CRÓNICA: VI ZOMBIE JAIALDIA – SCANNER + DÜNEDAIN + RISING CORE + ANIMA + BLACK CAT

VI ZOMBIE JAIALDIA

SCANNER + DÜNEDAIN + RISING CORE + ANIMA + BLACK CAT

23 – 09 – 17

Irún (Tunk)

Puede que para muchos Scanner sea uno de esos grupos de segunda o tercera fila que pasó por el mundo del heavy metal sin pena ni gloria. Y es cierto que nunca se convirtieron en un grupo de masas, que aparecieron dentro de una segunda hornada de bandas de metal alemán cuando este estilo ya tenía bien establecidas a sus bandas punteras. Sin embargo los más acérrimos seguidores del estilo de la más pura escuela teutona seguro que tienen aquellos primeros discos de finales de los 80 como auténticas joyas del estilo.

Eso hacía especialmente apetecible esta cita con la banda, no llamada en principio para las afluencias multitudinarias, pero con un público purista que no debería perderse una cita que no parece sencilla de repetir. No son este tipo de grupos los más habituales de nuestros escenarios, precisamente por lo selecto de un público que no asegura el éxito rotundo de afluencia de otros, por muy vistos que los tengamos. Finalmente, la nostalgia y las ganas de revivir con la actual formación de los alemanes viejos clásicos atraería  a la sala Tunk de Irún a algo más de un centenar de seguidores que no solo disfrutarían de ellos, sino de todo el cartel de esta jornada tan clásica en estilo tras la tralla que se metió en la jornada extrema de este Zombie Jaialdia el día anterior.

Y para clásicos los locales Black Cat, que tras 22 años de separación regresaron hace un par de años a la actividad y parecen haberle cogido gusto a verse de nuevo en los escenarios. Y es que tienen una magia muy especial estos grupos que pese a no haber podido trascender mucho más allá del ámbito local tienen ese aura de quienes mamaron directamente de la cuna ochentera. Porque aunque ellos se formaron en 1990 es ahí donde debemos buscar sus raíces.

Así lo plasmaron en unos temas donde cabe destacar el especial protagonismo de la voz y de la guitarra. La voz de Begoña además se conserva en un gran estado, como bien dejó patente en temas como “The Only One”, que estaban interpretando cuando entré en la sala, segundo tema de su descarga.

Que la banda disfruta de este actual y rejuvenecedor momento queda más que claro en temas como “The Scorpion God”, reivindicando sus propias canciones, excelentemente trenzadas y elegantes, con destellos que van del hard rock al heavy metal pasando por algunas elaboraciones progresivas. Está claro que la melodía prima independientemente de hacia dónde dirijan sus canciones.

“Perfect Strangers” de Deep Purple se hizo reconocible desde la intro de teclado, aunque el tímido público habitual de primera hora no quisiera decir el nombre de la banda ante la pregunta de la vocalista. La emotiva “This Is Love” y “Now Or Never” cerraron la descarga de una banda ilusionada a la que aparte de respeto hay que rendirle admiración en esta nueva etapa que ojalá les siga haciendo disfrutar tanto a ellos como a su público. Qué mejores portadores de estos sonidos que los que precisamente se curtieron con ellos.

Sorpresiva fue la actuación de los gasteiztarras Anima, a los que desconocía por completo antes de esta actuación, al menos que recuerde. El caso es que nos topamos con una banda melódica y enérgica a partes iguales, con una voz limpia capitaneando una formación donde el doblaje de guitarras y las melodías cuenta con un toque de frescura y modernidad que reverdece el estilo más tradicional del que sin duda han bebido.

No fueron pocos los virajes que me recordaron a Maiden, aunque se marcaran al final del concierto y casi sin tiempo una versión del “Holy Diver” de Dio con unos cambios de ritmo brutales. Han respetado ese solo central y las líneas vocales, pero le han dado un latido diferente al clásico del mítico vocalista americano.

Antes de eso darían buena cuenta de su nivel como banda de heavy metal con algo nuevo que decir desde la fidelidad al estilo en cancines como “Carcelero De Sueños”, “El Lobo” o “Al Alba”, con un ritmo tremendo ante la certeza de que las primeras bandas tenían los tiempos muy ajustados. Sin duda no desaprovecharían ese tiempo sobre las tablas para con ímpetu tremendo dejar constancia de su validez y futuro en este estilo al que le pueden dar un nuevo aire.

También apuestan por algo distintivo los catalanes Rising Core en este caso con unos detalles más progresivos de forma general, aunque también comandados por la gran presencia de una voz melódica como la de Verónica Galindo, que aporta un toque de mayor personalidad a la banda.

Se deja notar experiencia en todos sus componentes, si atendemos a su biografía algunos de ellos procedentes de un proyecto progresivo anterior llamado Bartok. El caso es que ya llevan dos discos editados bajo la denominación de Rising Core, y calidad tienen de sobra para llamar la atención del personal de gusto más exquisito en cuanto a elaboración y melodías.

Si clave es la aportación de la vocalista también lo es de un guitarrista virtuoso como Juan Martin, sin faltar una base rítmica que busca los ritmos cambiantes, con un bajo que arropa muchísimo las composiciones, y un teclado que adorna  unos temas donde los detalles son claves.

Tuvieron que luchar contra el crono, pero temas como “When The Fall Begins” o “Broken” dieron buena cuenta del  nivel que posee la banda y la capacidad para aportar algo más al metal melódico.

