CRÓNICA: AZKENA ROCK

AZKENA ROCK

14, 15 y 16 de junio de 2012

Vitoria-Gasteiz (Mendizabala)

 

Este año llegaba el Azkena Rock de Vitoria con algunas dudas generadas por un lado por la caída del cartel de un peso pesado insustituible como Black Sabbath y por otro por las críticas del público más afín al rock que tradicionalmente ha venido ofreciendo en ediciones pasadas. Hay a quien no le agrada la derivación que con el paso de los años el festival está teniendo hacia el hard rock e incluso el heavy metal, mientras que por otro lado nosotros estamos encantados con ello. De hecho, cada año nos parece más interesante el cartel confeccionado por Last Tour International para la cita alavesa. Sin embargo, a medida que un público heavy se ve congratulado parece que hay otro, el habitual de estas jornadas desde sus inicios, que pone el grito en el cielo. Solo hace falta visitar el foro del festival para darse cuenta de ello. Pese a estos preámbulos, lo cierto es que quien suscribe veía en el cartel de este año la mejor congregación de bandas de todas las ediciones. Y si ya hubiera estado Tony Iommi y los suyos…

La amenaza de una asistencia menor que en otras ocasiones, en cualquier caso, desapareció desde la primera jornada. Si bien el festival ha conocido mayor afluencia, si hacemos caso a los datos facilitados por la organización, no se bajó de las 12.000 personas ninguno de los días, llegando a las casi 17.000 el sábado, día mejor acogido por ese seguidor habitual del festival. Sin embargo, para nosotros el jueves era el día más atractivo, ya que nos daba la oportunidad de ver en directo a viejas glorias que siguen dando una lección sobre las tablas. Además, alguna de ellas difícil de ver por aquí, como Pentagram o Bue Öyter Cult.

JUEVES 14 DE JUNIO:

Blue Öyster Cult:

La primera banda que nos interesaba eran los míticos americanos Blue Öyster Cult. Sus tres guitarras en escena son auténticos maestros que ofrecieron un recital de rock, hard y blues de muchos quilates. No solo por la presencia de los clásicos Buck Dharma y Eric Bloom, ya que hay que destacar el papel de su compañero Richie Castellano, que da la talla entre esos grandes.

Su brillante actuación aún a plena luz del día fue disfrutada por el respetable, destacando temas como “Burning For You” a las primeras de cambio. Posteriormente darían todo un recital de buen rock sin fronteras con los músicos alternando guitarra y piano en algunos casos, ofreciendo el deleite del personal con el coreado “Godzilla” y haciendo que un clamor recibiera ese clásico por antonomasia de la banda llamado “(Don´t Fear) The Reaper”. Comenzaba a reinar esa magia especial de las auténticas leyendas que hoy nos tocaba ver en este escenario principal.

Antonio Refoyo

Israel Nash Gripka:

Una de las grandes sorpresas del festival. Si bien ya me habían avisado de que su música estaba diseñada para gustarme, por la cantidad de influencias que abarcaba (de Jayhawks a Neil Young pasando por Mellencamp e incluso el mismísimo Dylan), no me esperaba una actuación de ese calibre en el escenario “pequeño” del Azkena.

Mucho “pedal steel”, armónica y en algún momento la sensibilidad del canto góspel, para este cantautor de Missouri que ha conseguido hacer música folk alejándose del “americana” menos inspirado y pop.

Fer

Twisted Sister:

Los que ya hemos visto a la banda en más de un festival sabíamos de sobra lo que nos íbamos a encontrar. Y es que Twsted Sister viene desarrollando los festivales de una manera muy similar, de un tiempo a esta parte sin el maquillaje con el que interpretaron hace unos años íntegramente su aclamado “Stay Hungry”. Algo que podría hacer perder espectacularidad a sus actuaciones. Pero lo cierto es que sin demasiadas sorpresas el grupo se lleva siempre el gato al agua, metiéndose al público en el bolsillo gracias al carisma de un Dee Snider que está en tan buen estado de forma o mejor que cualquier adolescente. Claro que el resto de la formación también hace lo suyo. Y es que la gente adora uno por uno a estos componentes que presumen de ser los originales de la banda. Si se me apura quiero destacar lo salvaje que puede resultar Mark Mendoza aporreando su bajo como nadie.

