CRÓNICA: PORCO BRAVO + MOTOCICLÓN

PORCO BRAVO + MOTOCICLÓN

1 – 06 – 13

Bilbao (Kafe Antzokia)

 Michael Schenker tocaba en la Rock Star Live de Barakaldo, pero solo había un concierto en Bizkaia que pudiera hacerme olvidar el cansancio del viaje y de las horas de pie viendo conciertos en el Sonisphere madrileño, del cual apenas si acabábamos de aterrizar tras hacer noche en Madrid. La pócima se llamaba Porcociclón. Es decir, la unión de Porco Bravo y Motociclón en un mismo escenario. Los de Barakaldo y los de Vallekas han hacho buenas migas.  Y es que los hay que sin saberlo están predestinados a acabar uniéndose. Tanto es así que la pareja de grupos ha fusionado hasta el nombre en un single con 4 temas en los que cada uno realiza dos versiones de sus compadres. Como suele ocurrir en estos casos, por desgracia, los singles físicos no llegaron para el día de este concierto. Una pena, porque después de lo hecho por los dos grupos encima del escenario seguro que la venta hubiera ido genial. Ambos se baten el cobre encima de las tablas y son de los que se ganan con creces a todos los presentes en sus espectáculos.

La noticia triste era que puede ser la última vez que veamos a Motociclón por tierras vascas, aunque en estos casos siempre conviene añadir la coletilla de momento. La banda sorpresivamente anunciaba su separación, aunque todavía siguen cumpliendo con algunos directos como el de esta noche en el Antzoki. Los de Vallekas son carne de escenario, al igual que sus compañeros de batallas en este cartel. Eso hace que se disfrute la actuación desde que el grupo abre la descarga tendiéndonos la mano  con “Compadre”, sembrando el buen rollo con “Poblao Calé On Fire” y afinando la puntería con “Los Listos”. Son temas que entran en comunión con la concurrencia.

La banda pide ese calor que les hace sudar, sobre todo a su vocalista Robertez, todo un personaje encima del escenario que se hace querer con su toque cómico y su carisma.  Bien es cierto que habiéndoles visto en otras ocasiones esta vez le vi un poco solo en el escenario. No respiré la química de anteriores visitas a Bizkaia, pese a que el grupo ejecutara las canciones fantásticamente (si cabe con más garra que en estudio) y a que Trash demostrara una vez más ser un guitarrista alucinante. No le adjudicaríamos a una banda de extrarradio una figura a las seis cuerdas con esa técnica, pero sus cualidades son de un excelente instrumentista.

Entre los temas que más gustan tenemos que meter esa balada musicalmente sublime, pero con letra desternillante, “Comiéndote El Ojal En Un 127 Abandonao” de su trabajo “Gentuza”, sin olvidarnos de “Soy Un Mutante Del Rock” de “Costras y Tachuelas” y de “Warriors” de “Himnos de Extrarradio”. Por destacar algunos concretos de los que representan a cada uno de sus discos editados y que en directo son infalibles. Muy celebrado el potente y heavy (a su manera) “Air Guitar (Guitarras Del Rock)” que hizo reaccionar a la concurrencia.

Nos brindaron una nueva descarga para amantes de un rock sin complejos que supone libertad de mostrarse tal y como es uno mismo. Por eso Motociclón ha llegado a ser una banda completamente atípica dentro del rock. Un grupo que hace cobrar un significado total a adjetivos como genuinos y auténticos. Por eso resulta una pena mayor que esta sea la gira de un parón que, por otro lado, parecen necesitar en el plano personal. No pude dejar de apreciar cierto desgaste en la relación de los músicos encima del escenario pese a su buena actuación.

