REYLOBO

(Infinito)

8/10

 

Asentar su estilo y a la vez hacerlo crecer es lo que Reylobo consiguen con “Infinito”. Una obra en la que repiten ciertas fórmulas de lo que fue su debut “El Octavo Pecado”. Y es que lo que funciona es mejor no tocarlo. Y la producción con Alberto Rionda les fue de lujo, algo que si cabe han exprimido mucho más en este nuevo disco. Hay mayor revestimiento de unos temas más sofisticados, con orquestaciones y teclados más presentes, con algunos coros ampulosos que arropan los temas. En ese sentido creo que Alberto ha sido clave para sacar el mayor jugo al detallismo que hay en la obra. Una obra que, al igual que la primera, también es conceptual. Trata sobre la pérdida de un ser querido. Sobre ello se han trabajado unas letras muy pensadas, profundas y con diferentes vueltas que hacen del viaje por el universo de nuestro interior un cúmulo de emociones encontradas. Todo ello lo han hilado en la presentación del disco con algunas notas de autores literarios que enlazan con el significado concreto de cada uno de los temas. El trabajo es meticuloso desde la portada hasta este tipo de detalles.

A nivel estrictamente musical la banda se ha hecho más elaborada, sin que el término progresivo case con una banda más bien de heavy metal melódico de tinte europeo con cierto aire sinfónico. Lo de power, que se les colocaba en su debut, creo que se les queda corto, por otro lado. Hay una riqueza que en cada aportación de cada instrumento contribuye algo a una escucha que llama a repetir en busca de nuevos detalles. Cabe destacar que Nacho como vocalista se ve mucho más atrevido. Se lanza a por agudos que no recuerdo de su primer disco. Por ejemplo, en “Lux Aeterna” hay un estribillo que le lleva al límite. Y no es que me parezca el cantante más espectacular, pero sin embargo es clave en el estilo personal del grupo y transmite lo que cada tema exige. Es expresivo en todo momento, algo que a vocalistas más pulcros les puede faltar en un momento dado. Pues aquí la obra está viva siempre, en parte gracias a una voz que pese al trabajo de producción tan labrado no deja de resultar orgánica.

Al margen de pasar por temas que van variando dentro de un estilo ya personal, la obra adquiere más color con las colaboraciones de Miguel Ángel Franco de Saurom en “Hidalgo” y Leo Jimenez en “El Hambre”. Dos excelentes temas de heavy metal melódico con estribillos memorables. Además, tenemos  el violín de Valentín Miralles en “Duelo” y “El Adversario”, mientras que Rafael Lázaro aporta un gran solo de guitarra en “La Escalera De La Creación”.

La obra en general no tiene desperdicio e invita a ser disfrutada de principio a fin como un todo. No solo hay una temática afín, sino que los temas se suceden de una manera muy fluida. Casi encadenada. Otro aspecto que los acercaría al progresivo, aunque insisto en que no estamos ante algo tan intrincado. Reylobo tiene claro que no quiere perder su melodía como una de sus características principales. Y pese a que estemos ante temas que se engalanan con elementos preciosistas la intención es llegarte, tocarte ahí adentro, emocionarte y, si es posible, que te quedes con ganas de dar otra vuelta por este “Infinito”.

ANTONIO REFOYO (antonio@lamiradanegra.es)

INFORMACIÓN ADICIONAL:

Sello: Duque Producciones