Con la intro habitual de “It´s A Long Way To The Top” de AC/DC la banda salía a comerse el escenario una vez más desde el principio con “What You Don´t Know (Sure Can Hurt You)”. Sabíamos que Dee Snider se presentaría con las mágicas palabras de we are Twisted Fucking Sister!!!!, caldeando más el ambiente a cada segundo sobre las tablas con temas como “The Kids Are Back” o “Stay Hungry”. También son sabidas las coñas con el castellano deficiente de Eddie Ojeda, que no anduvo muy atinado en sus palabras en la lengua de Cervantes. Claro que hay unas que se sabe de memoria como son huevos con aceite, habituales y casi imprescindibles al finalizar “We´re Not Gonna Take It” poniendo aquello patas arriba. No faltó la balada favorita de sus seguidores “The Price”, ni el “I Wana Rock” o ese “Burn In Hell” con la escenificación habitual del frontman por el suelo hasta llegar frente a la luz roja que ilumina su rostro como si fuera el mismísimo demonio. Y para terminar, cómo no, “S.M.F.”.

Son verdaderos especialistas en festivales, donde pocos piden a una banda nuevos lanzamientos y lo que quieren es una fiesta. Para eso Dee Snider y sus chicos tienen cualidades innatas que se reflejan en una puesta en escena donde siempre tenemos esa provocación y descaro. Se les puede pedir que cambien en algo su manera de encarar las actuaciones, tal vez sería necesario porque en nada sorprenden con respecto a lo esperado, pero viendo la que provocan entre la concurrencia hay que reconocer que dan al público de los festivales de verano lo que este quiere.

Antonio Refoyo

Status Quo:

Ya con la noche expandiendo su oscuridad sobre nosotros llegaba el turno de Status Quo. Otros que no fallan a su público con la más sencilla de las fórmulas. Sorprendió que tal vez tuviera algo menos de presencia de público que los anteriores. Y es que para muchos Twisted Sister eran los cabezas de cartel de esta jornada, aunque en realidad los que gozaban de mejor horario y más tiempo eran los británicos. No cabe poner un solo reparo a su actuación en la que sin descanso fueron cayendo un clásico tras otro y también alguna referencia a su última obra “Quid Pro Quo”, como “Rock ´n´ Roll ´n´ You”. Por supuesto que fueron mejor recibidas piezas como “Caroline” o “Rain”, para mí esta última de las mejor interpretadas con Rick Parfitt a la voz, echando un cable en esta faceta a Francis Rossi. Sin embargo, sin que la gente dejara de disfrutar y entonara el himno “In The Army Now”, la verdadera repuesta desatada llegaría con los finales “Down Down”, “Whatever You Want” y “Rockin´ All Over The World”. Pareciera que la gente hubiera estado esperando como agua de mayo esos momentos.

La banda se permitió un bis que ni mucho menos apaciguó los ánimos de aquellos que querían mover los pies, uniendo en una sola pieza “Rock ´n´ Roll Music” y “Bye Bye Johnny” de Chuck Berry. En ese momento toda la zona frente al escenario principal era un hervidero en el que nadie estaba quieto. Un final de actuación al estilo que merece una banda de rock & roll con temas precisamente que te incitan a no parar. Y lo llevan haciendo durante más de cuatro décadas sin perder efectividad.

Antonio Refoyo

Steel Panther:

Esta primera jornada solo contó con los escenarios 1 y 3. Aún así, las actuaciones no se intercalaban, sino que coincidían en tiempo, por lo que era imposible ver todas. Entre Status Quo y Pentagram pudimos ver tres temas de Steel Panther, banda americana que parodia el hard rock de los 80. Pero más que una parodia, lo poco que vi me pareció una auténtica broma sin demasiada gracia. No por utilizar clichés y saber que lo son una banda se torna divertida. Lo típico de la época en todos los sentidos. Es decir imagen, estilo y comentarios sexistas que instaban a las chicas a enseñar los pechos, supuestamente en plan de humor. La gran presencia de público con la que contaron me pereció excesiva para lo que ofrecían. En el aspecto estrictamente musical no es que sonaran mal, pero trucos como los coros grabados de temas como “Party All Day (Fuck All Night”) hacen que aún me parezcan más prescindibles en la escena del rock.

