CRÓNICA: LUCA TURILLI´S RHAPSODY + FREEDOM CALL + ORDEN OGAN + VEXILLUM
LUCA TURILLI´S RHAPSODY + FREEDOM CALL + ORDEN OGAN + VEXILLUM
14 – 11 – 12
Bilbao (Sala Santana 27)
Entre semana y encima día de huelga en todo el Estado. Una fecha un tanto especial la que nos tocó en la capital vizcaína para disfrutar de esta ramificación de Rhapsody comandada por el que haya sido su guitarrista y pieza fundamental en sus mejores años, Luca Turilli. Seguimos sumando grandes carteles al grupo principal, ya que en esta ocasión Freedom Call se unían a la cita, junto con unos más desconocidos Orden Ogan y Vexillum, aunque a estos últimos ya les vimos hace un tiempo en Barakaldo teloneando a Rhapsody Of Fire aún con Luca en la formación. Cartel atractivo esta tarde noche para los amantes del power melódico, sinfónico y épico.
Sin embargo, aunque no se el peso que tendría el hecho de ser jornada laboral o la huelga, tan solo un par de centenares nos dimos cita para una velada que creo que merecía bastante más. Hubo algún concierto en otro lugar que cambió de fecha por el tema de la huelga, pero en este caso decir que difícil se antojaba poder hacer lo mismo ante lo apretado de las agendas y el engorro de tener que devolver precios de entradas y demás. Era una oportunidad única de ver esta fracción de Rhapsody y mejor no desaprovecharla. Por eso me sorprendió que el joven público que los italianos siempre han arrastrado no se moviera en mayor medida.
Además cuatro bandas en el cartel iban a dar mucho de sí desde las 18:00 en que se abrían las puertas. A las 18:30 debían empezar Vexillum, pero como quince minutos antes de esa hora ya andaban por ahí los italianos luciendo sus faldas escocesas, indumentaria que les caracteriza. Su power folk es indicado para este tipo de puesta en escena.
Nos presentaban su segunda obra de título “The Bovouac” del cual nos desgranaron temas como “Dancing Goddess”, en la que el vocalista nos invitó a bailar esa peculiar danza que él mismo se marcó en el escenario. También hubo un recuerdo para su anterior “The Wandering Notes” del cual “Avalon” fue un exponente, aunque cerraron la descarga con otro nuevo “The Marketsquare Of Dooly”. La verdad que todos esos teclados y coros grabados desluce mucho el efecto de estas bandas en directo, creo que se podrían suplir en gran medida con un teclista y no buscando en las voces dobladas un efecto tan perfecto. Para eso estamos en un directo. Pero hay que reconocer que en lo suyo tiene su punto y pueden ser interesantes para los más acérrimos de estos sonidos, si bien tampoco ofrecen nada excesivamente novedoso.
Lo mismo puedo decir de Orden Ogan, aunque estos pueden tener una pizca más de personalidad. También ellos visten de curiosa manera, en este caso con unos haraposos trajes. Tanto es así que el neumático en el hombro derecho de guitarrista y vocalista casi pasa desapercibido. Tuvieron un poco más de tiempo que sus predecesores, aunque también fue una actuación bastante fugaz, con tan solo 7 temas en el repertorio. Pese a ello la banda supo dar un repaso a sus cuatro discos editados hasta la fecha.
Temas como “To New Shores Of Sadness, “We Are Pirates” o “To The End” muestran a una banda que en este estilo sabe hacer las cosas bien. De nuevo tuvimos que contar con el teclado y las orquestaciones grabadas, pero la banda brindó un buen concierto en líneas generales. Intuyo que les hubiera venido muy bien retroalimentarse con un público más entregado, porque la banda busca ese calor y transmite carisma. Nos dijeron que grabáramos el último “Angels War” y lo subiéramos a youtube, bromeando con que hiciéramos un video-clip para ellos. Finalmente foto para el recuerdo desde el escenario con los asistentes juntándonos lo más posible para hacer bulto tras el buen rato ofrecido al personal.
El cartel daba un salto en cuanto al nivel de popularidad alcanzado por las bandas con Freedom Call. Los alemanes han conocido mejores épocas. De hecho hace cosa de 10 años hubieran metido ellos solos más del doble de gente que estábamos allí. Pero esto no le quita el buen humor a la banda, que ya demostró hace unos meses en Donosti que en directo dan todo lo que tienen y nos hacen disfrutar a todos de los lindo.
Tan solo iban a tener tiempo para 8 temas, así que fueron directos al grano con su homónimo “Freedom Call” y posteriormente “The Eyes Of The World”. El grupo conectó en seguida con sus seguidores, más de uno con camisetas del grupo. En su caso los teclados grabados tienen menos importancia que con las anteriores bandas y son un grupo más de directo. Aunque no estaría de más que cogieran un teclista para sus directos, se notó esta noche en este cartel su heavy metal más directo que complació rápidamente a los asistentes.