Dünedain podían ser considerados prácticamente como unos segundos cabezas de cartel en esta jornada del VI Zombie Jaialdia. La banda liderada por Tony Delgado tiene trayectoria para ello, siempre embarcados en una lucha que les ha ido haciendo conseguir poco a poco la relevancia que vaya haciendo justicia a su nivel como grupo de heavy metal de plenas garantías.

Pese a la lesión de Carlos Sanz, que apareció en escena con una muleta, la banda se mostró en un estado de forma inmejorable. Cada vez que les he visto no han defraudado en vivo, pero era la primera vez que les veía con Carlos como voz solista, un portento de voz que debería ser reconocido como uno de los grandes registros a nivel estatal de forma inminente. Ya no solo por lo expuesto en “Pandemonium”, su último trabajo de estudio, sino porque en directo demuestra que lo que plasme en estudio es totalmente real, solo que con la espectacularidad de verlo in situ.

Ante una buena base de seguidores propios portando camisetas de la banda el grupo salió a por todas tras la intro, enlazando un arranque de forma idéntica a su nuevo disco de estudio con “El legado”, “Bola De Cristal” y un “Vuela” que ya se puede considerar como imprescindible en sus directos. Ese ritmo y ese estribillo están diseñados para vivir grandes momentos en vivo.

Aunque no pondría tacha a ninguna de sus interpretaciones. Y es que tienen temas en la recámara de una trayectoria que ya empieza a ser larga. Temas que se vuelven himnos como “Fiel A Mi Libertad” o “Mi Alma Sigue En Pie” ya en la recta final, con Tony alternando su labor de guitarra con algunas partes vocales, secundado a las seis cuerdas por Mariano y con un Alberto que es puro espectáculo en directo. Un bajista que lo vive en primera línea de fuego junto a sus compañeros.

Singles como “100 Golpes” serán efectivos de por vida en directo, terminando con otro recuerdo a obras pasadas como “Corazón De Invierno”, demostrando que la banda tiene ya una buena colección de canciones a sus espaldas. Canciones que bien merecen ser himnos no solo del círculo cerrado de una banda luchadora como Dünedain, sino de todo un movimiento como el heavy metal que bien debe valorar lo que supone que de vez en cuando aparezcan bandas para a insuflarle nueva fuerza.

Porque si nos atenemos a lo que vimos con Scanner y dentro de lo que puedo valorar lo que supone dentro del metal alemán, lo cierto es que la nostalgia tira más de la banda que lo que en el presente puedan aportar. Y lo digo tas una actuación donde el público valoró enormemente el disfrutar en vivo de unos clásicos que forman parte de la leyenda del heavy metal, fundamentalmente si atendemos a sus dos primeras obras. Eso tampoco se les puede quitar. Fue un concierto que se puede vivir de una manera muy diferente si esos discos los tienes como clásicos de tu discografía o si, como es mi caso, conociendo a la banda nunca fueron de los grupos con los que crecí. Puede que esa sea la clave de mi opinión

Porque a estas alturas tampoco creo que sea tan importante que el único miembro original sea el guitarrista Axel A.J. Julius, ya que desde los primeros años la banda acostumbró al cambio constante de miembros, sino el hecho de que uno tiene la sensación de que se intenta revivir de una manera un tanto infructuosa una época mucho más gloriosa para este estilo.

Si bien ya son bastantes años los que la banda viene funcionando con su actual vocalista Efthimios Ioannidis, al cual vi bien de voz, pero no le llegué a ver en ningún momento excesivamente suelto en escena, dando una extraña sensación de no acabar de estar muy cómodo y muy pendiente de su pedalera para acabar de transmitir vocalmente lo necesario en cada tema. El caso es que la regrabación de algunos de sus clásicos en su última entrega “The Galactos Tapes” debería de darle toda la seguridad ahí arriba.

Puntualizaciones personales aparte los temas clásicos hicieron las delicias del personal, arrancando con “Not Alone” y “Terrion” para llevarnos a los primeros años de la formación, aunque en su honor hay que decir que también apostaron por su último disco de nuevos temas “The Judgemenet”, con canciones como la homónima “The Judgement”, “TTB” o “Eutopia”.

Por el camino nos dejaron grandes himnos como “R.M.U.” o “Wonder”, donde el  vocalista se acercó a dar la mano a las primeras filas, mientras que “Rubberman” sería otro de los grandes momentos, aunque este ya perteneciera a la difícil década de los 90, al igual que “After The Storm”. No dejaron de lado tampoco aquel “Ball Of The Damned” del 97 con “Puppet On A String”, en una época donde pudieron haber cogido la estela de un resurgir del metal clásico, aunque quedarían nuevamente a la sombra. Parece el sino de su trayectoria.

De manera excesivamente temprana la banda preludió el final con un “Buy Or Die” muy apoyado por el personal y el clásico “Warp 7”. A modo de bis, aunque la banda no llegaría a abandonar el escenario completamente, nos brindaron “Across The Universe”, dando la sensación de marcharse de una manera demasiado precipitada.

No defraudaron a un público ávido de revivir la vieja escuela alemana. Metal añejo, del que precisamente hará las delicias del que busque precisamente eso a cargo de uno de los grupos que pese a los cambios de formación lo sigue llevando en vena.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)