Antonio Refoyo

Pentagram:

Por desgracia a las 00:15 horas mucho público era el que había abandonado el recinto y otro tanto el que prefirió seguir en el escenario 3 viendo algo más cómico que musical. Sin embargo, no me cabía duda de que una de las actuaciones más interesantes de todo el festival era la de Pentagram. Una banda surgida en 1971 que puede ser considerada pionera del Doom, aunque por nuestra tierra nunca haya sido un nombre de los más reconocidos. La actuación respondió a mis expectativas con un estelar Bobby Liebling comandando la formación desde el micro, aunque bien acompañado sobre todo por el guitarrista Victor Giffin, que si no original, es un miembro importante de la banda en épocas pasadas y dio todo un recital con sus riffs penetrantes y solos.

La oscuridad de su música se fundió con la noche vitoriana para defender un legado que los convierte en banda referente. Destaco temas como “Death Row”, “Call The Man” o “When The Scream Come”. Aunque se demostró el poco conocimiento general del público su actuación fue impecable, plena de potencia y de entrega, con un vocalista físicamente gastado pero no por ello carente de imagen y de actitud en el escenario. De hecho, él dirige esta penetrante nave como único miembro original, en el engranaje de un combo capaz de defender con la cabeza bien alta su legado como una de las bandas clave en la evolución del metal. No dejaron lugar a dudas.

Antonio Refoyo

Porco Bravo:

En el escenario 3 el día iba a terminar montándose una buena. Porco Bravo eran los encargados de cerrar y no podía ser de otra manera que con una de sus salvajes actuaciones. Ya hemos visto mil veces cómo se las gastan en salas reducidas y ahora no iban a desaprovechar la oportunidad de brindar su espectáculo a lo grande con las ventajas que da tocar al aire libre. Es el caso de la pirotecnia utilizada de espectacular manera en varios momentos de su actuación, terminando con las guitarras echando chispas y la habitual bengala ardiendo entre las nalgas de su vocalista Manu (Gallego). Con o sin pirotecnia real, lo cierto es que el escenario arde con la sola presencia de una banda que además de ese espectáculo en el que tampoco faltó el número del vocalista grapándose el set list en el pecho y prendiéndole fuego, y tampoco su bandera y la cabeza de jabalí volando por encima del respetable, como lo hizo el propio frontman saltando desde el escenario en más de una ocasión. No faltaron temas que ya son clásicos para ellos como “La Piara” o “Bicho Raro” y otros que comienzan a serlo, caso de “Motel” y “Electrica Actitud”, de su reciente disco “Groo!!!!” Contaron con la colaboración de Robertez de Motociclón a la armónica en “Deja Vu”, redondeando un espectáculo del que seguro que hablaron mucho al día siguiente los que les vieron por primera vez.  Pero es que además la banda suena como un cañón en medio de toda esa locura. El lema de la noche lo grabaron ellos en este escenario: a lo Porco se vive mejor.

Antonio Refoyo

VIERNES 15 DE JUNIO:

Lisabö:

Ni los constantes problemas de sonido pudieron enturbiar la intensidad del concierto que ofrecieron a primera hora los de Irún. Todo en esta banda hay que entenderlo por duplicado: dos baterías, dos bajos, dos guitarras, dos seres gritando… Todo doblemente intenso. Con Lisabö no vale la indiferencia. La fuerza de la que hacen gala con esa mezcla imposible de estilos que recorren cada rincón del alma con todo lo que abarca la etiqueta post (metal, rock, hardcore), se convierte en un taladro asesino que dinamita los sentidos en directo. Presentaban su más que recomendable disco “Animalien Lotsatuen Putzua” y supongo que de allí no pudo salir nadie decepcionado…

Brutal.

