OPETH + PAIN OF SALVATION

18 – 11 – 11

Bilbao (Santana 27)

Irresistible noche para los amantes del metal progresivo con dos de las bandas más interesantes y punteras en la actualidad. Así quedó demostrado con una buena entrada en la sala Santana 27 de Bilbao. No eran pocos los que le veían tanto o más atractivo a Pain Of Salvaition que a los propios Opeth, cosa entendible viendo la inmaculada trayectoria de los primeros en los últimos años, cosechando excelentes críticas de sus últimas obras. Por ello estuvimos puntuales en las puertas de la sala, sin embargo, apenas mediaron unos minutos de la apertura de puertas al comienzo del concierto. Ello, unido a un pequeño desbarajuste de los encargados de las acreditaciones, hizo que nos perdiéramos la interpretación de “Softly She Cries”. No solo nosotros, sino todos nuestros compañeros de prensa.

PAIN OF SALVATION
PAIN OF SALVATION

Y no estaba la cosa para perderse ni un solo minuto de la descarga de los suecos, ya que no era mucho el tiempo del que disponían. No nos podíamos creer que una banda como Pain Of Salvation solo fuera a contar con media hora de descarga. De hecho, charlando con la gente antes de entrar al recinto dábamos por hecho que se alargaría hasta al menos 45 minutos. Pero la realidad fue así de irrisoria y tuvimos que ver a una banda de progresivo descargando sin apenas mediar palabra todo lo que le dio tiempo en los 30 minutos estipulados. Un simple sorbo que no sació a nadie.

PAIN OF SALVATION

Lo que hay que decir es que su tiempo en las tablas fue de una brillantez que, de haber contado con un par de temas más, hubiera eclipsado a los mismísimos Opeth. Su descarga se basó fundamentalmente en sus últimos “Road Salt One & Two”, con estupendos temas en los que pudimos alucinar con la imaginación de esta banda, con su calidad y con la espectacular voz de Daniel Gildenlöw, ayudado por la excelencia de una banda que rozó la perfección en temas como “1979”, “Ashes” y “Conditioned”. No nos podíamos creer que el grupo anunciara tan rápido su despedida, casi parecía aquello una participación reducida de un concurso de música que una banda internacional con todo el respeto ganado, por mucho que hiciera de telonera para otra gran banda. El caso es que por mucho que nos doliera tras “To The Shoreline” solo quedó tiempo para “Linoleum”. Pese a lo corto de repertorio, dejando un recuerdo imborrable de un tema que terminó la actuación de Pain Of Salvation en las más altas cuotas de un nivel digno de una banda verdaderamente grande. Por eso no me parece justa su situación en esta gira con Opeth, porque más que unos teloneros deberían ser tomados como unos acompañantes de lujo. Su público merece verles en una actuación completa, así que esperamos pronto una nueva visita sin ningún recorte.

PAIN OF SALVATION
PAIN OF SALVATION

Nunca había visto a Opeth en vivo, con lo que tenía ganas de comprobar y opinar por mí mismo sobre una banda que ha evolucionado cada vez a terrenos más introspectivos. Gustará más o menos, pero es uno de esos grupos que no deja a nadie indiferente. Nos presentaban su último “Heritage”, un álbum sobre el que he oído diversidad de opiniones. Por lo tanto, para dejar satisfechos a todos sus fans deberían ofrecer temas de todas sus épocas y no quedarse  en una mera presentación de su más reciente referencia.

OPETH
OPETH

En el aspecto musical la banda resultó excelente, aunque pudimos ver entre alguno de sus más clásicos seguidores gestos de desaprobación desde bien pronto, ya que comenzaron con temas de su nuevo disco como “The Devil´s Orchard” y “I Feel The Dark”. Lo que a muchos pudo desagradar fue comprobar que cuando rescataban algo del pasado era para seguir esa línea íntima en la que metieron “Face Of Melinda” y “Porcelain Heart”, cosa que en algún caso provocó hasta que los de seguridad de la sala llamaran la atención de algún contrariado fan que no comparte la evolución de Mikael Akerfeldt y su grupo. La gran mayoría, sin embargo, disfrutó de una propuesta a la que no cabe ponerle ninguna tacha en el aspecto musical, gustos personales aparte.

OPETH
OPETH

Opeth llegan a recordar a día de hoy a Marillion, nadie diría que proceden del death metal, de lo que nada queda en directos como el que estábamos presenciando. Incluso se permiten meterse en terrenos acústicos con un set conformado por “The Throath Of Winter”, “Credence” y “Closure”. He de decir que aquí el concierto se tornó algo pesado, aunque soy de los que admira y respeta la densidad por la que transcurre hoy en día la carrera de los suecos, que seguían provocando en más de un seguidor que añoraba otros tiempos más duros reacciones adversas, sin llegar a resultar demasiado notorias entre una mayoría que, si no entusiasmada, estaba disfrutando de una banda de inmensa calidad y del genio de sus músicos y, más en concreto, del genio de su líder Mikael Akerfeldt, que con sus moderados gestos atraía todas las miradas.

OPETH
OPETH

Puestos a despertar del ligero letargo acústico, dedicaron a Dio “Slither”, tras recordar a grandes nombres del heavy metal y reparar en el fallecido mito, preguntando cuántos éramos fans suyos. A lo que respondimos afirmativamente prácticamente todos los presentes. Fue el momento más movido de la noche, aunque nos quedaban momentos de excelsas guitarras como fueron “A Fair Judgement” y “Hex Homega”, metidos en el mismo contexto que todo el repertorio, pero con un ápice más duro para despedirse antes de un último bis, que correspondió a otra nueva pieza como “Folklore”, dando por finalizada una actuación que dejó buen sabor de boca a los que desde hace un tiempo se han abierto a la propuesta en constante evolución de Opeth.

OPETH
OPETH

Bien es cierto, que es comprensible que haya un sector del público que no comparta la postura de la banda de un tiempo a esta parte, pero en ese riesgo radica la genialidad de quien emprende un camino propio que les hace ser grandes en la escena actual. Porque Opeth, desde luego, no es una banda que pase desapercibida en una escena cargada de bandas clónicas. Ello les lleva a estar siempre en sintonía con lo último que han editado. Por ello fueron 5 los temas elegidos de su última obra, como columna vertebral a la que se acoplaron otros temas que terminaron por sonar en una misma onda a ese último “Heritage”, cosa que unos pueden interpretar como falta de fidelidad,  mientras que sus actuales seguidores allí congregados precisamente valoran esa capacidad de amoldarse a un nuevo terreno en cada nuevo paso de su carrera. Porque el sentimiento general fue satisfactorio y porque quien suscribe, reconociendo que en algún momento podamos llegar a unas profundidades demasiado exigentes para algunos oyentes, debe destacar la calidad de una banda que, sin ser apta para todos los públicos y perturbando a sus propios seguidores en muchos momentos, se ha ganado un puesto entre los grandes del metal actual.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)