Porque otra cosa bien distinta ocurrió con Porco Bravo. Un grupo que siempre que les he visto han disfrutado encima de las tablas por encima de todas las cosas y que se ven como un bloque infranqueable a la hora de hacer rock & roll. Cierto que ante el aumento de su popularidad ha habido conciertos con más responsabilidad que otros, pero ante todo si vas a verles en directo debes de prepararte para una fiesta como pocos grupos van a saber dar hoy en día. Una vez más, jugando en la plaza donde más a gusto les he visto en anteriores ocasiones, pusieron patas arriba el Kafe Antzokia.

Manu (Gallego) se volvió a erigir como un frontman inigualable mientras que la banda suena como un trueno, demostrando que no son un simple circo, sino que esto suena a banda cada vez más grande. De hecho, creo que este es el mejor concierto que les he visto hasta la fecha, tal vez precedido por la anterior ocasión en que incendiaron el Antzoki. Cada vez que vuelven se superan y montan lo que es imposible describir con palabras. No dejo de sorprenderme y de salir de sus conciertos pensando que he visto algo enorme digno de verdaderas estrellas del rock.

¿Qué exagero? Dicen en “Show” que si no nos crees no nos has visto, tema en el que confeti aparte el espectáculo está en la actitud irreverente de unas bestias salvajes del rock que encuentran su hábitat cuando suben a un escenario, sobre todo cuando el recinto permite el calor de un público cercano que arropa a un vocalista para el que no existe el dolor ni el peligro. Sí, se volvió a grapar unas hojas en el pecho para prenderle fuego cuando “La Piara” fue ejecutada con la misma frescura que la primera vez. Tras dos trabajos posteriores es destacable que los temas de su primera demo siguen ocupando lugares preferentes en sus repertorios. Son temas muy esperados, además de significativos como el recientemente mencionado. También lo es “Se Acaba” o “Quiero Verte”, con la cabeza de jabalí siempre activa en sus conciertos.

También lo está esa bandera mostrando el título de “Grooo!!!”, última referencia de la banda de la que temas como “El Cazador”  o “Lasciva”, con Robertez ayudando en la colaboración que ya llevó a cabo en estudio, son temas que dejan huella en la memoria. Puedo decir lo mismo de “Hotel” y su gran estribillo, o la rabia de “He Matado A Dios”. Robertez se encargó de la armónica en “Deja Vu” y Manu montó un pogo de escándalo por toda la sala durante “Bicho Raro”. El escenario se le queda pequeño y, cómo no, se lanza al público mientras sigue cantando “Donante”, cuando no es capaz de subirse a la parte superior del recinto.

Puedo mencionar su repertorio de principio a fin, aunque estaba demasiado centrado en disfrutar de cada uno de los temas y perdí la cuenta de cuantos fueron. Con ellos lo conveniente es vivir el momento. Recuerdo un “Puto Amor” alucinante, un “Yumas” de homenaje a Motociclón para el que Robertez no se cortó en salir de nuevo a participar en la fiesta que había que rematar con uno de los números que no había visto aún en directo. Desde hace un tiempo Manu se atreve a subirse en una tabla de surf en pie, sin miedo a la fuerza de la gravedad y utilizar al público como un mar que debe generar las olas que lo muevan por toda la sala sin perder el equilibrio. Nos podemos reír de la balsa hinchable de Rammstein y perdón por la odiosa comparación.

Surcaba los mares el vocalista con el público en el bolsillo antes de finalizar con uno de los momentos esperados. Porque también hubo bengala en el culo y fuego surgido de las guitarras durante “Sin Ti”, en la que Manu le pisó la pedalera a Asier. Este por poco le mata en el momento del desaguisado. Después de todo, lo increíble es que nunca rompan nada… Pero reincido en que aparte de eso fue brutal cómo la banda hizo retumbar el Antzoki. Y es que no nos engañemos, sin una buena banda el espectáculo no sirve. Pero si a la buena ejecución y a la actitud añadimos todo lo demás tenemos descargas de las que no te olvidarás nunca. Tendrás que repetir para comprobar que fue real y deberás invitar a tus amigos para que te crean. Así la piara seguirá creciendo.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)