Fer

Pontus Snibb 3:

Esto de los festivales es como los contratos, hay que mirar la letra pequeña. Ahí se encontraba el nombre de Pontus Snibb, vocalista y guitarrista de los suecos Bonafide. Así que merecía la pena no perderse esta primera actuación en el tercer escenario con el tiempo justo para luego ver a Gun en el segundo. Los que conocéis a Bonafide ya sabéis del peculiar registro que posee Pontus Snibb, algo que en su banda se acentúa aún más, resultando más personal y dejando más de lado la influencia de AC/DC que siempre nos ha enseñado. El trío hizo un concierto de lo más agradable para un público que en gran medida decidía quedarse al encontrarse nada más entrar al recinto con esta actuación. El gancho de estos temas directos y sencillos da mucho juego en directo y el propio Pontus también quiere hacerlo divertido, terminando al más puro estilo Angus Young con un largo solo de guitarra que desarrolló por todo el recinto, llegando hasta la barra del bar. Pocos lo conocían, pero muchos presenciaron la actuación prendados por el magnetismo de ese básico hard rock con la firma personal de Pontus Snibb.

Antonio Refoyo

Gun:

No tenía ni la menor idea antes de este concierto de que Gun habían recuperado a su cantante original. Es más, no me duele en prendas decir que ante lo que ofreció Toby Jepson en su anterior gira de retorno me desilusionó comprobar que ya no estaba en la banda y me preguntaba quién coño era este tío que hoy teníamos delante. Como veis no soy muy seguidor de los escoceses, aunque conozca sus temas más radiados como todo hijo de vecino. Una vez metida la pata al no reconocer a Dante Gizzi in situ, he de decir que se entiende la preferente presencia en la banda de su vocalista histórico (ahora liberado de tocar el bajo), aunque coincidiéramos muchos en que Toby tiene mejores facultades. De hecho, no vi a Dante con gran voz ni presencia.

Su concierto estuvo marcado por los temas por todos conocidos como “Better Days” o “Word Up”, pero también por la presentación de temas nuevos de “Breaking The Silence”, que este mismo día salía a la venta y del que  interpretaron el homónimo y “Butcher Man”. Reservaron para el final dos de esas canciones capaces de levantar cualquier recinto. La carpa de este segundo escenario estalló en un clamor con “Steal Your Fire” y “Shame On You” con los que se despidieron dejando alto el pabellón.

Antonio Refoyo

Rich Robinson Band:

Algunos le acusarán de tipo serio y poco comunicativo, pero lo que tenemos que juzgar objetivamente es su música y en ese aspecto este hombre es absolutamente impecable. Un guitarrista todoterreno con una pasión, un carisma y una técnica inigualable, tanto con su hermano en los Black Crowes como en solitario.

Puede que sus nuevas composiciones no tengan la fuerza o el enganche de anteriores creaciones, pero siempre es un placer contemplar el buen hacer a la guitarra de semejante genio, acompañado de unos músicos competentes, interpretando un “Sweet Nothin’” de The Velvet Underground o ese “Cinnamon Girl” de Neil Young, con la que acabó el concierto.

Fer

Black Label Society:

La banda más aplastante del festival sin ninguna duda. Al concierto de Zakk Wilde y sus chicos solo le sobró un interminable solo de guitarra que más de uno pudo aprovechar para ir al baño o para pillar algo en la barra. Hubiera sido preferible que el rubio guitarrista metiera un par de temas más, porque además ya luce bastante su colección de guitarras en cada un de esos cañonazos sonoros que hicieron retumbar la carpa cubierta del Azkena, con apreturas en esta actuación estelar en este segundo escenario. Comenzó con “Crazy Horse” con las habituales plumas de indio. A partir de ahí, hasta que el mencionado solo partió la actuación en dos el concierto fue explosivo, con Zakk excelente de voz y con mucha agilidad en los dedos. Se le vio muy metido en la descarga, dando la mejor imagen ante sus seguidores, que eufóricos respondían a los golpes en el pecho con ambos puños cual gigante King Kong. Gesto de triunfo con el que despidió una descarga donde pasamos por atronadores y gruesos temas como “Bleed For Me”, “Fire Ot Up” o el coreado “Suicide Messiah” entre otros, compactos y excelentemente ejecutados.

