KARTZAROT

30 – 01 – 16

Portugalete (Café Rock Volatín)

 

 

Era la presentación de su disco de regreso, “Arima Ez Da Galtzen” en la margen izquierda. Llegamos un poco tarde a un Cake Rock Volatín bastante repleto. No era para menos, ya que con entrada gratuita teníamos la oportunidad de ver a Kartzarot. Unos veteranos que han regresado con la mejor de sus sonrisas y con las mayores prestaciones. Y no solo lo demuestra un trabajo recopilatorio que dejó bien a las claras lo mucho y bueno que dejaron en los 90, sino un disco con temas nuevos que bajo mi punto de vista se encuentra entre los mejores del pasado 2015.

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Entramos por la puerta cuando comenzaban a descargar “Domingos De Caña” y aquello sonaba de cine. La fiesta y el buen heavy metal ya estaban servidos. Nos perdimos la “Instrumental” e “Indartsuen Erosotasua” por problemas lógicos (de aparcamiento) en Portugalete. Y es que es un acto de masoquismo ir en coche a la localidad portugaluja, pero era la única forma de tener tiempo de ver en la misma noche a Jardín Infierno en Basauri, de dónde veníamos, y a Kartzarot en Portu, donde nos encontrábamos prestos a disfrutar de lo lindo.

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Y es que ni el sonido, ni la ejecución, ni la actitud de los músicos falló en absoluto. Todos los condimentos estaban dispuestos para disfrutar el heavy metal ochentero con marca propia de la banda. Con momentos tan bordados como “Sehaska Kanta”, cuyo mensaje es precioso.

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Momentos como este se alternaron con alguno nuevamente festivo como el clásico que ya hicieran suyo en la primera época de la banda “Maritxu”, dando paso a uno de los tomazos de su nueva obra como “Patakon”. Sonido excelente y mucha fuerza la que trasmitía la banda dese el escenario para que el público disfrutara de la calidad de un grupo en el que existe verdadera química. Y no solo en la vieja guardia de guitarras de Mellid y Javi, o la voz de Asier, sino en el acoplamiento de la base rítmica de Txetxi y Cobelo.

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“Eskutitza Barnetik” y “Stop Kaleratzeak” se sumaban a “Zazpiak Bateginik” en un tramo muy veloz de la actuación, que desembocó en “Ume Gaixoak” uno de esos tomazos que tiene peso específico en una trayectoria.

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Asier pedía que termináramos a coro y a capela el estribillo de “Kartzarot”, lo cual comenzaba a indicar que nos acercábamos al final de la descarga. No en vano, el tema homónimo de la banda es uno de sus clásicos más recordados, como lo es “Azaroak 20”. Pero aún quedaba un momento para que a alguno se le cayera alguna lagrimilla, con esa balada tan personal llamada “Zure Deia Watsapean”. Nada que ver con la temática amorosa y un homenaje merecido que a todos los que nos ha llegado la música de la banda nos toca la fibra sensible.

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Con ello amagaban con despedirse, pero no tardaron en arrancar con “Utzi Bihaurko Fredy” para esta vez sí despedirse habiendo dejado el mejor sabor de boca a cualquier amante del heavy metal tradicional, pero con una personalidad única. La que hace que Kartzarot merezcan su sitio en el panorama actual. Y es muy de valorar que su historia haya contado con una segunda parte que nos da la posibilidad de disfrutar a un excelente grupo de heavy metal. Estas oportunidades no hay que desaprovecharlas. Que sea para largo y siempre con este feeling entre grupo y seguidores.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)