIBER ROCK BAND + LAS SEXPEARES
22 – 12 – 18
Bilbao (Santana 27)
Fin de año y fin de ciclo para Parabellum que con su actuación del 14 de diciembre en la sala Mon de Madrid y esta del 22 del mismo mes en Santana 27 en Bilbao va a marcar un punto de inflexión en su trayectoria posterior a la reunión de 2003. Lo hará porque ambas noches se han registrado para una edición de un futuro DVD y porque han prometido que a partir de ahí se centrarán en ofrecer nuevos temas, algo que no deja de ser una gran noticia y que creo que el nombre legendario que portan, su actual formación y sus fans merecen.
Sin embargo, es un tramo del calendario de muchos compromisos para todos, a lo que se añadió partido del Athletic en casa, con lo que puede que se resintiera algo la presencia de público, que haciéndose de rogar en su llegada a la sala no dejó de crear un gran ambiente en la sala Santana 27, donde no faltó el calor suficiente para los grupos. Cierto es que en el caso de Las Sexpeares resulta un tanto injusto que en lugar de abrir la velada en la sala grande se les reservara el cierre de la noche tras la actuación de Parabellum y en la sala superior de menor aforo, aunque tampoco les faltó el apoyo de un buen puñado de seguidores que no querían que acabara la fiesta.
Josetxu Piperrak apuntaba otro ilustre nombre al cartel. El que fuera vocalista de Piperrak mantiene vivo, aunque sea como apellido, el nombre de su antigua banda, algo que no lo desvincula de su pasado, pero a la vez ha editado un nuevo trabajo de fidelidad punk rockera absoluta bautizando esta nueva historia como Josetxu Piperarak & The Riber Rock Band.
Así que los nostálgicos del punk de los 90 tuvieron otro aliciente más para que la ilusión de este día no la pusiera solo la posibilidad de que te toque la lotería. El vocalista defendió con actitud y mucho nervio, sin parar quieto prácticamente en el escenario, los temas de ese nuevo disco de título “Gritando Otra vez”. Los defendió en medio de un puñado de canciones de sus trabajos con Piperrak que todos agradecieron, sin que faltara la turuta en algunas ocasiones y esa fórmula mágica del lorololo para crear una fiesta en un concierto punk. Y vaya si hubo momentos así.
Sin embargo, hay que decir que en sus nuevos temas ha hecho un esfuerzo por salirse de ahí, currándose grandes estribillos que intentan eludir ese aspecto, aunque no dejan de ser coreables. Como es lógico no cosecharon la respuesta de los temas de Piperrak, pero creo que merecen ser destacados temas como “Mi Generación” u “O.V.N.I (Objeto Verde Nada Inteligente)”, que además cayó prácticamente al final del concierto, demostrando que apuesta de verdad por estas nuevas canciones, porque hubiera sido mucho más fácil para descargarlos todo al principio y encadenar luego uno tras otro temas de los tradicionales apostando a caballo ganador.
Eso sí, el momento cumbre de su descarga sería “Cualquier Día”, con el público llegando corear a capela buena parte del mismo, y acabando a lo grande con otro clásico como “Mi Primer Amor”. Todo un goce para los seguidores de Piperrak, con mucho de nostalgia pero también con una apuesta clara por un presente que no pierde sus raíces.
Nostalgia es la que uno siente con Parabellum. Es imposible si tienes cierta edad que no te vengan recuerdos a la cabeza, especialmente si creciste en la margen izquierda del Nervión. Fueron un grupo que marcó muchísimo a toda aquella generación que crecimos en los 90, independientemente de que uno se considerara seguidor de la banda o no. Era imposible que no llegaran a ti por parte de amigos, en un garito o a través de la radio. Canciones que han sobrevivido muy bien al paso del tiempo y que han venido defendiendo desde su regreso en 2003 durante 15 años.
Han sido tres lustros marcados desgraciadamente por la enfermedad de Juan Carlos Lera, que obligó a la banda a dosificar sus apariciones en directo, con una actividad que nos hacía dudar sobre su continuidad como banda. Pero lo cierto es que oficialmente ellos no han estado separados tras su vuelta. Finalmente tras la llorada pérdida del guitarrista en 2014 la banda se ha rehecho con el legendario Iñaki Setien (Extremoduro, Ultraligeros, Peligro Martinez, Zer Bizio?, Halley…) en la guitarra. Una pareja ideal para el no menos legendario Pedro de La Osa (Gris Perla, M.D.H., Bulldozer), que lleva en la banda incluso más tiempo que Txetxu Palacios, que tras no participar del regreso del grupo ahora se encuentra con La Kontra.
Los pilares tradicionales de la formación siguen siendo Lino Prieto en el bajo y Josu Korkostegi en la batería y voz. Ambos sostienen ese peso histórico en una banda que con la actual formación tiene garantías totales para seguir defendiendo ese viejo legado y emprender de ahora en adelante la creación de nuevas canciones que dentro de otro contexto vuelvan a satisfacer a los seguidores del grupo. Y estamos seguros que será así, porque viendo cómo ha envejecido su antiguo legado está claro que el mundo no ha cambiado tanto.
Arrancaron con la boca tapada con la instrumental que abría su última referencia discográfica de 1998 “Adelante Sin Cabeza”. Se quitarían el esparadrapo para ofrecer un recital de clásicos que se lanzaría con temas como “Canción de Amor”, dedicada para Lera, que no deja de estar presente en espíritu en la banda, con mucho simbolismo en su honor con una bandera pirata y su guitarra en el escenario. Y con “No Hay Opción” aquello ya cogía un ritmo imparable.