Antonio Refoyo

Gallows:

El abandono de Frank Carter y su pronta sustitución por George Petit, el otrora cantante de Alexisonfire, nos generaba a todos dudas razonables respecto al futuro de una de las bandas más interesantes y que más ha innovado en la inmovilista escena hardcore, pero en el escenario 3 del Azkena, todas estas dudas quedaron abandonadas desde el primer segundo.

Con una intensidad que se le presupone, pero que sólo se puede corroborar en directo, Gallows convirtieron aquello en un campo de batalla donde proyectiles humanos se encargaron de hacer el show aún más impactante.

Entre las canciones de sus dos únicos discos se coló alguna nueva composición que no desentonó con el resto, y en cuanto sonaron disparos como “In the Belly of a Shark” o “London is the Reason”, todos nos dimos cuenta que había merecido la pena saltarse la actuación de Ozzy.

Se despidieron prometiendo volver en septiembre, así que esta vez no os los perdáis.

Fer

Ozzy Osbourne & Friends:

Está claro que no es lo mismo que Black Sabbath, pero una vez frente al escenario principal del Azkena en los instantes previos a la salida del madman lo último que se podía respirar era cualquier atisbo de decepción. Para que el gusanillo entrara de lleno en nuestro cuerpo un video repasando toda la carrera de Ozzy en unas simples imágenes como fogonazos de su trayectoria desde Black Sabbath hasta la actualidad preludiaba su salida al escenario. Especialmente emotivas las imágenes de Randy Rhoads.

Tras ese video Ozzy aparece junto a su actual banda y se dirige a nosotros dando paso al inicio de su locura particular. “Bark At The Moon” nos hizo acordarnos de lo peor de hace un año en este mismo lugar cuando el vocalista no pudo cantar en plenitud. Sin embargo, ese inicio titubeante pronto dio paso a un mayor brillo en el siguiente “Mr Crowley”, y así de forma sucesiva en “Suicide Solution”,  “I Don´t Know” y “Shot In The Dark”, que mostraban a Ozzy en mejor forma que hace un año cuando, recordemos, tuvo que suspender inmediatamente después de su actuación en Vitoria su presencia en Graspop debido a una laringitis. Esta vez el vocalista se hinchó a repartir espuma con la manguera, incluso para si mismo, que terminó empapado y metiendo de lleno su cabeza en cubos de agua que arrojaba al público. Como en los mejores tiempos solo que con algunas castañas más. El Ozzy de siempre estaba frente a nosotros y eso emocionó a sus más fieles seguidores y, tal vez, hizo que cambiaran de opinión los que criticaron su último paso por aquí.

Con la instrumental ejecutada por el sensacional y joven grupo que acompaña a Ozzy se marcó un nuevo tramo del concierto donde se justificó la presencia junto al nombre del vocalista de sus amigos. Allí apareció Geezer Butler para marcarse unos temas de Black Sabbath junto a su antiguo compañero. Más tarde también sería Zakk Wilde el que les acompañaría. El tramo dedicado a la banda británica que para muchos inventó el heavy metal fue simplemente sensacional. Los “Iron Man”, “War Pigs”, “N.I.B.” y “Faires Wear Boots” qué vivimos nos los guardaremos en la memoria por mucho tiempo, esperando y deseando que algún día podamos verlos interpretados en vivo de nuevo por un Tony Iommi recuperado de su linfoma.

