CRÓNICA: ULTIMATUM + INKUBO

ULTIMATUM + INKUBO

22 – 02 – 13

Barakaldo (Edaska)

 La historia de Ultimatum se parece a la de muchos otros grupos punk de los años 80. Todo fue fulminante. Apenas tres años de andadura tuvieron en aquella añorada década, desde el 84 al 86, para terminar por sucumbir ante problemas que obligan a la banda a parar. Las drogas, entre otras cosas, fueron un elemento mortal para muchos jóvenes de la época, lo que también acabó con muchas bandas. Una de ellas fue Ultimatum, que tuvo que despedirse sin dejar tan siquiera la edición de un solo disco. Pero el grupo ha permanecido latente en la mente de su vocalista Kutxa, único miembro original actualmente en la banda. Los temas que nos han presentado en su reciente “Sacrilegio” pertenecen en su mayoría a aquellos años y, visto los tiempos que corremos, perfectamente podrían haberse escrito para el contexto actual. Lo que, sin embargo, añorarán algunos será esa esencia visceral y directa a la cara que hoy en día queda muy aparcada en la mayoría de las bandas. Ya no quedan muchas bandas como Ultimatum, ni siquiera los que han permanecido a lo largo del tiempo. Por eso, era una noche excelente para disfrutar de ese punk rock que tanto marcó una época.

Y qué mejor que contar con Inkubo como grupo acompañante. Los anfitriones les abrieron el camino a su actuación a una hora más tardía de lo habitual. El derbi de San Mames quitó seguramente algún que otro asistente, pero hubieran tenido tiempo de sobra de ver el partido y pasarse por la Edaska a quitarse las penas o celebrar el triunfo, depende del caso.

No conocía a Inkubo, que me dejaron una sensación fantástica. Si el punk rock tiene fama de ser un estilo que no cuida mucho los detalles deberían echar una escucha a Inkubo. Es rock visceral, de mensaje instantáneo, pero con un trato vocal cortante muy bien tratado, y detalles de guitarra que salen de los riffs directos para ofrecer algunos solos que dan otro aire a las canciones. No dejan de ser una banda que rezuma clásico sabor del rock radical de nuestra zona. De hecho lo hacen con mucha fidelidad, pero hay que valorar lo que transmiten con su actitud y su buen hacer.

Y hago esta valoración sin que esta fuera su noche más afortunada. Problemas con el sonido les hicieron no estar del todo cómodos y el concierto no cogió demasiado ritmo. Sin embargo, me quedo con su capacidad para fabricar himnos de lo más punzantes, reivindicativos y directos como si el tiempo fuera cíclico y de nuevo volviéramos a aquellos años que muchos no han olvidado. Solo que Inkubo es una banda que funciona en la actualidad.

Pero los lemas pueden seguir siendo los mismos de antaño. Por eso Ultimatum han sentido la necesidad de volver. En tiempo de crisis, con todo lo que vivimos, hay una necesidad de denunciar lo que está ocurriendo, mandarlo todo a la mierda por la impotencia de poder hacer mucho más ante los que mandan, o cagarse en todo ello. Al menos nos aliviará un poco.

Esos es lo que hacen Ultimatum con sus canciones. De hecho, dentro de su única obra editada hasta la fecha, el único tema nuevo llamado “Cloacas” viene a decirnos más o menos eso. No faltó este tema en su repertorio durante esta actuación. La sorpresa fue que además de los temas de “Sacrilegio” el grupo presentó un puñado de temas nuevos que integrarán su segunda obra.

Cargados de actitud salieron al escenario, aunque sin ocultar la decepción de la poca respuesta de público. Los tiempos están igual de jodidos que en los 80 o tal vez más, por eso una banda como Ultimatum puede tener vigencia en la actualidad, pero sí que ha cambiado algo… La gente joven de hoy en día no tiene ni de lejos el espíritu de la gente de aquellos años. El rock no es una cultura que prime en los bares, pese a la ignorancia de los grandes medios. Nos hemos acomodado y en una noche fría como esta, con partido televisado en abierto, la gran mayoría de los mortales opta por quedarse refugiado en casa ante el ¿deporte? utilizado como opio del pueblo. Hay quien ha olvidado que la vida está en la calle y en salas donde se expande una cultura con una filosofía clara.

Evidentemente no faltó allí quien ha sobrevivido al paso de los años sin dejar de lado todo lo que lleva mamando desde siempre, pero necesitamos también un público nuevo que valore lo que supone tener ante sí a un exponente de un movimiento del que sigue habiendo mucho que aprender.

Por ejemplo, a dar la vuelta a las situaciones creadas mediante manipulación mediática. O si no, pregúntate quiénes son los terroristas y piénsatelo bien antes de contestar. Para ello tienen un himno llamado “Ley Anti-terrorista”. De lo mejor de su repertorio, aunque cabe destacar cualquiera de las puñaladas soltadas con toda la rabia del mundo esta noche. Con Kutxa como cabeza visible, siempre apretando los dientes, para clavarnos con mayor fuerza principios como los de “La Ley es Muy Estricta”, “Parasitos”, “Lucha Por Tu Patria” o “No Al Estado Policial”. Un vocalista secundado por una banda que brinda lo que necesitan estas composiciones. Después de que Potxeta no siguiera en el grupo tras la grabación de su disco, tenemos en la banda a Pepo a la batería, Gaizka al bajo y Julian a la guitarra. Fantástica labor la de los tres para sostener ese fondo musical agresivo sobre el que el vocalista se erige para vomitar alto y claro todo lo que tiene que soltar.

Los nuevos temas me parecieron muy destacables y van a suponer un plus dentro del estilo tradicional de la banda. Ultimatum no van a hacer nada que de ellos no puedas esperar, será un grupo al que se deberán adscribir los que reniegan de los últimos trabajos de las bandas más longevas aún en activo, pero sí que muestran un crecimiento sin que ellos probablemente se den cuenta. 25 años después de su separación los de Iruña han compuesto nuevas canciones con títulos explícitos como los de “Resiste” o “Sacerdote So-cerdote”. Hubo algún tema nuevo más, como el de “Apretar y Apretar”. Sin olvidar para terminar el homónimo tema de su única obra hasta la fecha “Sacrilegio”.

Así que se presenta un futuro interesante para una banda que merece recuperar parte de ese tiempo perdido. De momento ya han sacado del ostracismo ese legado de aquellos años salvajes que de ahora en adelante esperemos que para Ultimatum mantengan de eso su vertiente reivindicativa y radical, sabiéndolo inyectar en sus canciones con toda esta fuerza, y queden a un lado todos esos elementos que tanto daño hicieron a esta vertiente de la cultura del rock. Así, siendo unos veteranos, podrán abrirse a una estabilidad que les haga verse como el referente de estos sonidos del punk rock más puro que en su día pudieron ser al lado de otros nombres. Ahora mismo tienen la vía libre y despejada ante un hueco dentro del rock prácticamente vacante en los últimos años. Son unos clásicos comenzando a andar en el presente.

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)