CRÓNICA: MY SWEET TORMENT + BLOODLUST

MY SWEET TORMENT
MY SWEET TORMENT + BLOODLUST
Sábado 22 de febrero de 2025 – Sala Groove – Portugalete, Bizkaia
Una década de silencio por parte de My Sweet Torment se ha roto con la edición de su nueva obra “The Order Of The Shadows”, con la lógica consecuencia de un regreso a los escenarios que personalmente esperaba con ganas. My Sweet Torment es uno de los grupos que más se ha currado la puesta en escena en Bizkaia, con una propuesta teatral que tal vez solo se pueda equiparar por aquí a Elizabeltz a nivel visual. Al menos en estudio la banda ha regresado en el mismo punto musical en que lo dejó en sus primeros tres discos. Es decir, un estilo barroco de metal extremo sinfónico con diversas tonalidades y con ese carácter tan cinematográfico que lo hace propicio para obras conceptuales. Además, se conmemoraban 20 años de su debut “Electrocardiogram”, cuya copia física regalaban nada más llegar a la sala.


Les acompañaron en esta presentación en Bizkaia los madrileños Bloodlust, joven banda de thrash metal que traía bajo el brazo su nueva obra “Yet Nothing Shines” y toda la ilusión de exponer su propuesta ante la audiencia local. Lo hicieron de una manera completamente opuesta a la de sus acompañantes, sin más parafernalia que el estampado sonoro en la cara de temas como “Field Of Bones”, “Neo Stigma” o “Killwaukee”, apostando de lleno por esa obra, aunque algunos temas ya se incluyeron en su debut como un “In Vain” rotundo en el ecuador de su descarga.


La banda desplegó un buen trabajo doblado por parte de ambos hachas, con una base acoplada y un vocalista que sabe alternar registros mas extremos con otros rasgados y agudos, dando versatilidad a su propuesta musical. No es que reinventen nada y cierto es que pueden ir ganando algo más de soltura con la acumulación de conciertos a sus espaldas, pero no dejan de ofrecer un estilo cargado de nervio para golpear sobre nosotros con temas de su homónimo debut como “God” o “Within My Blood”.


Tras ello la banda se dejó querer amenazando abandono del escenario, pero nos ofrecieron una versión final, tras la petición de otra mas por los presentes, de “Forsake Not The Dream” de Trivium, destapando una de sus más que posibles influencias para su thrash metal rejuvenecido en fase de desarrollo. De momento denotan aun cierta falta de asentamiento. Han sufrido cambios en la banda, sobre todo en la voz, lo cual puede requerir tiempo, y todo grupo necesita rodaje, pero nos quedamos con su energía y los visos de un futuro próximo que puede ser muy prometedor a nada que la banda coja confianza. Buenas bazas tienen para hacer de sus conciertos algo explosivo.


Es evidente que el haber estado 10 años sin subirse a los escenarios hace que cueste ver a una banda en plenitud. My Sweet Torment no dejó de acusar en esta descarga la inactividad, más cuando aparte de la complejidad de una propuesta que requiere mucha concentración a la hora de ejecutar los temas cuentan con un factor teatral que convierte a los músicos, especialmente a su cantante Maia, en actores de una puesta en escena que nos representó esta noche la reunión ritual de la orden de las sombras decidiendo el futuro de la humanidad para los próximos 100 años.


Con una intro que nos metía de lleno en la representación de un concepto más allá de lo musical veíamos a la banda aparecer en escena sin batería, que sería disparada. Pese a ello fue espectacular el trabajo de los músicos, con Sef tirando del grupo desde la guitarra y con esa aportación en voces extremas que desempeña de manera excelente, cediendo el protagonismo central a Maia mientras que el otro componente enmascarado de la vieja guardia, Jagoba, realizaba también un gran trabajo en coros y a las siete cuerdas de las que disponen ambas guitarras de la banda. Espectacular también el trabajo en el bajo de Alexander y en los teclados de Mon, que resultan fundamentales en el revestimiento musical de la banda. Ademas, la teclista tuvo algún momento para abandonar su puesto habitual y actuar.


La banda arrancó con la presentación de su nueva obra abriéndose paso entre la bruma que envolvía el escenario, reflejando el oscuro submundo en el que “The Order Of Shadows” se desarrolla. El sonido no acababa de asentarse al inicio, desluciendo en parte un tema tan redondo como “Lifeless”, pero todo ello sería subsanando poco a poco para poder disfrutar finalmente de My Sweet Torment de manera mas nítida.


“Oblivion” sirvió para que Maia nos ofreciera como puerta de entrada a la orden unas gominolas que repartiría entre el publico. Y el espectáculo continuaría con un “Dark Tramquillity” en el que vimos un sacrificio en escena, con Miguel de Bloodlust ofreciéndose para hacer de actor en este y otros momentos posteriores.


En “The Last Sunrise” la vocalista desplegó unas enormes alas con las que acabaría mezclándose entre el personal. Sin embargo, a nivel musical el momento central de la descarga me pareció el propio “My Sweet Torment”, sin mayor parafernalia que el hecho de una interpretación de lo mas redonda. Nos dejaban claro que a esas alturas ya todos habíamos perdido nuestra inocencia en “Through Fallen Innocence”, siguiendo con un “When The Nightmares Become Reality” que refleja a la perfección ese contrapuesto y a la vez tan bien ligado doble sentido que la banda porta en su propia denominación. Una dulce tormenta marcada por una aristocrática elegancia, pero con un trasfondo tempestuoso.


De nuevo Miguel aparecía en escena en “Invocation”, actuando de nuevo junto Maia. Y es que el proceso de conversión seguía su curso, para acabar formando parte de lleno de la orden cuando tras el recuerdo de uno de los clásicos, “Lust”, de nuevo le veíamos en escena enmascarado con “Shinigami”. Proceso completado.


Entre una gran ovación la banda anunciaba despedida deseándonos dulces sueños con “REM”, que fue definitivo, acabando con la banda colocada juntándose en el centro del escenario en estudiada pose mientras se cerraba el círculo ritualistico del que habíamos sido testigos. Escena final que sin necesidad de pedirlo provocó que los aplausos finales fueran mucho más efusivos.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)