Para los amantes de la carrera de Ozzy en solitario especialmente lúcido resultó “Crazy Train” con Zakk Wilde en la guitarra rememorando viejos tiempos. Ozzy estaba encantado con sus amigos, sonriente y con guiños a cada uno de ellos, tanto a su banda actual como a sus invitados. A nosotros el gesto nos vino en forma de bajada de pantalones enseñando su trasero a los miles de personas allí congregadas. La única pega que le podemos poner a la actuación es que se hizo muy corta, ya que fueron 12 temas que en una carrera tan larga como la suya no terminan de dejar plenamente satisfechos a todos. Y es que a modo de bis tan solo nos ofrecieron un “Paranoid” donde contaron con todos los músicos en el escenario. Es decir, la propia banda de Ozzy junto a los dos invitados especiales. Lo que quedó reflejado en el ambiente fue un agrado mayor que hace un año. Sin excepción entre todos sus seguidores e incluso en muchos escépticos.

Antonio Refoyo

The Mars Volta:

Hay grupos que carecen de una explicación razonable, que dejan el análisis en algo tremendamente complicado para cualquier cronista. La única explicación que se encuentra es que son de otro planeta. En ese caso está The Mars Volta que deleitaron a la parroquia en una noche en la que con Ozzy no se había vendido aún todo el pescado. Y es que los que se quedaron frente al escenario principal vieron a una banda capaz de romper con todo tipo de lógica. Es verdad que con el tiempo uno empieza a pillarle el punto a las melodías de la prodigiosa voz de Cedric Bixler-Zavala en temas como “The Widow”, pero por mucho que los hayas escuchado te siguen sorprendiendo. Nunca sabes por dónde va a salir la guitarra de un genio como Omar Rodriguez-Lopez. Los temas que tocan es lo de menos, el caso es que lo hacen con gran precisión dándole la vuelta al mundo en que vivimos a base de sonido. Uno de los momentos en que más se explayaron fue “Molochwalker”, aunque me quedo con el concierto de principio a fin, ya que estuvieron a un nivel estratosférico. Puede que no sea la banda más adecuada para festivales, pero su tiempo sobre las tablas continuando con la tónica general de buen sonido del festival fue de sobra aprovechada para dejarnos boquiabiertos. Así que Omar puede estar tranquilo, no hace falta que nos de las gracias por la paciencia, porque lo que me dejaron fue impaciente por volver a verles.

Antonio Refoyo

Danko Jones:

La noche se cerraba con el siempre dicharachero Danko Jones. Para muchos demasiado charlatán, pero para mi un tipo especial con un carisma que lo convierte en personaje único del rock de nuestros días. No faltaron sus típicas bromas con su nombre pronunciado literalmente en castellano, provocando la carcajada general, pero también tuvo tiempo para un puñado de temas que en su hora de descarga completaron un concierto en el que no se echó nada de menos,  donde los temas de su última referencia “Below The Belt” siguen ganando adeptos con el paso del tiempo. El peso en el repertorio y en la respuesta de la gente de temas como “I Think Bad Thougths” y “Full Of Regret” es muy grande. Y es que los dos años desde la salida del disco han hecho que cale en todos sus seguidores como la gran obra que es. En el primero de los mencionados tuvo un guiño al “Breaking The Low” de Judas Priest que encendió a la concurrencia.

Y es que el guitarrista y vocalista sabe la tecla que debe pulsar para encontrar la reacción del público. Ya de por sí sus temas, caso de “Forget My Name” o “Cadillac”, son un llamamiento directo a la reacción, olvidándonos de que ya era hora de estar en la cama. El recuerdo a muchos músicos fallecidos de la historia del rock, comenzando por Cliff Burton y terminando por Ronnie James Dio fue uno de los últimos pasos de un  tipo peculiar, capaz de parar en mitad de una canción para dirigirse a alguno de sus seguidores y retomarla con una mayor sensación de fuerza. Ya digo que este tipo de gestos dan para discrepancia de opiniones, pero hay que tomarlo como parte de una personalidad implícita en su propia música. Lo cierto es que entre gestos de este tipo y temas que enganchan por si solos el rato se nos pasó en un suspiro e hizo que mereciera la pena aguantar hasta el final pese al cansancio acumulado de dos días.

