CRÓNICA: DIO DISCIPLES + THE RODS + ANVIL

 

DIO DISCIPLES + THE RODS + ANVIL

01 – 07 – 11

Barakaldo (Rockstar Live)

 

 

DIO DISCIPLES

 

No solo era atractivo este cartel por el homenaje a Dio con algunos de sus excompañeros y con la presencia a las voces de Toby Jepson y Doro Pesch. Esta banda tributo creada para esta gira era la excusa para meter en un mismo saco a dos bandas de las más queridas por los metalheads más empedernidos, que nunca han conseguido el reconocimiento merecido y que sería difícil de ver encabezando un cartel por aquí sin que resultara un negocio paupérrimo. Porque no nos engañemos, la sala registró una gran entrada primordialmente por el nombre del fallecido Dio, mientras que tan solo unas pocas decenas (si acaso) de los asistentes verían cumplido un sueño al tener ante si juntas dos bandas de las de auténtico culto como Anvil y The Rods.

ANVIL

Abrieron los canadienses, que pagaron con un sonido no demasiado perfecto el no compartir backline y el no tener su propio técnico de sonido, como sí tuvieron sus compañeros de esta noche. Además, la batería les restó un espacio en el escenario del que sí dispusieron las otras dos bandas. Hasta en este tipo de detalles parece que llevan el estigma de banda maldita. Sin embargo, la entrega, la pasión y el rugido de la guitarra con el que Steve “Lips” Kudlow nos dio la bienvenida son suficiente para que la más agradable sensación entre en el cuerpo de todo metalero amante de este ruido fraguado a finales de los 70 y que estalló en los 80. No cabe duda de que su influencia en el thrash es muy clara y que tal vez si se hubieran acoplado de lleno en ese movimiento de bandas a las que ellos influyeron Anvil hoy serían mejor considerados, pero su estancia a medio camino entre ese estilo y el heavy metal tradicional les deja en una tierra de nadie que solo el más metido en esto ha conseguido encontrar.

ANVIL
ANVIL

Seguro que alguno de ellos estaba entre el público, levantando el puño cuando la instrumental “March Of The Crabs” iniciaba la descarga, trayendo a la memoria aquellos primeros 80. Steve arreció en su saludo lanzado directamente al micro de su guitarra para dar paso a otro clásico llamado “Mothra”, realmente grande en su discografía, con un peculiar solo de guitarra con un consolador que emanó humor y, sobre todo, heavy metal a raudales. Para quien no conociera demasiado al grupo una instrumental y un largo solo nada más comenzar pudo hacerse pesado, pero nosotros lo único que sentimos es que el grupo no dispusiera de más tiempo para haber podido hacer algo así con el concierto más avanzado. Incluso preferimos a Anvil explayándose en este estado puro que miradas a un pasado reciente del que “White Rhino” fue representante, con un solo de batería de Robb Reiner muy aplaudido, pero que metió una cadencia más pesada al concierto junto con “New Orleans Voodoo”, que tal vez no enlazara ni con los seguidores tradicionales del grupo ni con los que estaban allí por curiosidad.

ANVIL

Eso sí, nos parece perfecto que Anvil presenten su nueva obra, de la que temas como “On Fire” y el homónimo “Juggernaut Of Justice” fueron más atinados exponentes a mi modo de ver. Se trata de una banda que no ha dejado de editar discos a lo largo de su carrera, por muy abajo que hayan estado, y es complicado en 40 minutos hacer algo verdaderamente representativo de todos estos años. Más cuando es evidente que se reclaman los clásicos de esos primeros 80 donde Anvil estuvo codo con codo con bandas que luego tendrían más suerte. Nos dejaron un exponente claro de lo que se fraguaba por aquel entonces con “Winged Assassins”, finiquitando la descarga con ese esperado “Metal On Metal” que puso todos los puños arriba en torno al escenario. A los que lo hayan visto seguro que se les vino a la cabeza las imágenes de ese reciente documental sobre la historia del grupo, que recomiendo para todo aquel que quiera saber realmente lo duro que es tener un sueño en esto del heavy metal, más aún cumplirlo. Desde luego, el cariño de la gente se lo ganan con toda la pasión que ponen en el escenario, donde siempre se les ve como un niño con zapatos nuevos. Con más o menos reconocimiento su estancia en un momento clave para el metal, su influencia en bandas que luego han sido más reconocidas, sus 15 trabajos de estudio, su constancia, su forma de encarar cada actuación… les hace ganarse ese merecido título de leyenda que nadie les va a quitar.

