CRÓNICA: KAMELOT + AD INFINITUM + BLACKBRIAR + FROZEN CROWN

KAMELOT
KAMELOT + AD INFINITUM + BLACKBRIAR + FROZEN CROWN
Martes 22 de octubre de 2024 – Sala Santana 27 – Bilbao
Seguramente, que fuera la primera vez que Kamelot pisara Bilbao contribuyó a que la afluencia de público fuera notable pese al complicado día de la semana. La banda americana, liderada por el guitarrista Thomas Youngblood, no ha sido una de las bandas fáciles de ver por aquí, con lo que era una oportunidad que todo seguidor del power metal de mayor nivel no debería dejar pasar. Algunos tuvimos la suerte de verlos en el Z! Live de Zamora de hace 5 años, con un recuerdo prácticamente inmejorable, mientras que lejos queda algún paso por la desaparecida sala Jam de Bergara aún con Roy Khan en la formación. Esta nueva cita se convertía prácticamente en un festival en sala al contar con 4 bandas en el cartel, ya que a Kamelot se unían Frozen Crown, Blackbriar y Ad Infinitum.


Frozen Crown abrieron la velada a las 18:30, hora tempranera que les privó seguramente de haber contado con algún seguidor más. Pese a ello no estuvo mal el número de público ante el que expusieron su power metal, que en esta ocasión me dejó una sensación un tanto menos completa que la que me llevé al verles en Vitoria en 2019 como cabezas de cartel. La ausencia de Thalìa Bellezecca, ahora en Primal Fear y a la que disfrutamos en aquella ocasión, se dejó notar, aunque en la actualidad cuentan en sus filas con 3 guitarristas, habiendo incorporado a Fabbiola “Sheena” Bellomo y Alessia Lanzone, aunque el mayor peso lo sigue llevando Federico Mondelli en este aspecto, también aportando voces junto a la sonriente Giada Etro.


La banda italiana tiene recién editado su quinto disco en apenas seis años. Tan reciente que aun parecen reservarse la apuesta por él para un futuro, tirando de temas del pasado de la banda para amenizar la espera antes del plato fuerte de la noche en una actuación en la que no me acabaron de convencer con un sonido excesivamente envuelto en samplers y orquestaciones disparadas que apenas permitían apreciar el potencial que te puede dar contar con tres guitarras. Tampoco contaron con mucho tiempo, con lo que nos lo tomamos como una puesta de largo para una futura venida presentando ya su nueva obra, si bien no dejaron de conectar con un público que había venido predispuesto a mostrar su apoyo a las bandas y que coreó el final “I Am The Tyrant” para agrado de los músicos.


Pasamos a un estilo gótico con los neerlandeses Blackbriar, que entraron en escena de manera solemne con su vocalista Zora Cock envuelta por un manto del que se desproveería para arrancar con “Mortal Remains”. Por muchos motivos uno no tarda en acordarse de Epica, banda que puede ser referencia clara para ellos y a la que han llegado a telonear. Pero Blackbriar llevan su estilo gótico a un terreno algo más moderno, reflejado en dos discos de estudio como “The Cause Of Shipwreck” y “A Dark Euphony”, así como en algunos previos EP´s de los que también se acordaron en este repertorio.


La elegancia de la banda en estos sonidos oscuros es indiscutible, alternando momentos de contundencia completa con melodías tan limpias como las de “Far Distant Land” o “Cicada”, que llegan a recordar a otra probable influencia para ellos como Within Temptation. Es de destacar el ambiente que crearon en un “Deadly Diminuendo”, con la vocalista brillando en un papel muy sutil con su sensacional voz. También es destacable que la banda resulte muy creíble en vivo, con un teclado que realiza una gran labor, evitando esa sensación artificial que queda a veces cuando este elemento no se ejecuta en directo. Con “Until Eternity” se despedían de la concurrencia siendo el grupo que a título personal más me gustó entre los tres que sembraron el terreno para Kamelot.


A nivel general hay que reconocer que Ad Infinitum se llevó una buena respuesta, algo que no deja de sorprenderme por lo alejado que veo su propuesta del heavy metal. No ya solo por la voz tan pop de Melissa Bonny cuando canta en limpio, sino porque en general su sonido es poco o nada orgánico, acercándose mas a un pop electrónico que a otra cosa. Vale que de vez en cuando la actual voz femenina de Kamelot en directo suelta algún que otro gutural espectacular, pero no se hasta qué punto eso les hace metaleros.


Más allá de ello, tampoco es una banda que al menos capte mi atención, aunque por lo que vi, sí la del público presente en la sala, que correspondía con sonoras ovaciones tras las interpretaciones de temas como “Follow Me Down”, “Outer Space”, “Surrender”, “My Halo” o un “Unstoppable” que es prácticamente el único en el que capté algo de sonido crudo en la guitarra, con un solo y todo. No dudo de que hay calidad en la voz de Melissa, que además llena el escenario con su presencia, pero musicalmente mis oídos están hechos para digerir otras cosas. Con el tiempo quién sabe si esta opinión puede cambiar, pero a día de hoy no he conseguido abrir mi mente lo suficiente o, para qué darle más vueltas, no me gustaron.