Antonio Refoyo

SÁBADO 16 DE JUNIO:

Lynyrd Skynyrd:

El último día de festival sería el más llevadero, puesto que el número de bandas de interés para nosotros era menor. Tanto es así que llegamos directamente para ver al principal reclamo de público del día. Se notaba las apreturas de una mayor presencia de gente poco antes de que la banda sureña por excelencia hiciera acto de presencia en el escenario. Tire quien tire de este carro, lo cierto es que con esos músicos hay nivel de sobra para mantener vivo el gran legado de los americanos, que para no desentonar con el resto de actuaciones que pudimos vivir en el festival también contaron con un gran sonido y también ofrecieron una excelente actuación, aunque una vez más algo corta para un cabeza de cartel. Tocaron aun con luz de día a la tempranera hora de las 21:20.

La fragancia del rock propio de la banda se expandió por todo el recinto con unos sensacionales músicos que se ganaron el favor del público desde los primeros acordes de “Workin´ For MCA”. Contaron en algunos temas con la ayuda de coros femeninos en directo, lo que da un toque de elegancia aún mayor a la banda Eso ocurrió en temas como “Skynyrd Nation” o “What´s Your Name”. Las ovaciones y las señales de admiración hacia Lynyrd Skynyrd fueron constantes, levantándose un clamor en cada gesto de los músicos hacia el público.

No puedo quedarme con un solo momento del concierto, ya que cada instante tuvo algo, ya sea “Simple Man” por la emoción que levanta, “Down South Jukin´” porque tiene un ritmo irresistible o “Sweet Home Alabama” simplemente por lo que supone como clásico que ha trascendido épocas y estilos. Pero para muchos lo más esperado era el extenso “Free Bird”, para el que se mostró un telón de fondo con un águila portando la bandera de U.S.A. y el nombre de lo componentes fallecidos de la banda inscrito en las nubes que la rodeaban. Probablemente desde donde estén mandaron el toque de distinción que hizo esta actuación algo tan grande.

Antonio Refoyo

My Morning Jacket:

Sin ningún tipo de duda, Jim James y los suyos dieron EL CONCIERTO del festival. La mayoría de la gente con la que hablo me comenta que no son capaces de conectar con esta banda en disco, pero también reconocen que tienen pocos rivales (y no sólo generacionales) en un escenario, y visto lo que hicieron en el Azkena no me extraña.

La música de My Morning Jacket es difícil de asimilar por la cantidad de matices e influencias que son capaces de interiorizar y luego regurgitar con uno de los estilos más personales que se pueden encontrar en la actualidad. Unido a la voz y personalidad de Jim James (esa capa…) se convierte en música “celestial”, que muchos pueden encontrar aburrida en una escucha superficial pero que descubrirá maravillosa en una escucha más atenta.

Presentaban su disco “Circuital” intercalando hits como “Holding on to Black Metal”, con grandes clásicos de su repertorio como “Wordless Chorus” o “Gideon”, con un sonido definido y compacto como se recuerdan pocos en ese escenario y con un saber hacer (y estar) que está a la altura de muy pocos.

El concierto por el que se recordará esta edición y por el que se podrá presumir con un “Yo estuve allí”.

Fer

The Union:

Otro de los nombres tapados del festival era el de The Union, banda en la que encontramos al que fuera guitarrista de Thunder Luke Morley. Les tocó actuar en el tercer escenario, donde nos presentaron temas de sus dos únicas obras editadas hasta la fecha. Aunque su actuación pudo pecar de ser demasiado sobria, lo cierto es que es incuestionable la calidad de temas como “Black Monday”, el más salvaje “Step Up To The  Plate” o “The Remedy”. Aunque no llegaron a conectar de lleno con el público, creo que fue más fruto del desconocimiento de su propuesta que de que no agradaran en este festival tradicionalmente muy en consonancia con el rock que practican.

Antonio Refoyo

Hank 3:

La cantidad de gente que se acercó hasta la carpa para comprobar lo que era capaz de hacer “el nietísimo” era una buena muestra del buen nombre que se está labrando desde hace unos años el abanderado del llamado “outlaw country”. Nadie puede dudar de la calidad que es capaz de destilar en sus discos: la música hillbilly, el country, el rock… un todo vale que encandila incluso a los más escépticos y proporciona grandes satisfacciones a todo aquel  que se adentra en su mundo.