ANVIL

Otra banda de culto es The Rods. No se si a muchos les dirá algo este nombre, pero en los 80 dejaron una buena ración de discos que nunca llegó a transcender como mereciera. Posteriormente el apellido de su cantante y guitarrista ha tenido algo más de repercusión en una época menos fructífera para el heavy metal, pero el nombre de Feinstein seguro que sonará más. Si en lugar de a la época posterior miramos a la anterior nos encontramos con un grupo llamado Elf en el cual militaba David Feinstein con un primo suyo llamado Ronnie James Dio. Pues sí, ese pequeñín que apenas medirá metro y medio de estatura es el primo del hoy homenajeado, y tras dejar Elf formó esta banda que bien podría ser un nombre de referencia en el heavy metal mundial. Lo de leyenda también se lo adjudicamos a esta banda americana reunida para editar en 2011 un nuevo disco de título “Vengeance”, 25 años después de su última obra de estudio con esta denominación. Y además teníamos ante nosotros a su formación original, con el mencionado David Feinstein a la guitarra y voz, Garry Bordonaro al bajo y voz y Carl Canedy a la batería.

THE RODS
THE RODS

La pareja conformada por los dos primeros suple la ausencia de cualquier frontman en solitario que nos podamos imaginar. Dominan cada pose y cada movimiento, conformando una pareja muy compenetrada que aprovechó un escenario más amplio tras retirar la batería de Anvil. Carl Canedy a la batería se encuentra más en solitario, pero es impresionante lo que toca y cómo lo toca, con una habilidad y una fuerza dignas de un veinteañero. De hecho, su solo fue bastante más destacado de lo que en la actualidad suele ocurrir una vez vistos tantos solos de batería que solo sirven para que descanse el resto de la banda. En este caso fue una buena demostración de facultades. En conjunto  esta formación de trío sonó como si un regimiento estuviera sobre el escenario. Atronó el sonido de la banda como a pocos grupos hemos visto en esta sala.

THE RODS

Su descarga fue una batalla sin cuartel con un repaso a todos sus discos. Lo consiguieron haciendo de su actuación una especie de medley constante. Así tras un inicio fulminante con “Hurricane”, la banda interpretó “I Just Wanna Rock”, uno de los nuevos. Tras “Evil In Me” ya nos habíamos percatado del nivel de quitar el hipo de los tres tipos que pisaban las tablas, sencillamente impolutos en la ejecución de un heavy metal purista del que ellos como nadie deberían enarbolar hoy su bandera. Sin embargo, el público no parecía reaccionar de la manera que merecía la banda, tal vez por desconocimiento de quienes eran. Cada vez que se cruzaban el escenario bajista y guitarrista echaba de menos más puños en alto en los costados de la sala, ya que a tenor de lo que estábamos presenciando era como para quedar boquiabierto si esto es lo tuyo.

THE RODS

A partir de “Devil´s Child” enlazaron sin descanso fragmentos de “Let Them Eat Metal”, donde el público comenzó a reaccionar como merecía la banda, “Born To Rock”, “Wild Dogs”, “Waiting For Tomorrow” y “Violation”, que culminó en el mencionado solo de batería. Solo un pequeño toque al freno para encarar con más seguridad la salida de la curva con “The Night Lives To Rock, “Nothing Going On In The City”, “Crank It Up” y “Power Lover”, terminando con David y Garry juntos de rodillas en el suelo espalda contra espalda, una imagen similar a la que nos brindaron ya en el arranque. La conexión de la banda es perfecta y si después de la salida de “Vengeance” el grupo tiene un poco de continuidad deberían optar a ganar la posición en el heavy metal que no consiguieron en su día. Espectaculares las dos voces y el sonido que escupieron en un directo memorable. Si alguien os pregunta qué es exactamente el heavy metal la mejor respuesta está en un directo de The Rods. Alucinante.

THE RODS
THE RODS

Pocas veces unos teloneros fueron tan de lujo como los de esta noche, pero es que la velada iba a ser tan especial que requería de ello. Hasta los percances parecían resultar favorables. Que me perdone Ripper Owens al cual nos hubiera gustado ver en Barakaldo, pero que su sustituta sea Doro Pesch hace que la ausencia del ex de Iced Earth y Judas Priest se pase bastante más por alto. La siempre encantadora cantante alemana sería la encargada de compartir voces con el vocalista de Gun y Little Angel Toby Jepson para meterse en el complicado papel de Ronnie James Dio. Junto a esas estrellas no lo eran menos el resto de integrantes de Dio Disciples. Recurriendo a James Lomenzo al bajo (White Lion, Megadeth, Black Label Society) el resto son músicos que han estado con Dio en sus últimos años. El que parecía capitanear la nave era Craig Goldy desde su guitarra, con Simon Wright como batería y Scott Warren a las teclas. Una formación que demostraría lo grande del legado del vocalista fallecido un triste 16 de mayo de 2010.

