CRÓNICA: OBSIDIAN KINGDOM + CONTINUO RENACER + LINES

OBSIDIAN KINGDOM + CONTINUO RENACER + LINES

21 – 09 – 13

Erandio (Sonora)

Tres propuestas muy poco usuales en cuanto a su estilo las que teníamos oportunidad de disfrutar esta noche en la sala Sonora de Erandio. Tres bandas escurridizas ante las etiquetas, dispares entre sí, pero unidas por su afán de buscar un estilo que pueda salirse de tónicas ya conocidas. Así que para un público abierto, inquieto y exigente era una noche a no perderse. Si bien, siempre existe el riesgo de la falta de comprensión de aquello que no sigue reglas, que se sale de la norma y que explora ciertos terrenos que resultan un reto para el entendimiento de las mentes musicalmente más cuadriculadas. Lo que quedó claro es que los que decidieron asistir esta noche a la Sonora eran un público inconformista que busca nuevos horizontes musicales; un público necesario para la evolución de nuestra música, reflejada en lo que esta noche cada una de las bandas nos iba a ofrecer.

En primer lugar aparecieron Lines, cuya imaginación musical sorprende. Eso ha quedado bien reflejado en su primer EP, del cual nos interpretaron sus tres temas “Goathemala”, “Sonora” y “Timeless Echo”. A ellos se añadió alguna nueva composición que seguirá indagando en esos sonidos de metal progresivo y moderno con trabajadas y atípicas estructuras. En ejecución estuvieron perfectos, aunque les falta perder algo de miedo al escenario y sentirse tan libres en sus movimientos ahí arriba como en su mente creativa reflejada en estas canciones tan ambientales como crudas, tan duras como reflexivas. Un encuentro de muchas sensaciones que se entrelazan y casan perfectamente merced a la armonía que estos músicos le saben dar a lo que en principio parecería una locura. Pero no es así, simplemente es buena música, incansable a la hora de explorar límites. Y como toda buena música ha de tener la posibilidad de ser defendida en directo acrecentando, si cabe, las sensaciones. Una labor que se complica ante la riqueza de elementos que encontramos en Lines, algo que siempre puede quedar disimulado en la potencia de un directo, pero el cuarteto defiende con excelencia la interpretación en vivo de este conglomerado de emociones.

Prácticamente no he seguido a Continuo Renacer y eso que se formaron hace ya algunos años. Fue allá por 1994 cuando esta banda guipuzcoana cobró vida. Pues después de verles, por primera vez en mi caso, en directo me debo dar una colleja por haberme estado  perdiendo a uno de los grupos más impresionantes de la escena euskalduna. Su metal progresivo revestido de metal extremo es musicalmente de una altura digna de gigantes de virtuosismo.

Tan solo tuvieron tiempo de interpretarnos 5 temas, dos de ellos cantados. Los otros tres fueron magistrales piezas de metal progresivo defendidas por un trío alucinante en equipo y también por separado. Cuando al conjunto se le suma la calidad individual de sus componentes y eso se empasta perfectamente el equipo resulta casi infalible. Y así fueron Continuo Renacer esta noche en una actuación que dejó boquiabiertos a los presentes.

Se vieron ayudados por algún sampler que metió ciertos efectos y detalles, pero la parte más orgánica de la banda reflejó perfectamente que no hablamos de juegos de artificio, sino de unos músicos impecables con cada uno de sus instrumentos.

Menuda papeleta que resulta para cualquiera salir a escena después del derroche de los anteriores, pero aparte de que la música no es una competición también queda de lado hacer comparativas cuando hablamos de propuestas en la que cada una atesora su propia esencia. Y es que si también hablamos de progresivo con Obsidian Kingdom el planteamiento cambia por completo con respecto a los anteriores. En este caso, los cambios estructurales se vuelven más sofisticados y hablamos de una banda que nos mete más en un contexto emotivo que supera la ejecución técnica de sus canciones. Quien haya escuchado su primer disco largo “Mantiis” entenderá a lo que me refiero. Una obra conceptual que consta de un solo tema dividido en 14 cortes y en la cual nos introdujeron con su interpretación integra esta noche los catalanes.

Para ello el componente visual juega un papel importante. Dos pantallas ubicadas a ambos lados del escenario iban amoldándose al tramo del disco que en cada momento interpretaban estos alucinantes músicos que sonaron con una limpieza absoluta. Clavaron lo que se encuentra en esa obra, acrecentado por la pasión que se trasluce de todos sus componentes. Incluso me sorprendieron más gratamente de lo que esperaba pese a haberme gustado ya bastante “Mantiis”, pero es que el directo siempre ofrece un extra superior. Si alguien pensaba que la interpretación íntegra de una obra conceptual con fases contrapuestas podría hacerse pesada en directo no podía estar más equivocado. Como un suspiro pasó su concierto, mientras que música e imágenes iban removiendo nuestro interior en unas sensaciones tal vez muy abstractas para ser explicadas con unas simples palabras. Pero indudablemente conmovedoras.

Los pocos momentos que deja la obra para aplaudir entre tramos más agresivos y reflexivos fueron aprovechados para brindar los aplausos que hacían notar el aprecio del personal por lo que estaba presenciando. Algo que la banda pudo percibir, para continuar entregada a un arte que entienden de una manera especial y que de la misma manera nos brindan, llevándolo a la cúspide emotiva y al límite de la imaginación.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)