Y así fue durante los primeros treinta minutos de concierto. Los “Assjack” se encargaron de ir soltando perlas perfectamente ejecutadas con esa fuerza que solo un banjo y un contrabajo pueden dar a la mezcla. Canciones como “Six Pack of Beer” o “Rebel Within’” suenan como un verdadero cañonazo en directo, demostrando la infinita calidad de su música.

La sorpresa vino cuando despidió a la banda y se quedó él solo con una guitarra eléctrica y un nuevo batería haciendo doom/metal/grind y grabaciones de subastas de ganado( eso eran los “ritmos” pregrabados que se oyeron durante toda esta parte de la actuación, en una suerte de lo que se él denomina cattle core) y se tiró los otros veinte minutos de concierto haciendo el animal en el escenario, echando al 80% de los interesados en su faceta country, y dejando a los que nos quedamos allí con la boca abierta, sin poder creer si lo que acabábamos de ver era una genialidad o una tomadura de pelo en toda regla.

De todas maneras, impactante.

Fer

The Darkness:

Para la última actuación del escenario principal nos quedaba una banda con la capacidad de formar una fiesta auténtica, siempre con la singular presencia de un frontman tan provocador como Justin Hawkins, genio y figura. Una presencia que no pasa desapercibida y que puede levantar multitud de opiniones encontradas, pero si lo que se trata es de pasar un buen rato en directo él sabe como hacerlo. Sus constantes carreras de lado a lado del escenario dieron gran vistosidad a la actuación. No tardó en hacer el pino delante de la batería. Su imagen es tan extravagante como su música. Sobre todo hay que quedarse con el trajecito que nos sacó en “Every Inch Of You”, ideal para salir a la calle un día de verano. No fue este el único tema de su nueva obra interpretado esta noche. Cabe destacar lo que gustó la versión de Radiohead de “Street Spirit”, también incluida en ese reciente disco. Pero, como es lógico, sus seguidores vibraron más con temas que ya permanecen imborrables en la memoria de muchos como “Growing On Me”, “One Way Ticket”, “I Believe In Thin Called Love” o el introducido a capela dejando que cantara el público “Friday Night”. Una de las facultades del rock reside en el descaro, y los hermanos Hawkins & Cia lo tienen a raudales. Por un lado esa forma de cantar, con esos peculiares falsetes que el vocalista clava en directo, casi da la risa, pero por otro en directo son un grupo que saben agradar a un público muy variado, al que inyectan muy buen rollo.

Antonio Refoyo

Triggerfinger:

Cuando íbamos con la intención de abandonar el recinto nos encontramos en el escenario 3 con este trío del que nada sabía. Pero aquello sonaba atronador con lo que, al igual que muchos, decidimos posponer la retirada. Y es que la presencia de público con la que contaron fue notoria, algo que dice mucho a las alturas del festival a la que nos encontrábamos. Delante nuestro teníamos a una formación de metal, pero con una base de rock más añejo. Ellos mismos dijeron que su base es el blues antes de interpretar uno de sus temas. Tampoco puedo decir mucho más sobre ellos, ya que ninguna referencia tengo salvo esta manera de demoler un escenario que pudimos presenciar de forma sorpresiva. Por eso creo que merecían una pequeña mención en estas líneas.

Antonio Refoyo

Con el cansancio en las piernas que tardará días en irse por completo tras tres jornadas de música en vivo, hay que concluir la buena sensación de la practica totalidad de las actuaciones y el buen sonido, que no es tónica general en los festivales y que el Azkena saldó con nota muy alta. Este era un año en el que había quien tenía dudas del cartel confeccionado por la organización, pero por lo que a nuestros gustos respecta encontramos más y mejores conciertos que en años anteriores. De forma muy personal puedo decir que salí de allí convencido de que esta había sido la mejor edición de las 11 que llevamos de Azkena Rock. Lo sigo manteniendo con más seguridad una vez hecho el repaso de lo que vivimos.

Texto: Fer y Antonio Refoyo (antonio@lamiradanegra.es)

Fotos: Musicsnapper (www.lasttourinternational.com)