Momentos destacados hubo muchísimos. Tantos que sería difícil elegir uno por encima de otro dentro de un extenso repertorio donde no faltarían himnos excelentemente recibidos como “Kuerpo A Kuerpo”, un “Envenenado” que lo descargaron bastante pronto, pero sin perder por ello fuelle en el transcurso de la descarga. Y es que tienen canciones de las que emocionan a todos sus seguidores como “Las Paredes”, arrancada con Lino haciéndose cargo de la voz principal, o “La Locura”, que tal vez sea el tema que más les dio a conocer a mediados de los 90.
Contaron con la colaboración puntal en el teclado de Adolfo Aguado de la escuela de música de Portugalete Adimusik, que dio su toque a temas como “Mira Que No Lo Ves”, donde se metió entre medias de los solos de guitarra de Pedro e Iñaki, que sin hacer alardes de Pink Floyd o Dream Theater, con lo que bromeara Pedro de la Osa, dejaron constancia de su clase guitarrera, dando ese punto a Parabellum que los hacen ir unos pasos más allá del punk. Parabellum siempre fue un grupo que acaparó un público muy variado.
“Verdad O Mentira” se convirtió en otro emotivo momento, de nuevo con el recuerdo de Lera sobrevolando por la sala, continuando por “Noviembre 92” y “Johnny El Guapo” antes de llegar a un tramo final jalonado por algunas colaboraciones de lujo. Tonino (Toni Metralla Y Los Antibalas, M.C.D….) se marcó un endiabladamente veloz “Rock & Roll” y posteriormente Josu Korkostegi abandonaría la batería para interpretar a modo de frontman “Barakaldo”, en la que contaron tras los parches con Dani “El Mudo”, artífice de un sensacional recopilatorio llamado “Barakaldo Punk Rock City”, donde apareció este tema en su día registrado para un tributo a la banda y que hasta que no le pongan remedio es el único tema nuevo de la banda en estos últimos 15 años. Y si sirve como orientación para lo que nos puedan ofrecer en el futuro, hay que decir que tiene todas las cualidades para ser un gran himno.
No volvería tan rápido Josu a ocupar su puesto habitual, puesto que para “La Vela Se Apaga” contarían con Mamen Rodrigo de Vulpess y Puro Chile, grupo que actualmente comparte con el propio Josu y con el cual haría un emotivo dueto, mientras que la batería se colocaría Alen Ayerdi (Marea, Ciclonautas)
El final frenético con “Bornca En el Bar” y la versión del “Un Día En Texas” de Paralisis Permanente, que tan importante es en la trayectoria de Parabellum, parecían ser el broche definitivo. Y tal vez lo único que criticaría al grupo es que volvieran a repetir a modo de bis “Una Canción de Amor”, ya que creo que tienen en su repertorio grandes temas que se quedaron fuera y de los cuales podrían haber tirado. En cualquier caso, fueron prácticamente dos horas de unos Parabellum entregados en su afán de inmortalizar un momento que será histórico en una trayectoria que merece seguir escribiendo páginas. Y ojalá sean muchas más.
Las Sexpeares cerrarían la noche en la sala Blue, una de las salas interiores de Santana 27. Todo aquel que quiso quedarse tras la actuación de Parabellum tuvo una ración más de fiero rock and roll, con una frescura más actual y con un tinte personal que no se adscribe exclusivamente al punk en el caso de esta banda vizcaína cada vez más consolidada.
Estas chicas han demostrado en su reciente EP “Somos Lo Peor” que se decantan definitivamente por la orientación mas noventera, haciendo que su deje grunge alcance tesituras de un grosor incluso stoner remozado con atrezos de rock alternativo. Todo ello con una formación de trío que se sobra y se basta para hacer directos salvajes, empujados por la portentosa fuerza desde la batería de un terremoto llamado María sumándose el bajo del siempre sonriente y expresivo Aitor, cuya labor es fundamental en un trío come este, aunque creo que su bajo sonó excesivamente alto a lo largo de toda esta descarga en detrimento de la guitarra de Belen, que riffea con la misma actitud con la que ruge como vocalista.
Ya la bienvenida por su parte fue un aguerrido grito para entrar con “Catnip” de su primera obra “Que Asco De Gente”. La banda presentaría sin tregua a lo largo de una hora temas de sus cuatro trabajos registrados hasta la fecha, incluidos los de su nuevo EP, donde dejan patente su evolución y madurez.
Tiene un hueco muy significativo su anterior “Me Fui De Casa”, que aun está muy fresco entre sus seguidores y que posee temas tan queridos por todos como “¿Para Qué?” el propio “Me Fui De Casa”, el ideal para acompañarte en una resaca “No Vuelvo A Beber”, solicitado y coreado por los presentes, o el dedicado con tanta picardía como mala uva para las bandas tributo “Mejor Me Callo”. No dejarían de lado alguna muestra de “Revolución Z” como fue “Venganza”, para hacer más completa la representación de lo que Las Sexpeares han venido haciendo en estos años de actividad, exponiéndolo en un directo incandescente que, una vez más, no dejó a nadie indiferente. Y esa es la mejor manera de seguir sumando adeptos.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)
