THOLA

(Unseen)

8´5/10

 

La combinación de estilos diferentes no siempre se lleva a buen puerto. Es más, lo normal es que uno acabe naufragando en un mar descontrolado. Pero en el caso de los suizos Thola me he llevado una grata sorpresa al encontrar con coherencia y una preponderancia melódica elementos que van del power al speed, pasando por el thrash y el metal contemporáneo con pinceladas electrónicas. La banda llega a este cuarto disco de su carrera en un estado de plena madurez que se refleja en la obra de manera completa.

“Needles In The Dark” es el primer exponente de una versatilidad brutal que conjuga melodías con riffs aplastantes, con un sonido limpio y una voz que no nos engaña con falsetes ni registros rotos. Todo limpio suena en el disco, como se refleja en “Ashes & Ghost”, donde la concatenación de melodías y puentes sobre un fondo muy power es excelente. Más moderna resulta “Killer Of The Beast”, destacando un aspecto oscuro en la voz que se extiende por el siguiente “Tenderness”, con un tono casi gótico. Eso se sigue reflejando en un “Atmosphere” muy penetrante y cautivador, con un dramatismo añadido en su gran estribillo, contrastando con algunas voces agresivas. Agresividad la que tiene un veloz “Legacy”, que en su desarrollo es muy thrash, pero con un estribillo de lo mas power de la obra. “Good Days” es un tema muy completo, con una profundidad en la voz que me trae a la mente a bandas como Brainstorm o Circle II Circle, pero con destellos progresivos enriquecedores que me recuerdan a Evergrey. No son malos nombres para dar a entender la calidad desplegada en “Unseen”. “A 1000 Times” se inicia con destellos prácticamente industriales, pasando a ser un tema de constantes cambios de ritmo. No te aburres escuchando la obra. Cada tema sorprende con algo. Así por ejemplo “Morning Light” entra con la voz de lleno, aportando ese manto oscuro natural en Thola y en el heavy metal. Luego el tema se electrifica, pero con un carácter melódico siempre acogedor, pasando por tesituras más intimistas. Hay alguna parte que me recuerda a los Black Sabbath de la época de Tony Martin. “Playground” es un ejercicio de fuerza y dinamismo a partes iguales, mientras que “The Last Man Standing” es un final con un regusto más hard rockero, aunque con el sello del presente del estilo. Con pulcro sonido, nitidez y ese latir electrónico contemporáneo contorneando el sonido de la banda.

Trabajo muy versátil, de sólida y nítida producción, en el que no te cansas de ir saltando por diferentes planos de intensidad sonora, envuelta bajo un manto de oscuridad muy natural en el heavy metal. Todo ello guardando las distancias entre lo tradicional y lo contemporáneo, siendo un punto de encuentro perfecto para ambos mundos. Merecen encontrar un sitio propio en estos tiempos donde es complicado encontrar algo que se salga de los cánones, pero no del tiesto. Thola encuentran ese sugerente punto.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

Fecha de edición: 24 de mayo de 2024

Sello: Art Gates Records