Son ya doce años ya los que lleva Tommy Karevik como vocalista de Kamelot, con lo que es lógico que se vayan centrando más en sus trabajos discográficos con él como vocalista. Pero lo cierto es que en este concierto de Bilbao no pude evitar echar en falta más temas de la época de Roy Khan. No solo porque discos tan impecables y claves en el trayecto de los norteamericanos como “Epica” se quedaran sin representación, sino porque doy fe de que el actual cantante del grupo es capaz de emular perfectamente el estilo tan particular que reflejó su predecesor. De hecho, poco o nada se ha resentido el estilo de la banda en los últimos discos, con lo que creo que cuando un grupo lleva tal cantidad de discos, cumpliéndose el año que viene 30 años de su debut, es de rigor que se puedan defender con mayor presencia temas de una época dorada para su música, como fue la de finales de los 90 y principios del siglo XXI, a la que tanto le deben el estatus que hoy en día siguen atesorando. Porque la entrada registrada un martes en la sala Santan 27 deja bien a las claras que estamos ante uno de los grupos de referencia dentro del power metal internacional.


Independientemente de que apuntille este hecho, la actuación de la banda salió prácticamente perfecta. Apoyándose en algunos elementos grabados, pero con una gran aportación de teclado en vivo y algunos pasajes escénicos en el que también tuvo protagonismo Melissa Bonny, a la que creo que se le debería haber iluminado más en la parte de atrás del escenario. Bien es verdad que en momentos más protagonistas la vocalista abandonaba esa tarima para codearse con Tommy en algún que otro dueto fabuloso. Lejos quedan la aportaciones soprano de anteriores colaboradoras en la voz, dando a sus nuevos temas un cariz más moderno con esos registros guturales. Puede que otro de los motivos por los que la banda deja fuera algunas canciones del pasado.


Con un entusiasta Kaixo Bilbao por parte del vocalista y con el bajista Sean Tibbetts animando el cotarro salía a escena una banda a la que se le vio encantada de esta visita a la capital vizcaína, deseando repetir casi desde antes de haber salido a escena. Hicieron esperar la presentación de su nuevo “The Awakening” para arrancar con “Veil Of Elysium” y ofrecernos un “Rule The World” que nos llevó hasta su “Ghost Opera” de 2007. Esto nos hizo pensar en un repertorio con más representación de temas añejos de la que finalmente hubo. Evidentemente no desdeñamos de la presentación de su nueva obra, que por fin tuvo representación con “Opus The Night (Ghost Requiem)”.


“When The Lights Are Down” fue todo un subidón en la parte aun inicial del concierto, a la que se sumó “Vespertine (My Crimson Bride)”, que enganchó mucho a un público muy motivado junto a la banda. El show además daba pie a algunos momentos más teatrales como en el caso de “New Babylon”, con el vocalista encapuchado entre la solemne imagen de dos figuras femeninas custodiando el escenario, sumándose a ello la presencia de Melissa.


“Karma” fue uno de los rescates para los seguidores de la vieja guardia, antes de seguir con un Sacroimony (Angel Of Afterlife)” en el que Kaverik se alza hacia el cielo con una grandilocuencia acorde al estilo ampuloso del grupo. Ese momento especial en cuanto a lucimiento personal del vocalista se enlazó con “Willow”, tema lento ideal para encontrar la cantidad de matices que este hombre posee en su voz.


“The Humam Stain” dio paso a un solo de batería tras el que fue muy bien recibido “March Of Mephisto”. A su vez este dio paso a un solo de teclado de Oliver Palotai que sirvió de intro para un “Forever” con su pegadiza melodía a la que se unió Thomas Youngblood subido sobre la tarima en la que habitualmente vimos a la vocalista Melissa para dar una mayor emoción al inicio de, probablemente, el gran clásico que sobrevive en el repertorio. No se hasta qué punto está bien que cortaran esa emoción con excesivos cánticos del público sumados a la presentación de los miembros de la banda.


Tommy Karevik se hizo cargo él mismo del teclado tras una mascara para encarar la parte final del concierto con “One More Flag In The Ground”, después de la típica retirada del escenario que solo sirve para que el público entone el típico beste bat. En un ambiente tan excelente como el de esta noche no faltó el ritual, al que se sumó este tema en el que vimos al vocalista hondeando una bandera. Y el cierre de esta brillante primera vez de Kamelot en Bilbao lo puso “Liar Liar (Wasteland Monarchy)”. Y los seguidores respondieron de cine, pero no pude dejar de pensar lo que hubiera supuesto algún otro tema que se quedó en el tintero, que estoy seguro que hubiera provocado un éxtasis total, como por ejemplo un “Center Of The Universe” del que me quedé con las ganas y que a mi modo de ver es clave en su carrera. Es lo que tiene que algunos vengamos de tiempo atrás, pudiendo comparar con actuaciones previas: que la buena sensación no acabe de ser completa, algo que seguro no ocurrirá con los seguidores más actuales del grupo o los que les vieran por primera vez. Lo cierto es que no encontramos a la salida más que palabras de admiración ante lo disfrutado, traslucidas en unos rostros felices.
ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)