DIO DISCIPLES
DIO DISCIPLES

Comenzó Doro en solitario a la voz, con un fortísimo “Stand Up And Shout” que mostró a un público predispuesto a entonar estas inmortales canciones. “Holy Diver” hizo que todos sin excepción mostráramos los cuernos, signo que el propio Dio incorporó como una de las señas de los conciertos de rock. Doro se encargó de conectar con el público local saludando el euskera (Kaixo Bilbao, Zelan?). Pese a la posibilidad de la rubia alemana de lucirse en un tema tan propicio como “Don´t Talk To Strangers” entró demasiado pronto a cantar en la última parte, ante la negativa con la cabeza de Craig Goldy. Finalmente terminaron no de la manera más ortodoxa, aunque la espectacular voz de Doro se adornó para paliar posibles daños y salir del paso. Objetivamente fue un concierto con algún fallo como este, que se suplió con la entrega, y también la maestría, de los músicos. De hecho, a veces tenían que recurrir tanto Doro como Toby a la chuleta puesta en el suelo, ya que no todas las letras se las conocían perfectamente.

DIO DISCIPLES
DIO DISCIPLES
DIO DISCIPLES

Toby apareció al quinto tema para ocupar el lugar de Doro. Después de un penetrante “Egypt (The Chains Are On)” más compacto que el anterior, Toby se estrenó en la actuación con “King Of Rock And Roll”. Reconozco que no me esperaba que se acoplara tan bien a su papel de esta noche. La clave para que el vocalista nos brindara una actuación tan lúcida fue que en ningún momento quiso ser Dio, sino que utilizó su registro para abarcar los temas a su manera y quedaron versiones espléndidas como la de “Neon Knights”, que como solista fue todo un alarde para él. Con la banda al completo más entera me quedo con “Stargazer”, tras un pequeño fragmento cantado a dúo con Doro de “Catch The Rainbow” que tiñó de encanto lo que venía en una pieza donde todo salió bordado, incluso un solo de guitarra de Craig Goldy complicado de superar. Probablemente no lo hiciera en el resto de la descarga, como tampoco superarían esta gran pieza de Rainbow que sigo reteniendo en mi mente como un momento mágico. Pero sí que se le acercó otro tema con Doro y Toby sobre las tablas, esta vez de Black Sabbath. Me refiero a “Children Of The Sea”, de nuevo con las dos voces, que nos empapó de la grandeza de una pieza incluida en uno de los discos que todo aficionado al heavy metal debiera poseer por obligación.

DIO DISCIPLES
DIO DISCIPLES

Aunque tal vez pudiéramos discutir de cual es la obra más importante en la carrera del pequeño elfo. Porque de su imprescindible primera obra en solitario tenemos que destacar la fuerza con la que Doro y la banda se entregaron a “Straight Through The Heart”. Como contraprestación Toby se hizo él solo “Killing The Dragon”, la canción más reciente del repertorio, que también destacó por el empuje que transmitió la banda. Sin embargo, hubo que esperar a la digna interpretación de “The Last In Line” para que la concurrencia diera el visto bueno definitivo a esta descarga de homenaje. Siempre que se hacen este tipo de eventos las opiniones son dispares, pero tras este clásico que dio nombre a otra de las obras cumbres de Dio (y por ende del heavy metal) la sala coreó el nombre de Dio en señal de claro beneplácito a lo que estaba viviendo. Un concierto que no perdía su aire de nostalgia, pero que también reconocía la calidad de los músicos que pisaban las tablas y que nos hacía disfrutar en vivo con la mayor entereza de unos temas que ya no volveremos a ver en boca de ese pequeño dios.

DIO DISCIPLES
DIO DISCIPLES

Esta es una forma brillante de mantener con vida estas canciones. “Long Live Rock And Roll” provocó la algarabía que podéis imaginar. Doro se marcó en solitario “Man On The Silver Mountain”, dando las gracias (eskerrik asko) con una sonrisa imborrable de su rostro. Ella misma comienza ese sublime “Heaven And Hell” en el que pidió la colaboración del público para seguir el riff  que marcaba la guitarra. En la parte rápida del tema recibió la ayuda de Toby para despedir los dos juntos a la banda, si bien faltaban los bises, adjudicados a “Rainbow In The Dark”, con buena parte de la sala saltando al son de esos teclados, y el directo “We Rock” que finalmente culminó esta noche tan especial en la que los asistentes solo se podrán quejar del asfixiante calor que sufrimos en la sala Rockstar Live para el que deberían poner algún remedio ya que no es la primera vez que llega a límites casi inaguantables. El resto fue una noche de ensueño que llegó mucho más allá del homenaje a Ronnie James Dio, ya que nos permitió disfrutar de dos bandas teloneras de gran valor. Añado que la propia viuda de Dio dio el visto bueno a esta gira al igual que a la posibilidad de indagar en su ordenador en busca de grabaciones para un posible disco póstumo. En lo que exclusivamente ocurrió aquí esta noche, tuvimos una banda de categoría especial poniendo lo mejor sobre el escenario pese a pequeños errores en puntuales ejecuciones algo deslavazadas en las que la emoción siempre se impuso.

Texto: ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: MARI JOSE MARTIN (mari@lamiradanegra.es)