Happy metal, como diría Chris Bay, que es un tipo con una sonrisa eternamente en el rostro con un carisma innato. El rubio vocalista y guitarrista de Freedom Call no oculta esa devoción por el estilo que acuñó Kai Hansen. Ahora Dann Zimmerman ya no está en la banda, pero está clara la deuda con esos Gamma Ray con los que pese a todo siguen en conexión. Bien es cierto que su última obra refleja influencias diferentes y que la banda ha labrado su terreno. Ahí quedo ese “Rockstar” para representar su último “Land Of The Crimson Dawn” cuyo telón lucía en el fondo del escenario.
El tiempo apremiaba y la banda nos dedicaría algunos temas adorados por sus seguidores, como “Power & Glory” que formó la anunciada heavy metal party, o “Land Of The Light”, que puso a dar botes a todos los presentes. Una fiesta de verdad. Por el camino hoy me sobró un tema como “The Quest”, con tan poco tiempo hubiera sido preferible centrarse en temas más animados. En cualquier caso, una descarga corta pero con positivas vibraciones. Su estilo habrá caído en popularidad, pero la banda es muy segura encima de un escenario.
Una intro de película dio la bienvenida a la actuación de estos Rhapsody de Luca Turilli. Con los créditos presentándonos a los actores del concierto uno por uno las imágenes y la música de “Quantum X” nos metían en el inicio de la descarga. La banda salió a escena con “Riding The Winds Of Eternity”. La pantalla no dejó de mostrar imágenes, muy importante para un grupo que cuida al máximo su puesta en escena. Bien es cierto que ello no se acompaña con ninguna indumentaria especial por parte de los músicos.
Espectacular fue también la presencia y la voz de Sassy Bernert. La vocalista alemana que colabora en “Ascending To Infinity”, disco que nos presentaban esta noche, apareció en varios momentos del show, marcándose unos duetos inmejorables con un Alessandro Conti pleno de voz. Su registro tiene los límites a alturas insospechadas, y aunque en comparación a Fabo Lione este puede eludir más los tonos graves, es capaz de hacer volar su voz por encima de orquestaciones con una potencia y un chorro vocal inagotable.
Tras “Clash Of Titans”, en “Tormento E Passione” apareció por primera vez la espectacular Sassy Bernert, presentando precisamente el primer trabajo de Luca Turilli´s Rhapsody. El cine en torno a la música se mezcló levemente con la teatralidad de una actriz que disfrazada de hada se marcó un baile con elementos luminosos en su cuerpo en “Rage Of The Winter”. La actuación estaba plagada de alicientes en lo sonoro y en lo visual.
También aliciente es tener enfrente a un guitarrista que ha marcado una época en los últimos 15 años. En ese periodo son muchos los discos que ha creado Luca Turilli bajo la denominación de Rhapsody, posteriormente Rhapsody Of Fire, pero también en solitario. Aparte de presentar esta nueva obra de una nueva etapa, que no se si dividirá a los fans o les hará aprovechar el contar con dos bandas que les ofrecerán discos y conciertos a su gusto, el repertorio contó con buena representación de esos otros trabajos editados bajo su propio nombre. Para dar muestra de lo que nos ofreció en solitario en unos trabajos que también poseen la marca y la calidad del guitarrista italiano, nos desgranaron piezas como “Demonheart”.
Antes del solo de batería defenderían nuevamente su apuesta actual con “Excalibur”, fiel en todos los sentidos a la trayectoria de Luca Turilli. Alessandro nos explicó la falta de Dominique Leurquin por un percance en su mano que impidió que el grupo hoy contara con dos guitarristas y prometiendo volver en un futuro con el grupo al completo. Algunas guitarras estuvieron grabadas, pero de forma general no se apreció tanto, cayendo todo el peso sobre Luca. Pensé que se iba a dejar notar más esta falta y que se iba a desnaturalizar más el sonido, pero tampoco fue así, apreciándose de forma general tan solo una única guitarra que se desdoblaba en su trabajo. Al menos cuando no metían todos esos coros y orquestaciones que, en el caso de Rhapsody, están totalmente justificadas puesto que sería imposible de llevar al directo una propuesta así de otra manera. Eso sí, en comparación a cuando les vi en Barakaldo con Rhapsody Of Fire me pareció que aquí buscaron un efecto más ampuloso, lo que camuflaba las voces hechas en directo en algún momento. Cuando pude ver a Fabio Lione su voz se dejaba notar más cruda en medio de toda esa parafernalia menos voluminosa, algo que hubiera agradecido en este caso también para apreciar más nítida la labor de Alessandro Conti.
Tras el solo de batería de Alex Landenburg, contando con orquestaciones para adornarse, los componentes del grupo aparecen sentados para en plan acústico afrontar “Forest Of Unicorns” y un emotivo “Warriors´s Pride”. Decorado maravilloso con las preciosas imágenes paisajísticas de la gran pantalla del fondo. El espectáculo era digno de haber tenido una sala llena, más con piezas interpretadas con la categoría de “Flames Of Revenge”. En este tema Patrice Guers ya había tomado posiciones delanteras preparándose para el solo de bajo que ejecutó seguidamente. Tanto el solo de batería como este no fueron solos al uso, sino que contaron con elementos externos. En este caso el propio Alex se incorporó a la batería en la parte final. Siempre se hacen más amenos de esta manera. Además no fueron excesivamente largos. Simplemente unos instantes de descanso para el resto de la banda, sobre todo para el propio Lica Turilli que no paró quieto un momento sin fallar ni una nota de sus constantes solos y punteos.
De nuevo Sassy Bernert aparece junto a Alessandro Conti, para hacer un excelente “Of Micheal The Arcangel And Lucifer´s Fall”. Mostrando que con la cantidad de trabajos a las espaldas en solitario y con Rhapsody o Rhapsody Of Fire el caudal creativo en la música parece inagotable, mas cuando los recursos clasicistas abren tantas puertas a la imaginación. Por otro lado, “The Ancient Forest Of Elves” nos traía aquel debut en solitario del guitarrista que tanto sorprendió en 1999 cuando Rhapsody estaban en lo más alto.
El fuerte “Son Of Pain” nos preparaba para los momentos cumbres de la noche, que son esos en los que aparecen los temas que más fuertemente perduran en la memoria del respetable y que más sensación provocan. Sin duda uno de esos es “Dawn Of Victory”. Un momento premeditadamente alto en la actuación que sirve para hacer un pequeño parón mientras todavía resuenan esas melodías en nuestros cerebros.
De nuevo la bailarina aparece en escena y el grupo sale con uno de los singles de su nueva obra. Las imágenes del video sirvieron para dar mayor vistosidad a ese revestido de coros “Dark Fate Of Atlantis”. Puede llevar camino de convertirse con el tiempo en un clásico, al menos es de los que más impacto ofrecen en directo. Aunque no se si algún día alcanzará lo que supone “Emeral Sword”, que puso a los presentes puño en alto entonando esa memorable melodía, ese gran estribillo eterno. Podíamos intuir que este sería un álgido final, pero la banda prefirió redondear la actuación con un recuerdo al debut de Rhapsody, aquel que supuso una nueva visión en torno al heavy metal y la música clásica fundidos desde el mismo momento en que se creaban las canciones, no como una aportación extra. Ese remate al concierto llegó tras la intro de “Ira Tenax” con “Warriuor Of Ice”. Así se abrió aquel trabajo llamado “Legandary Tales” de 1997 que te guste más o menos el estilo, hoy sería uno de los álbumes claves en la evolución de nuestra música. Uno de esos discos que suponen algo importante en la historia de un género musical.
Puede que al lado de la andadura de otros grupos muchos no los consideren todavía unos clásicos, pero lo cierto es que el sello de Rhapsody desde entonces se ha extendido muchísimo. No solo por la cantidad de trabajos que ellos han editado, con figuras como Luca Turilli que a sus 40 años lleva una carrera con una larga discografía que promete aún muchas más obras, sino por lo que supusieron en una nueva generación a partir de finales de los 90. Esa huella todavía hoy perdura, aunque el estilo no goce ahora de la misma popularidad dentro de esas fases cíclicas a lo que nada en la vida se escapa. Pero no cabe duda de su importancia y de la calidad de sus trabajos y de unos directos donde saben defenderse entre una buena cantidad de orquestaciones grabadas que de otra manera no podrían llevarse al directo cuadrando presupuestos. Ahora su carrera más que iniciar una nueva etapa se diversifica, porque por un lado están los Rhapsody de Luca Turilli y por otro los Rhapsody Of Fire de Alex Staropoli, sin que se atisben demasiadas diferencias en el plano musical.
Creo que más que en una disyuntiva sus seguidores pueden estar seguros de que cualquiera de los dos defiende firmemente el estilo de metal sinfónico que ellos mismos engrandecieron. Decía Luca que en el futuro tal vez se vea una mayor diferencia, pero a día de hoy cualquiera de las dos propuestas es la continuación de toda su obra anterior. Una de las separaciones más curiosas y menos comprensibles que yo he vivido en la historia del rock. De cada uno depende tomarse esto de tener esta bifurcación como una doble opción en la que vale elegir las dos (mejor que mejor) o entender que el grupo se ha roto. Desde luego, en el caso de estos Rhapsody de esta noche siguen siendo una baza fiel y solvente a lo que representan como pioneros de esta peculiar manera de entender el heavy metal. Que sus fans no duden de eso.
Texto y fotos: Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)
